Tras llegar de un vuelo muy agradable desde Londres/Heathrow vía Bruselas, tuvimos algunas horas libres en Kigali antes de dirigirnos a Johannesburgo vía Lusaka.
Primera parte: Londres-Bruselas-Kigali
Segunda parte: Kigali-Johannesburgo (estás aquí)
Tercera parte: fotogalería del viaje (próximamente)
En Kigali, RwandAir ofrece su propio Dream Lounge, desarrollado (y operado actualmente) en una joint venture con National Aviation Services, de Kuwait.
La sala, al igual que el aeropuerto, era bastante sencilla, pero aunque era hora del rush en el aeropuerto de Kigali, estaba bastante vacía de todos modos.
No obstante, fue una agradable espera tomando algo y subiendo algunas fotos antes de nuestro siguiente vuelo.
Estas eran las salidas del día. Nótese que nuestro siguiente vuelo, el WB106, aparecía como «vía Lusaka». Guarda esta información para más tarde…
Más o menos una hora antes de la salida, empezamos a caminar hacia nuestra puerta de embarque. De nuevo, el aeropuerto es muy pequeño (hay otro en camino), así que fue bastante fácil llegar allí.
WB106 KGL-LUN-JNB
Como se centran bastante en las conexiones en Kigali, no exigen migración a los pasajeros que sólo hacen conexión. No obstante, se realizan controles de seguridad para acceder a la zona de puertas de embarque.
La gente ya estaba esperando a que empezara el embarque, que fue puntual. La pantalla indicaba que nuestro vuelo seguía con destino a Lusaka.
El embarque se realizó a tiempo y estaba bastante organizado. Nos dirigimos al avión a pie.
Nuestro avión para el vuelo de hoy sería el 9XR-WR, un 737-800 llamado «Muhabura» por una de las montañas más altas de Ruanda.
Según Planespotters.net, este avión fue entregado completamente nuevo a RwandAir en mayo de 2017, habiendo volado para la aerolínea desde entonces.
Esta librea me cae muy bien, por cierto. Me gustan mucho estos colores — especialmente su cola, ya que trae una interesante elección de colores.
La primera impresión de la cabina fue realmente buena. Estos asientos parecen realmente muy frescos.
Los cuatro 737-800 de RwandAir están configurados con 16 asientos en clase Business y 138 en clase Economica. Es el mismo despliegue que el de Ethiopian Airlines y nueve asientos más, en Turista, que el de Kenya Airways.
También había almohadas en todos los asientos de la clase Business, a pesar de tratarse de un vuelo de corta distancia.
Otro vistazo a la cabina de clase Business.
Una vez más, nos ofrecieron bebidas de bienvenida, y yo tomé el vino espumoso.
Este primer salto no iba a estar muy lleno, con tres pasajeros en Business y 55 en Economy.
Las puertas se cerraron siete minutos antes de la salida prevista, a las 10h53. Por cierto: no nos dimos cuenta entonces, pero cuando teníamos los billetes en la mano, el horario original de salida era 09h40.
El despegue se produjo a tiempo, justo cuando este 737-700 VIP, que opera para la compañía RoyalJet de Abu Dhabi, llegaba a una sección cercana de la plataforma.
Pero mi avis rara favorita que vimos esa mañana fue este Antonov 76 registrado en Sudán.
El taxi fue corto, y a las 11h05 el capitán Vasilis Avramidis empezó a levantar el acelerador, y el 737 empezó a correr por la pista 10 de Kigali. Con 8,800kg de combustible, el 9XR-WR pesaba 69,187kg, todavía algo por debajo de su peso máximo al despegue (MTOW) de 75,000kg.
El vuelo fue bastante tranquilo esa mañana, ya que el día parecía perfecto para volar.
Pasé la mayor parte del vuelo hablando con Thiago, que ayudaba con las fotos, así que realmente no necesité los auriculares, pero parecían los mismos que me habían ofrecido en el vuelo desde Londres.
Justo antes de que comenzara el servicio a bordo, empezamos a oír los gritos de algunas personas en clase economica. Tardamos en entenderlo, pero estaban discutiendo con la tripulación porque, al parecer, el vuelo no iba a aterrizar en Lusaka, sino que se dirigía directamente a Johannesburgo.
Y creo que lo descubrieron con los speechs de la tripulación diciendo que el vuelo se dirigía a Johannesburgo, sin mencionar Lusaka en ninguno de ellos. En aquel momento pensé que se trataba de un error de la tripulación, pero así fue. Y estaban legítimamente furiosos. Aparentemente, sin embargo, los tripulantes fueron capaces de no escalar la cuestión más allá.
Ahora bien, obviamente no es culpa de la tripulación: simplemente se les asignaron los vuelos que iban a operar ese día, y lo hicieron con toda la seguridad.
Según tengo entendido, la culpa fue del departamento comercial y/u operativo de RwandAir, que consideró que estaba bien simplesmente cancelar uno de los tramos del vuelo, ya que de todas formas íbamos a hacer escala en Lusaka de regreso. Ni una mención a que se avisara a los clientes de ese cambio tan importante, y espero que no hubiera ninguno que fuera de Lusaka a Johannesburgo, porque se quedarían tirados (¡espero que al menos se les avisara de que su vuelo se cancelaba!).
