En una presentación ante la autoridad aeronáutica europea, Boeing expresó su preocupación por el diseño del A321XLR, sosteniendo que el nuevo tipo de tanque de combustible conformal que la variante incorpora podría presentar riesgos de incendio.
Boeing dijo que la arquitectura de un tanque de combustible como parte de la estructura del fuselaje, pieza clave para extender el alcance del A321XLR, «presenta muchos peligros potenciales».
Si bien no es la primera vez que los fabricantes utilizan el sistema de consultas públicas para cuestionar elementos o nuevas tecnologías implementadas en productos de sus competidores, el momento particular de Boeing con respecto a sus propias cuestiones técnicas agrega un condimento a la cuestión que antes no estaba presente.
El A321XLR incorporará, de acuerdo a los documentos presentados por Airbus para la certificación de la variante, un tanque ventral que será parte integral del diseño del fuselaje. Si bien el fabricante ya había incorporado tanques en los compartimientos de carga, esta adición conformal al fuselaje generó más de un debate en EASA.
La autoridad aeronáutica dijo que impondrá «condiciones específicas» para mitigar riesgos, ya que considera que la exposición al fuego externo no debidamente protegida podría impedir una evacuación segura del avión.
Boeing plantea, en los comentarios elevados a EASA durante el proceso de consultas públicas, que la falla de una rueda o una salida de pista podría exponer el tanque ventral. Airbus indicó, a través de un vocero en declaraciones a Reuters, que el proceso de consulta pública es parte integral de un programa de desarrollo, y que las cuestiones que surjan de ese proceso serán tratadas en conjunto con EASA.
No se puede desconocer que la preocupación elevada por Boeing puede tener un resultado favorable para el fabricante norteamericano desde lo comercial: una revisión del A321XLR implicará demoras en la certificación de la variante, lo que podría llevar su entrada en servicio más allá de 2023. En el momento en el que se encuentra Boeing, en el que todavía no encontró rival ni para el A321neo, ni para el LR y muchísimo menos para el XLR, tal vez ese tiempo adicional le sirva para presentar una alternativa al producto de Airbus, líder indiscutido en su segmento.
Si bien los dos fabricantes insisten en que la competencia comercial nunca incluyó chicanas en relación a la seguridad, Airbus y Boeing tienen un historial de cuestionarse mutuamente por cuestiones como las novedosas computadoras de vuelo en el Airbus A320 o las afirmaciones europeas de que cuatro motores eran más seguros que los dos del 777, cuando Airbus apostaba al binomio A340/A380 para la ultra larga distancia de gran densidad.
Y tampoco es la primer chicana con respecto a los tanques de combustible: En 2001, cinco años después de la fatídica explosión del TWA 800, la FAA ordenó cambios en el diseño de los tanques de combustible en todo el mundo. En ese entonces, Airbus indicó que sus aviones eran «más seguros», lo que generó polémica por la ruptura de la regla no escrita de no aprovechar una cuestión de seguridad con fines publicitarios o comerciales.
La investigación sobre el accidente del TWA 800 arrojó como resultado que la explosión fue causada por un cortocircuito iniciado en el tanque alar central. La presencia de oxígeno dentro del tanque generó la reacción exotérmica que desintegró la aeronave.
Hasta la fecha, 24 clientes han ordenado un total de más de 450 A321XLR, validando la necesidad del mercado de las capacidades únicas que ofrece este avión. Las pruebas de vuelo comenzarán en 2022 y la entrada en servicio a partir de 2023. El A321XLR proporcionará a las aerolíneas un rango de hasta 8700 km y un 30% menos de consumo de combustible y emisiones de CO2 por asiento en comparación con los aviones competidores de la generación anterior.