Los dos Boeing VC-25B que reemplazarán a los actuales aviones presidenciales -popularmente conocidos por su callsign, Air Force One- serán entregados por el fabricante a fines de 2025 y con un importante incremento en los costos.
De acuerdo a lo reportado por el New York Times, la secretaria adjunta de la USAF, Darlene Costello, informó a la Cámara de Representantes que el fabricante no presentó todavía una solicitud formal de fondos adicionales, pero le adelantó a la fuerza la intención de pedir más de 500 millones de dólares para compensar sobrecostos causados por la quiebra de GDS Technics, uno de los proveedores de sistemas de la aeronave, y por el efecto económico de la pandemia de COVID-19.
Los Boeing 747-8 están diseñados para ser una Casa Blanca aerotransportada, capaces de volar en los peores escenarios de seguridad, como una guerra nuclear, y están modificados con aviónica militar, comunicaciones avanzadas y un sistema de autodefensa.
En 2018, el entonces presidente Donald Trump dijo que el nuevo modelo Air Force One tendría interiores actualizados y un esquema de color diferente del que se ha utilizado desde la administración del presidente John F. Kennedy. El contrato por los dos nuevos VC-25B rondaba los 3900 millones de dólares.
La demora en la entrega implicará que los VC-25A, Boeing 747-200 con matrículas SAM 28000 y SAM 29000, se mantengan en operaciones durante casi 40 años. Ambos aviones fueron construidos en 1986 y volaron en 1987, aunque un problema en los sistemas internos impidió su entrada en servicio hasta 1990.