El jefe de la USAF quiere un avión de diseño nuevo para reemplazar al F-16 ¿Y el futuro del F-35?

Gastón Dubois

F-16 Vietnam

La Fuerza Aérea de Estados Unidos está lanzando un estudio, que durará meses, sobre los requisitos de la aviación táctica, buscando una combinación de fuerzas que aborde los requerimientos tanto a corto como a largo plazo. Dentro del mismo será considerado un avión de combate, totalmente nuevo, para reemplazar al Lockheed Martin F-16.

El impulsor del estudio para la aviación táctica (TacAir) es el Jefe de Estado Mayor, General Charles Q. Brown Jr. Quiere que el departamento de Evaluación de Costos y Evaluación de Programas del Pentágono participe para que el estudio tenga credibilidad y la aceptación de la Oficina del Secretario de Defensa. Los resultados del estudio deberían estar disponibles a tiempo para que sean considerados para la solicitud de presupuesto del año fiscal 2023.

La USAF necesita una capacidad de quinta generación, comparable a los F-22 y F-35, y una capacidad de «sexta generación» como el Caza de Dominio Aéreo (en estudio)  de próxima generación, pero también necesita «una mezcla (de fuerzas) para la lucha en el escalón bajo”, dijo Brown a los periodistas en una conferencia de prensa el 17 de febrero.

Periodistas de Air Force Magazine, presentes en dicha conferencia, reportan que aunque Brown reconoció que el exjefe de adquisiciones de la Fuerza Aérea, Will Roper, abrió la posibilidad de comprar más F-16 para este propósito, Brown rechazó esa idea.

El F-16, uno de los cazas mas exitosos de la historia, necesita un sustito rápidamente. Y podría ser un avión de nuevo diseño.

El F-16, dijo, carece de la capacidad de sistemas de misión abiertos y obtiene actualizaciones de programas de vuelo operativos (nuevo software) con poca frecuencia. El avión fue diseñado en la década de 1970, y él está más interesado en un «diseño de hoja limpia», al que se refirió como un avión de «cuarta generación y media / quinta generación menos» (como el KF-X). El estudio TacAir decidirá qué se necesita y en qué número.

También hay un estudio similar llevado adelante por el Secretario de la Defensa, Lloyd J. Austin III, y los dos equipos de evaluadores compartirán información entre sí.

El estudio de Brown responderá a los mejores intereses para la USAF, mientras de que el de Lloyd J. Austin, a los intereses del Pentágono. De modo que puede haber coincidencias y posturas similares, pero esto no significa que se encuentren alineados. De todas maneras, la idea es compartir información para ir conciliando posturas.

Cuando se le preguntó específicamente sobre la compra de nuevos F-16, Brown dijo: “En realidad, quiero construir algo nuevo y diferente que no sea el F-16; que tiene algunas de esas capacidades, pero puede llegar más rápido gracias a nuestro enfoque digital «.

Brown hace referencia a los nuevos diseños tipo “e-series”, del cual el Boeing eT-7A Red Hawk es el primero, creados a partir de ingeniería digital y simulación. Se ve a la ingeniería digital como un habilitador clave para reducir el costo y el tiempo necesarios para desarrollar nuevos sistemas de armas, utilizando herramientas de modelado y simulación virtuales para diseñar y probar el producto antes de que se produzca un prototipo físico.

El primer avión de la USAF diseñado bajo la filosofía de ingeniería digital.

La flota de combate de la Fuerza Aérea tiene un promedio de 28 años y «eso no va a competir bien con los adversarios», señaló Brown. «Es por eso que este estudio de combinación de fuerzas es tan importante: “reducir la edad promedio, tener algo relevante no solo hoy, sino también en el futuro».

Brown reconoció que es poco probable que la Fuerza Aérea pueda permitirse el ideal de 386 alas de combate, pero dijo que podría ser posible obtener la capacidad de combate de esa capacidad sin tantos aviones reales.

«Quiero… acercarme lo más que pueda a una capacidad 386 con el tamaño de fuerza que tengo y [los] dólares disponibles», dijo, pero tiene que haber un análisis sólido para la combinación de fuerzas resultante. Le dijo al Estado Mayor del Aire y a los comandos principales: “Tengo un título en ingeniería; se trata de números y hechos… Eso es lo que espero del personal aéreo, no me des emoción, tráeme los hechos”.

El F-22 Raptor no está en discusión. Ni uno menos.

Brown reconoce que las decisiones que está tomando y tomará en el futuro, como resultado del estudio TacAir, no lo van a hacer popular. Sabe que tendrá resistencias y que se ganará varios adversarios. Pero entiende que si no hace esto, no se acelerará el cambio que la USAF necesita para hacer frente a los desafíos futuros.

Tambíen le preocupa que el resto de los Comandantes de la USAF tienen una perspectiva distinta porque tienen un horizonte de visión de 2 a 3 años. Y Brown tiene la responsabilidad de tener una visión a 15 o 20 años en el futuro. Por eso es que también va a trabajar sobre la mentalidad de los escalones altos y medios, para que ganen mayor discernimiento estratégico.

¿Y entonces, qué pasa con el F-35?

