En el marco del Aviation Day que tuvo lugar este martes en Bogotá organizado en conjunto por IATA y ALTA, se develaron algunas cifras que destacan los beneficios económicos que genera la aviación en Colombia y también los temas que debe tratar el gobierno de ese país para aprovecharlos.
El vicepresidente regional de IATA para América, Peter Cerdá, dijo que «la aviación sostiene 600 mil empleos y contribuye con el 2,1% del PBI de Colombia. Estos son números grandes, pero con un entorno más amigable, la aviación podría incrementar aún más esa contribución», y citó como ejemplo al Medio Oriente, en donde el 3,3% de los empleos y el 4,4% del PBI está relacionado con el transporte aéreo.
En esa línea, Cerda identificó tres aspectos prioritarios para favorecer el crecimiento de la aviación en Colombia.
Por un lado, el desarrollo de la infraestructura aeroportuaria y del espacio aéreo. Desde IATA dicen que la expansión de El Dorado, que maneja el 69% del tráfico aéreo, es una máxima prioridad. Una tercera pista y una nueva terminal podrían llevar la capacidad anual a 70 millones de pasajeros. El rediseño del espacio aéreo también permitiría ganar eficiencia y capacidad, algo que ya se logró en Bogotá, llevando a más de 90 las operaciones permitidas por hora. En el interior colombiano se debe avanzar en la flexibilización de restricciones en áreas controladas por fuerzas militares como la de Palanquero, que podrían ahorrar diariamente unos 15.000 kg de combustible y 46.000 kg de emisiones de dióxido de carbono.
El segundo punto, tan vigente en toda la región latinoamericana, tiene que ver con el costo de las tasas e impuestos, las cuales inflan artificialmente el costo a pagar por los pasajeros. «Colombia es un lugar caro para los negocios», dice IATA, detallando que está en los últimos lugares de un ranking de competitividad entre 138 países elaborado por el World Economic Forum. En promedio, las tasas e impuestos representan unos USD 20 en tickets domésticos, y más de USD 100 en internacionales.
En este caso ponen como ejemplo positivo al aeropuerto Rafael Nuñez de Cartagena, que en 2015 redujo su tasa de aeropuerto de USD 92 a USD 38, lo cual permitió que el número de pasajeros internacionales creciera un 26%.
En tercer lugar, IATA sugiere adoptar los principios Smarter Regulation (como «regulación inteligente»):
- Coherentes: la regulación debe ser coherente entre sí y con los estándares globales y
las mejores prácticas. - Proporcionales: la regulación solo debe usarse cuando se demuestre su necesidad y
sea proporcionales a los problemas que debe abordar. - Orientados al riesgo: la regulación debe tener objetivos específicos y bien definidos que
respondan directamente a los problemas identificados. - Justos e imparciales: la regulación debe aplicarse de manera equitativa y no crear
tarifas discriminatorias en ningún grupo en particular. - Claridad y certeza: las aerolíneas deben estar bien informadas sobre la regulación
vigente, deben conocer qué se espera de ellas y se les debe dar tiempo suficiente para
adaptarse a los nuevos requisitos.
Esto, señalan desde IATA, basado en que la historia aerocomercial demuestra que la demanda crece cuando las aerolíneas se libran de restricciones regulatorias que limitan su flexibilidad o que aumentan los costos de viajar castigándolas con fuertes multas por disrupciones que suelen estar fuera de su control (como por ejemplo, una huelga de controladores). «Como miembro de la OACI, Colombia debería incorporar estos principios como parte de su proceso regulatorio de la aviación», dice IATA.
“Las fuerzas del mercado proporcionan la mejor disciplina comercial. Una aerolínea que no
atiende bien a sus clientes hoy no tendrá muchos clientes mañana. Pero los pasajeros quieren poder elegir. Muchos prefieren un boleto no reembolsable si ello significa una tarifa más baja. Y la aerolínea, a su vez, quiere ofrecer una tarifa más baja porque tiene la certeza de que el pasajero viajará. Las regulaciones que impiden que las aerolíneas respondan a la demanda del mercado tienen el efecto de elevar el coste de los viajes para todo el mundo». ¿Por qué no dar a los pasajeros más opciones y permitir que el transporte aéreo esté al alcance de más personas?», señaló Cerdá
“En los próximos 20 años, la demanda de los viajes aéreos en Colombia se duplicará o, incluso, se cuadruplicará. Eso significa que, bajo las condiciones adecuadas, la aviación podría respaldar más de un millón de empleos y contribuir con 17.200 millones al PIB en 2037. Ahora es el momento de sentar las bases de ese éxito creando un entorno operativo y regulatorio más favorable», agregó el ejecutivo.