Funcionarios de la Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense salieron a la defensa de Mark Forkner, ex jefe de pilotos de Boeing, acusado de fraude durante la certificación del 737 MAX. Los errores en el proceso de certificación terminaron desencadenando los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines, en 2018 y 2019, en los que 346 personas perdieron la vida.
Según reporta Alan Levin de Bloomberg, en una presentación de PowerPoint realizada ante los fiscales que llevan adelante el proceso de Forkner, la FAA apuntó a que el piloto, la única persona imputada, está siendo utilizado como «chivo expiatorio». Según el organismo regulador, la exposición de los fiscales durante la acusación al piloto contenía «muchos errores de hecho» y un enfoque «incorrecto y erróneo» sobre la función de Forkner dentro del programa. La agencia sostiene que las pruebas dirimentes en las que el Departamento de Justicia sostiene su acusación no son relevantes y que Forkner no influenció de manera alguna la decisión de la FAA de certificar el avión.
Forkner se encontró en el centro del escenario cuando, durante la investigación sobre los problemas del avión y su certificación, se publicaron decenas de mensajes de texto sarcásticos enviados a un colega en los que se jactaba de usar «trucos mentales Jedi» para intentar convencer a los reguladores de que el avión era seguro.
Una «versión falsa»
Según el organismo regulador, los fiscales han sido víctimas de una «versión falsa» sobre el rol de Forkner dentro del programa: en su presentación, la FAA señala que la única responsabilidad de Forkner como jefe de pilotos era diseñar el programa de formación. En este programa se provee el material de estudio obligatorio y las habilidades requeridas a los pilotos de línea para obtener la licencia para operar el 737 MAX.
El programa original solo estaba compuesto por un curso de alrededor de 90 minutos de duración -realizado en una computadora- en el cual se aprendían las diferencias entre el MAX y las versiones anteriores del 737. No se requería entrenamiento en simulador; tampoco había mención alguna sobre MCAS, el sistema que acabó siendo la principal causa mecánica (no se pueden negar los factores humanos que intervinieron) de ambos accidentes.
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Este es el quid de la cuestión según la FAA. De acuerdo a los funcionarios que realizaron la presentación, Forkner, quien solo se encontraba a cargo del desarrollo del material de formación de pilotos, no cumplió una función «relevante» en la aprobación del modelo, con todo y sus fallas de diseño. Por el contrario, la agencia indica como verdadera causa de los accidentes a la incapacidad de los ingenieros de Boeing para reconocer el single point of failure del sistema MCAS, que dependía de solo un sensor de ángulo de ataque (AoA) para obtener los parámetros de vuelo del avión.
Debido a esto, una falla en este sensor (algo relativamente común y motivo por el que algunos modelos de aeronaves, como el Airbus A350, dispongan de hasta cuatro sensores AoA) era suficiente para la errónea activación del sistema MCAS, diseñado para empujar la nariz del avión hacia abajo en caso de detectar una entrada en pérdida. «Ni toda la formación del mundo puede resolver este grosero error de diseño», señala una de las diapositivas.
Dicho de otra manera, el problema del modelo surgió por razones técnicas que «Forkner no estaba cualificado para discutir y tampoco era su responsabilidad hacerlo», señaló el PowerPoint. «Cualquier asignación de culpa debería realizarse sobre el personal involucrado en la certificación de los aspectos técnicos del modelo», concluye la agencia.
Las afirmaciones de la FAA, inusuales dentro de un proceso penal, podrían socavar sustancialmente los fundamentos de la fiscalía para intentar conseguir una condena.