La aerolínea colombiana EasyFly anunció esta semana su entrada a un plan de reestructuración empresarial con el objetivo de consolidar sus deudas ocasionadas en el marco de la pandemia del COVID-19 y así evitar su cierre. Esto no afectará el cumplimiento de sus vuelos piloto durante agosto ni su operación regular, prevista para recomenzar en septiembre.
El presidente de la compañía, Alfonso Ávila, manifestó a través de un comunicado que han «presentado una solicitud ante la Superintendencia de Sociedades para acogerse a un trámite de reorganización, del cual saldremos fortalecidos y nos permitirá seguir operando por muchos años más. Estamos seguros de que con esta decisión y el compromiso de todos los que hacemos parte de EasyFly seguiremos cruzando los cielos colombianos, conectando las regiones de nuestro país».
De acuerdo a datos de la Aeronáutica Civil de Colombia, en 2019 EasyFly había transportado 1,7 millones de pasajeros, lo que le permitió capturar el 6% del mercado doméstico de ese país, consolidándose en el cuarto lugar detrás de Avianca, LATAM y VivaAir.
Ávila precisamente destacó la senda positiva que venía transitando la aerolínea durante los últimos años, con un crecimiento esperado para 2020 en el orden del 33%.
«La llegada de la pandemia del Covid-19 y las medidas adoptadas por el Gobierno para mitigar la propagación de la pandemia, unidos a la fuerte caída del precio internacional de petróleo han causado grandes traumatismos en el comportamiento económico de 2020 dejando una expectativa de contracción de la economía entre el -5.5% (Ministerio de Hacienda) y el -4.9% (Banco Mundial) a junio de 2020», señalaron desde EasyFly.
«Han transcurrido ya 4 meses de inactividad, los costos fijos se han seguido acumulando y aunque por nuestra parte hemos realizado esfuerzos para generar ingresos a través de operaciones chárter y planes piloto, estos aún son insuficientes para cubrir estas deudas», agregaron.
En las últimas semanas el gobierno colombiano había permitido la realización de una serie de llamados «vuelos piloto» dentro de Colombia de cara al reinicio de las operaciones regulares el 1 de septiembre. Pero son las alcaldías las que deben solicitar al gobierno nacional la apertura de los vuelos antes de esa fecha, encontrándose la industria con oídos sordos en muchas ciudades, entre las que sobresale la mismísima capital, Bogotá.