Y por eso se ajustaron los horarios para que el vuelo pudiera salir más tarde de Kigali (11h00 en lugar de 09h40), algo de lo que ni siquiera nos habíamos dado cuenta antes.
Es inaceptable. Al menos la tripulación se ocupó muy bien del asunto — y de nuevo no fue su elección –, manteniendo una actitud muy profesional durante todo el vuelo y tratando al menos de minimizar las molestias para todos.
Pero nuestro compañero de clase Business, por ejemplo, tenía previsto conectar en Lusaka con un vuelo de Kenya Airways a Nairobi, que al parecer perdería. Se notaba que no le hacía ninguna gracia.
Volviendo a las cosas buenas, poco después de este «malestar» comenzó el servicio de almuerzo, esta vez sin menú escrito. Elegí la opción de carne. Y fue la mejor de todo el viaje.
El postre tampoco decepcionó. Era más de lo que esperaba para este vuelo de tres horas y media.
Ahora a los asientos, tenían mandos estándar (mecánicos), lo que estaba bien para un asiento reclinable de Business Class.
Y como se trataba de un avión Sky Interior, la cabina de clase turista también tenía un aspecto muy fresco, aunque sin pantallas personales. En comparación con los 737-800 de sus homólogos africanos (Ethiopian Airlines y Kenya Airways), sólo los aviones más nuevos de Kenya tienen pantallas personales.
El vuelo pasó bastante rápido mientras charlábamos y editábamos algunas fotos del viaje.
Hacia las 14h30 aterrizamos en el aeropuerto internacional OR Tambo de Johannesburgo. Al menos fue con mucha antelación (30 minutos para los pasajeros de Joburg, frente a la hora original de llegada)… pero a costa de los pasajeros que iban a Lusaka.
Como volvíamos a Kigali, tuvimos que bajar del avión y embarcar en otro momento, mientras permanecíamos en la puerta de embarque mientras el agente del aeropuerto nos imprimía las nuevas tarjetas de embarque.
Aun así, durante los veinte minutos o así que pasamos allí, la terminal parecía bastante moderna e infrautilizada.
Es probable que se deba a que, aparentemente, ése era un pier sólo para vuelos regionales dentro de África, sin muchos vuelos programados.
Por cierto: parece que también se cambió la hora de salida de Johannesburgo, por lo que saldríamos a las 15h50 en lugar de las 16h30 originales.
WB106 JNB-LUN
Una vez más, el vuelo no estaba muy lleno, por lo que el embarque se realizó muy rápidamente y a tiempo.
Antes de partir, hablé con dos de los pilotos que operaban los vuelos ese día. Ambos eran europeos, y dos «expatriados profesionales», si se quiere, aunque para entonces ya llevaban algún tiempo en RwandAir. El capitán Avramidis era también el piloto jefe de la flota de 737 de RwandAir.
Naturalmente (y es un fenómeno muy natural en muchos países), como RwandAir crece más rápido de lo que el país puede formar pilotos, tienen que contratar a gente del extranjero. Fue una charla muy interesante con los dos, y parecía que éste era uno de sus trabajos favoritos como expatriados.
Nuestro vuelo a la capital de Zambia, esa tarde, llevaba cinco pasajeros en clase Business y 88 en Turista.
Salimos de la puerta de embarque con puntualidad y, durante el rodaje, vimos algunos A340 que se han hecho muy famosos recientemente.
El rodaje hasta la pista fue largo, pero a las 16h05, el 9XR-WR empezó a recorrer una de las pistas del Aeropuerto Internacional OR Tambo. Nuestro 737-800 pesaba 68,461 kg, cerca de su MTOW de 70,000 kg, aunque no estoy seguro de por qué el MTOW era 5,000 kg más ligero en este vuelo. También llevábamos 13,320 kg de combustible, mucho más de lo necesario para este tramo en particular.
En cualquier caso, ¡por fin estábamos de camino a Lusaka!
Esta vez — la duración del vuelo era de unos 90 minutos — la comida era más simples, pero aún así muy sabrosa para un snack.
De momento, nos quedaríamos charlando y viendo pasar el vuelo en las pantallas superiores mientras sobrevolábamos tantos paisajes hermosos.
Algunas fotos más de la cabina. Me encantó este detalle de su logo en el bulkhead.
Los asientos de la clase Business también tenían luces individuales.
El vuelo pasó bastante rápido, aunque empezábamos a estar agotados por las más de 24 horas de vuelo casi sin parar.
El descenso hacia Lusaka fue simplesmente fantástico. Todos los paisajes cubiertos por esa maravillosa puesta de sol hicieron el vuelo.
A las 17h40 finalmente procedimos a un aterrizaje suave en el Aeropuerto Internacional Kenneth Kaunda.
Lo fascinante de Lusaka es que tienen una terminal nueva y reluciente que, al parecer, casi no utilizamos. En lugar de utilizar estas instalaciones, estacionamos en un puesto adyacente.
