En el marco de la novena Cumbre de las Américas, que se desarrolla en Los Ángeles, Aeroméxico se adhirió a la iniciativa liderada por Boeing y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para impulsar la producción y utilización de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés).
El pasado 5 de junio, un día antes del comienzo del encuentro de jefes de Estado, la aerolínea mexicana cargó 6.500 litros de SAF en el Boeing 787-8 que operó el vuelo AM647, entre Los Ángeles (LAX) y Ciudad de México (MEX). Según informó la compañía, el combustible sostenible evitó la emisión de 3.7 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
Fue la primera ocasión en la que Aeroméxico utilizó este combustible alternativo en un Dreamliner. El modelo es, por otro lado, una de las alternativas más eficientes en términos de consumo de combustible y emisiones asociadas actualmente disponibles en el mercado. Estas características, sumadas a la mezcla del carburante tradicional con SAF, permiten reducir significativamente la huella de carbono de una operación aérea.
En 2010, Aeroméxico se convirtió en la primera compañía aérea latinoamericana en utilizar combustible sostenible para la realización de vuelos de larga distancia. Actualmente es parte de la iniciativa Clean Skies for Tomorrow del Foro Económico Mundial, que declara tener el objetivo de lograr que el 10% de todo el combustible demandado por la aviación sea SAF en 2030.
La empresa destacó también la realización de dos mesas de trabajo en las que se trató el camino que debe seguir la industria para alcanzar las cero emisiones netas y «la relevancia de crear políticas públicas en la región que permitan la comercialización eficaz y transición hacia el uso de SAF».
Este aspecto es particularmente relevante. Si bien la investigación, el desarrollo y la producción se incrementaron en los últimos años, no hay disponibilidad a gran escala. La utilización de combustibles sostenibles es aún incipiente. Sin embargo, se espera que la producción de multiplique en los próximos años y contribuya a disminuir el coste para los operadores.
El SAF es, además, la mejor alternativa disponible en el corto plazo para lograr una reducción de las emisiones en la aviación gracias a su compatibilidad con los motores de las aeronaves actuales y la posibilidad de ser mezclado con carburante a base de petróleo sin la necesidad de modificar la infraestructura de abastecimiento.
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