El F-35 Lightining II es el avión cuyo destino manifiesto era reemplazar al F-16, al A-10, al F-18 y al Harrier, y pese a que Lockheed Martin ya entregó más de 600 F-35 a EEUU, aliados del programa y clientes extranjeros, el Pentágono sigue sin autorizar el inicio de la producción en serie a plena velocidad.

El impacto negativo en la producción del F-35A, repercutiría gravemente en los costos de producción de los modelos B y C.

El por qué es conocido. El programa JSF F-35 está plagado de una miríada de problemas, y Lockheed Martin avanza muy lentamente en resolverlos.

A principios del 2020 del Departamento de Estado de EE.UU. publicó un reporte en el que identificada 873 deficiencias, de diferente gravedad, dentro del sistema de armas F-35. En el informe del 2021, el número de deficiencias detectadas fue de 872… solo 2 menos, luego de un todo un año. Claro, fue un 2020 muy particular por el COVID, aunque el impacto en la producción fue muy bajo.

Luego está el asunto de la operatividad. Las mejoras en la producción del F-35, y el número de unidades entregadas, permitieron bajar significativamente el costo de adquisición de un F-35A, que estaría saliendo en torno a los 80 millones de dólares. Para un caza de 5ta gen, es un precio módico. Pero no pasa lo mismo con el costo operativo.

No hay precisiones, porque estos temas son considerados secreto de Estado, pero si se hicieron sentir las quejas sobre lo costoso y lo esforzado que es mantener  un escuadrón de F-35 en niveles de operatividad aceptables.

Parte importante de ese problema era culpa del sistema ALIS (Autonomic Logistics Information System), el sistema informatizado que manejaba todo el tren logístico del F-35. Su función era facilitar, acelerar y abaratar los costos operativos. Pero hacía todo lo contrario. Ahora está siendo reemplazado por el sistema ODIN (Red Integrada de Datos Operativos), que viene a solucionar la mayoría de los problemas del ALIS, pero para evaluar su impacto, va a pasar un tiempo.

Personal técnico inspeccionando un avión, con la terminal portátil del ALIS en mano.

Y en estos días surgió otra mala nueva para los F-35. Sus motores, los Pratt & Whitney F-135 se están gastando más rápido de lo esperado, y los usuarios del Lightning II van a encontrar un cuello de botella en la disponibilidad de motores.

La USAF tiene la flota de F-35 más grande y «más madura», y está viendo que los motores F135 «fallan un poco más rápido en ciertas áreas», debido a su «alta tasa de uso» y alto ritmo de despliegue, dada su relativa novedad en el flota, dijo Brown.

Pratt & Whitney F-135

Se están analizando opciones en mantenimiento y depósito para mitigar el problema, dijo Brown, y señaló que tiene generales de tres y cuatro estrellas estudiando el tema.

Pero una gran solución podría ser simplemente usar menos el F-35, informó Brown.

El Jefe de la USAF aún quiere al F-35 en sus filas. Más allá de todos sus problemas, el Lightinig II y su tecnología vienen entregan bondades que no pueden ser negadas.

Más allá de su gran nivel de discreción ante la detección por radar, la electrónica y la capacidad de combate en red del F-35 son fabulosas. En algunos puntos, revolucionarias. Y esto lo convierte en un arma muy peligrosa para el adversario.

Para citar un ejemplo, hoy por hoy la Fuerza Aérea Israelí (IAF) es la operadora de F-35 que más los utiliza (tal vez la única) en operaciones de combate real, contra los proxies iraníes y las fuerzas leales al Gobierno de Damasco,  y con gran éxito. Y pidieron 25 unidades más.

F-35I, los mas «combat proven» de todos los Lightning II.

Y también hay que hacer notar que la cantidad de países que expresan intención de comprar al Lightning II, no para de crecer. Esto habla del efecto disuasorio que tiene un caza de quinta generación.

Pero para Brown el problema es de números. Con el F-35 nunca va a tener en operación la cantidad de aviones de combate que la USAF necesita. Y que para muchas situaciones, el F-35 va a estar sobrando.

Un avión que sea más barato de diseñar, adquirir y operar, daría a la USAF el número de células que necesita, o al menos lo más parecido a ese número. Crear una combinación de cazas de 4++, 5-, 5 y 6 generación, otorgaría la flexibilidad operativa que Brown busca para que su Fuerza Aérea pueda enfrentar todos los tipo de situaciones y teatros que se proyectan para el futuro.

Concepto de LM para un caza de 6ta gen.

Pero no puede ser obviado que si se diseña un avión desde 0 para reemplazar al F-16, éste va a terminar desplazando al Lockheed Martin F-35 como el avión del futuro de la USAF, y por ende, de las Fuerzas Aéreas de Occidente. El F-35 podría dejar de ser el caza inevitable que parecía hasta hace poco tiempo.

Ya veremos qué recomendaciones y previsiones deja el informe impulsado por Brown. Sin duda serán objeto de mucho debate. Donde parece que si hay bastante consenso, es que la USAF necesita aplicar algún tipo de cambio de rumbo, respecto de varios de sus programas y de la composición de su flota y doctrina. El enfrentamiento con China y la emergencia de nuevos poderes regionales lo demandan.

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