Aunque no he encontrado mucho sobre quién dirige realmente el aeropuerto, parece que el Gobierno de Zambia desarrolló el proyecto con financiación china, y llevan años luchando con su deuda.
El aeropuerto se inauguró oficialmente en 2021 y, según el Lusaka Times, hasta noviembre de 2022 la empresa encargada de construir la terminal seguía instando al Gobierno a pagar su saldo. El informe dice que la terminal funciona, así que no estoy seguro de por qué no aparcamos allí.
Al menos aparcamos en una posición remota, por lo que necesitábamos un apoyo mínimo en tierra. Y eso nos hizo unas fotos fantásticas, como verán en la tercera parte de esta serie, que publicaremos pronto.
En Lusaka, algunos pasajeros se marcharon mientras otros subíron a bordo, ya que este vuelo tenía una conveniente hora de conexión en Kigali hacia Europa.
WB106 LUN-KGL
La noche ya había caído cuando nos pusimos en marcha. Teníamos ocho clientes en clase Business y 85 en clase Turista (no puedo evitar pensar que un 737-700 podría haber hecho el trabajo).
Eran las 18h50 cuando, con un peso de 63,414 kg, por debajo de nuestro MTOW de 70,800 kg y cargado con 8m820 kg de combustible, el 9XR-WR salió rugiendo de Lusaka.
Para este último tramo, todos estábamos muy cansados, así que empecé a navegar por las pantallas de entretenimiento personal de la clase Business. Estuve a punto de ver una película china (Being Mortal, título original «来处是归途», 2020), pero aunque el comienzo era bastante interesante para un drama mediano, casi no habría tiempo para verla entera.
Acabé viendo una entrevista de la PBS con el presidente ruandés, Paul Kagame, en la que el presentador muestra las bellezas naturales del país, junto de fragmentos de entrevistas con el presidente. El documental, «Rwanda: the Royal Tour» (2018), está disponible también en YouTube.
Para cenar, una carne muy sabrosa…
…terminada con esta pequeña mousse, muy buena también. De nuevo la presentación fue muy dulce con cubiertos propios y copas de su marca.
Y por supuesto, también café. La comida fue muy bien para un vuelo de corta distancia y el servicio de la tripulación fue muy profesional y encantador. Su personal es un activo fantástico para RwandAir, y se notó en toda nuestra experiencia con ellos.
Aunque sin duda dormiría un poco en nuestro vuelo de vuelta a Europa (¡esa misma noche!), intenté estirarme un poco en el 737. Los asientos están reclinados al máximo, lo cual es bueno, ya que de lo contrario molestaría al pasajero de atrás.
Finalmente, mientras terminaba el documental, iniciamos el descenso hacia Kigali.
Y el aterrizaje de vuelta en la capital de Ruanda no se hizo esperar. A las 20h55, 55 minutos antes de la hora original (para entonces ya había perdido la cuenta), llegamos de nuevo a Kigali.
El taxi hasta nuestra posición no tardó mucho y pronto estábamos de camino a la terminal, pues el 9XR-WR ya estaba siendo preparado para su próximo vuelo.
Y lo mismo ocurría con el 9XR-WQ «Kalisimbi», bautizado así por la montaña más alta de Ruanda.
Era, otra vez, la hora del rush en Kigali: pasajeros en nuestro vuelo podrían conectar para Doha, Mombasa, Dubai, Nairobi, Addis Abeba y, por último, Londres (con escala en Bruselas).
Observaciones finales
Hay una clara separación en RwandAir. Por un lado, el fantástico personal, el buen servicio a bordo, las cabinas limpias y frescas y la creciente y cómoda red.
Ahora, por ejemplo, vuelan a Bruselas y Londres con vuelos directos; están conectados con el hub de Qatar Airways en Doha (el gobierno qatarí está invirtiendo, a través de su aerolínea, en una participación del 49% en RwandAir), mientras que las operaciones en París y EE.UU. también están en los planes.
En el otro lado de este equilibrio aparentemente desigual se encuentra la forma de gestionar esta cómoda red. Cancelar la primera etapa a Lusaka es, por la razón que sea, simplesmente inaceptable. Y lo que es más, parece que ni siquiera avisaron a la tripulación para que pudieran dar alguna justificación a los clientes, que estaban legítimamente molestos.
Poner a su gente en conflicto con los clientes no parece, en ningún caso, una estrategia razonable. Y es una estrategia que no fidelizará a los clientes a corto, medio y largo plazo.
Desde un punto de vista positivo, creo que RwandAir dispone de las herramientas necesarias para ofrecer un servicio excelente. Como he dicho, tienen un buen producto, un buen catering y unos profesionales fantásticos. Estos vuelos de corta distancia fueron realmente agradables y cómodos si ignoramos ese gran defecto.
Pero ya es hora de que solucionen esta división. Su país necesita esta fiabilidad si quiere que su aerolínea de bandera aporte más turismo, más reconocimiento y, lo que es más importante, mayor rendimiento económico. La base ya está construida, y RwandAir cuenta con los profesionales, el producto y, esperemos que con los conocimientos de Qatar Airways, la financiación para lograrlo.