Este 2020 no fue nada fácil para las aerolíneas enfrentar la pandemia y las restricciones, las empresas que ya venían golpeas como LATAM y Aeroméxico. El Grupo Avianca, ya estaba dentro de un plan de reestructuración de deuda y necesitaron apelar al Capítulo 11 de Bancarrota de Estado Unidos, proceso que no fue nada fácil y gracias a Adrián Neuhauser lograron cerrar los acuerdos necesarios.
Según en una nota de Juan Manuel Villagrán, del medio el Pulso, las aptitudes de negociador del CFO (Chief Financial Officer) Adrián Neuhauser fueron claves para que Avianca logre entrar encuadrar su deuda dentro del capítulo 11 por 2.000 millones de dólares y poder seguir operando.
Neuhauser tiene más de 20 años de experiencia en el sector financiero y su especialidad es como banquero de inversión enfocado en el sector transporte, cuenta con extensa experiencia trabajando con compañías operativas de transporte como camiones de tráfico pesado, aerolíneas y trenes. Adrián fue Managing Director de Credit Suisse durante los últimos tres años, cubriendo líneas aéreas en toda la región; antes ocupó posiciones directivas en Deutsche Bank, donde fue responsable de las transacciones de M&A y mercado de capitales originadas desde Chile y la Región Andina, Bank of America y Merill Lynch. Neuhauser tiene un título de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El escenario pre pandemia de Avianca
En el año 2019, el Grupo Avianca pasó por una compleja reestructuración extrajudicial tras caer en default técnico para cumplir con las obligaciones que tienen con las agencias de crédito europeas (ECA), a las que les debía 900 millones de dólares.
Esto le cortó las líneas de financiamiento a la compañía. En aquel momento se desató una guerra donde la aerolínea estadounidense United le arrebató el control a Germán Efromovich y le traspasó la administración de la línea aérea colombiana a Kingsland, sociedad ligada a Roberto Kriete, fundador de Taca y enemigo acérrimo de Efromovich dentro de Avianca. Hecho esto, se contrató a Anko van der Werff como nuevo CEO y a Neuhauser como CFO, quienes hasta enero de este año dirigieron el saneamiento, reestructuración, reperfilamiento y extensión de las obligaciones financieras -incluyendo un intercambio de más del 88% de un bono de US$ 550 millones que vencía en mayo de este año, por uno con vencimiento al 2023- y levantaron US$ 375 millones para dejar a la empresa con una caja sólida y con la puerta abierta para nuevos financiamientos.
La Pandemia, el Capítulo 11 y las Negociaciones
A raíz de sus negociaciones del año pasado, Avianca tiene prendado su programa de viajero frecuente, su marca y algunos flujos de tarjetas de crédito en Colombia, por lo que no tenía activos para entregar en garantía al DIP (Deudor en Posesión). Por lo mismo, Neuhauser debió iniciar importantes negociaciones para iniciar el Capítulo 11 de Avianca. En Nueva York se reunió con ejecutivos de Wall Street: los principales socios de los fondos de cobertura o hedge funds, además de inversionistas privados, quienes poseían las garantías de las prendas de la reestructuración de 2019, de manera de convencerlos para que pudieran disponer estas garantías para el DIP y, además, poner financiamiento en el marco del Capitulo 11, a cambio de posiciones subordinadas o de preferencia en el proceso.
Neuhauser logró convencerlos de un paquete controlador del bono con vencimiento en 2023 -representados por el banco de inversión Evercore-, que era mejor negocio seguir participando y no forzar a la empresa a la liquidación de activos. Para ello, la entrega de las garantías para generar un DIP más amplio -a cambio de reconocer alrededor de u$s 220 millones de dólares de su posición anterior dentro del DIP, más permitirles inyectar u$s 226 millones de dólares frescos en la fórmula- era la solución.
Además, tuvo que negociar con los inversionistas que habían recién participado en el levantamiento de 375 millones de dólares a finales del año pasado (incluyendo al grupo Kriete, el hedge fund Citadel LLC, y a la aerolínea United), y que tenían en garantía el 70% de las acciones de Lifemiles, el programa de viajero frecuente, para que también mantengan su inversión y permitan dar esas acciones como garantía al DIP. Y finalmente, tuvo que llegar a un acuerdo con Advent International, propietario del restante 30% de Lifemiles, para adquirir ese paquete accionario y así poder ofrecer el 100% del programa de viajero frecuente en prenda.
Recién a partir de ese punto, Neuhauser y su equipo pudieron salir a levantar capital para la compañía en este proceso de bancarrota.