Ryanair se asocia con Neste Holland para abastecer sus vuelos desde Ámsterdam con una mezcla de 40% de SAF

Agustín Miguens

Ryanair, la mayor aerolínea de bajo coste de Europa, anunció una asociación con Neste Holland para proveer a aproximadamente un tercio de sus vuelos desde el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam-Schiphol (AMS) con una mezcla de un 40% de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés).

Según la compañía irlandesa, la mezcla reducirá la emisión de gases de efecto invernadero de los vuelos que la utilicen en un 60%. La iniciativa es parte de Pathway To Net Zero, el programa de descarbonización de Ryanair presentado en marzo. La empresa declara tener el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas en 2050.

Ver también: Ryanair apunta a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050

«Estamos encantados de anunciar este acuerdo histórico con Neste, que permitirá a Ryanair utilizar esta nueva mezcla de 40% de SAF», dijo Thomas Fowler, director de Sostenibilidad de Ryanair. El directivo sostuvo que el combustible sostenible de aviación es clave en su estrategia de reducción de emisiones.

«Esperamos aumentar nuestra asociación con Neste mientras trabajamos para alcanzar nuestro objetivo de operar el 12,5% de los vuelos de Ryanair con SAF para 2030», agregó.

Por su parte, Jonathan Wood, vicepresidente para Europa de Neste, Renewable Aviation, dijo: «Estamos entusiasmados de apoyar el trabajo de Ryanair hacia sus objetivos de descarbonización mediante el suministro de nuestro Neste MY Sustainable Aviation Fuel».

«El sector de la aviación se encuentra ahora en un punto de inflexión a medida que aumenta la demanda, y hay propuestas políticas sobre la mesa en la Unión Europea y el Reino Unido para promover la demanda y el suministro de SAF», agregó. Finalmente, destacó que la compañía «está liderando la transformación» hacia combustibles alternativos y destacó que trabaja para «aumentar la capacidad de producción mundial de SAF hasta 1,5 millones de toneladas anuales en 2023».

Se espera que el tráfico aéreo mundial se duplique en los próximos quince años y, en consecuencia, que aumenten las emisiones relacionadas al sector. Muchas posibles soluciones, como la electrificación, están todavía en fases iniciales de desarrollo. En ese contexto, las alternativas disponibles en el corto plazo cobran relevancia. El combustible desarrollado por Neste, que ya se utiliza comercialmente, es uno de esos ejemplos.

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