La decisión de Vladimir Putin de convocar a la movilización de alrededor de 300.000 reservistas de sus fuerzas armadas ante una potencial nueva escalada del conflicto desatado tras la invasión rusa a Ucrania podría traer otros efectos para las aerolíneas de ese país.
Al impacto recibido por la prohibición para volar hacia la mayoría de los mercados internacionales, el riesgo de confiscación de sus aeronaves y la falta de repuestos, se suma ahora el hecho de que gran parte de las tripulaciones de vuelo de las principales compañías aéreas rusas son reservistas. Pero también hay especialistas de otras áreas clave como técnicos de mantenimiento, controladores, IT o administrativos que pueden ser convocados, y sin los cuales el sector podría verse paralizado.
De acuerdo con un reporte del diario Kommersant de Moscú, fuentes de la industria indicaron que entre el 50% y el 80% de los empleados de las cinco principales aerolíneas rusas, entre ellas Aeroflot, podrían verse obligados a movilizarse.
Aeroflot, S7, UTair, Ural Airlines, Red Wings y otras aerolíneas ya se encuentran elaborando las listas de los reservistas, pero según Kommersant, todavía no está claro a dónde deben dirigir la información. Por otro lado, han enfatizado la necesidad de que quienes trabajan en el transporte aéreo sean exceptuados de la movilización militar, al menos por un tiempo.
El 21 de septiembre se anunció una movilización parcial en Rusia. Según el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, las autoridades planean convocar a 300.000 personas para participar en las hostilidades en Ucrania. Las actividades de movilización comenzaron el 22 de septiembre. Los ciudadanos de la reserva con las especialidades militares necesarias y la experiencia de combate están sujetos a movilización, principalmente soldados, capataces y suboficiales de hasta 35 años y oficiales subalternos de hasta 50 años.
Hay áreas que quedarán exceptuadas, entre ellas las de tecnología de la información, empleados de empresas de telecomunicaciones, medios y del sistema financiero.