El mundo de la aviación se vio tristemente sacudido hoy por la partida de una de sus leyendas: Joe Sutter, el ingeniero que tuvo la enorme tarea de dirigir en los años 60 el equipo de más de 4500 ingenieros (apodados Los Increíbles) que diseñaría una de las aeronaves más icónicas de la historia, la cual revolucionaría para siempre el transporte aéreo comercial: el Boeing 747.
Sutter ingresó a Boeing poco antes de la Segunda Guerra Mundial, tomándolo como un empleo de verano mientras completaba sus estudios de ingeniería aeroespacial en la Universidad de Washington. Al volver de la contienda, ingresó a la compañía con un puesto permanente, trabajando dentro del programa del Stratocruiser, la última aeronave comercial a pistón de Boeing.
Luego pasó por los programas Dash 80 (antecesor del 707), para continuar su carrera en el 707, el 727 y el 737, hasta que llegó su gran quiebre con el 747.
Boeing publicó hoy este texto firmado por Raymond L. Conner, vicepresidente de Boeing y presidente y CEO de Boeing Commercial Airplanes:
«Esta mañana perdimos a uno de los gigantes de la industria aeroespacial y querido miembro de la familia Boeing. Joe Sutter, el «Padre del 747», falleció a la edad de 95 años.
Joe tuvo una vida increíble y fue una inspiración -no sólo para nosotros en Boeing, pero para toda la industria aeroespacial. Él personificó el ingenio y la pasión por excelencia que hizo que las aeronaves de Boeing sean sinónimo de calidad alrededor del mundo.
Al principio de su carrera, trabajó en muchos proyectos de aeronaves comerciales icónicas, incluyendo al Dash 80, su primo el 707 y el 737. Pero fue el 747, primer jumbo jet del mundo, el que le aseguró un lugar en la historia.
Joe lideró el equipo de ingenieros que desarrolló el 747 a mediados de los años 60, abriendo el mundo de los viajes internacionales asequibles y ayudando a conectar el mundo. Su equipo, junto con miles de otros empleados de Boeing que participaron del proyecto, fueron conocidos como Los Increíbles por producir en tiempo récord la entonces mayor aeronave del mundo, sólo 29 meses desde que fue diseñada hasta el rollout. Ello continúa siendo un logro asombroso y testimonio de la increíble determinación de Joe.
Aún mucho tiempo luego de jubilarse, Joe siguió muy activo dentro de la compañía. Continuó trabajando como consultor en el grupo asesor senior de aeronaves comerciales, y todavía era una cara conocida para muchos de los que trabajamos aquí. Para entonces su cabello era blanco y se movía más lento, pero siempre mantuvo el brillo en sus ojos, una mente aguda, y una inquebrantable devoción hacia la innovación aeroespacial y The Boeing Company. Precisamente él se aprestaba a celebrar nuestro centenario durante el fin de semana del Día de los Fundadores. Era único en su clase.
Joe fue amado. Hizo una diferencia en el mundo. Hizo una diferencia en nosotros. Lo extrañaremos y valuamos el tiempo que pasamos con él».
Les recomiendo además leer esta entrevista que le hicieron durante la celebración de un reconocimiento a su carrera otorgado por Lufthansa, en la cual brinda algunos brillantes conceptos.
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