En una columna publicada hoy en el Diario La Nación, el Ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, se encargó de aclarar algunas cuestiones relacionadas con el rumbo de la política aerocomercial del gobierno de Macri.
Hay varios puntos importantes, pero el que se destaca es el siguiente: «Quiero ser claro: en la Argentina, y en línea con lo que sucede en la mayoría de los países del mundo, no hay ni habrá política de cielos abiertos». Previamente definió a «cielos abiertos» como «un avión con tripulación extranjera pueda hacer rutas de cabotaje entre dos ciudades del país», lo cual equivale a las 8° y 9° libertades del aire.
Dietrich empieza la columna destacando que en el cabotaje se están dando cifras de crecimiento que no se veían desde hace mucho tiempo, con 6 millones de pasajeros volados «en lo que va del año».
Esa cifra resulta algo vaga y merecería más precisiones, ya que si se considera hasta agosto inclusive, en el mismo período de 2015 el cabotaje había movido 6.410.395, si se considera julio, 5.565.024 y si se refería a la primera mitad del año solamente, en ese período de 2015 se movieron 4.673.283 pasajeros.
Si además observamos que durante los últimos años el cabotaje creció a razón del 10% interanual, ¿cuál será la cifra tomada como referencia?
Dietrich destaca también la mejora de Aerolíneas Argentinas en términos financieros y operativos, así como su continua apuesta por el cabotaje, haciendo énfasis en los tramos interprovinciales como Río Cuarto – Córdoba, Resistencia – Córdoba y Ushuaia – Córdoba – Salta. Pero sin dejar de mencionarla en el plano internacional con el aumento de frecuencias a Roma, Barcelona y Miami.
En referencia al cabotaje, Dietrich también destaca que quieren que las empresas que están en Argentina (Aerolíneas Argentinas, Austral, LATAM y Andes) sigan creciendo y, atentos, «junto con la instalación de nuevas empresas, podamos generar nuevos puestos de trabajo en el mercado y que se multipliquen las oportunidades de empleo en todas las provincias, y así acercarnos a nuestro objetivo de pobreza cero». Y personalmente me encanta que mencione lo de multiplicar oportunidades de empleo en todas las provincias, muy necesitadas de puestos aeronáuticos.
Por otro lado, el ministro dice que, en el marco de los acuerdos bilaterales (o sea respetando la normativa vigente), se han habilitado nuevas rutas internacionales como Rosario – Lima, Salta – Lima o Rosario – Panamá. Recordemos que todas esas rutas fueron contenidas por la gestión anterior, en un intento de frenar el drenaje de pasajeros del interior vía los hubs de LATAM, Copa y Avianca en el exterior, para favorecer la red centralista de Aerolíneas Argentinas via Buenos Aires (que desde ya tiene su lógica).
En fin, este mensaje no llega ingenuamente fuera de tiempo. APLA y UALA (gremios de pilotos) se encuentran oficialmente en estado de alerta y movilización debido a las trabas en las paritarias con Aerolíneas Argentinas y Austral, y mostraron su poder de fuego paralizando de manera sorpresiva las actividades de ambas compañías por 16 horas la semana pasada, dejando varados a 18 mil pasajeros. Y ya se observaba desde hace un par de semanas en medios afines al gobierno anterior (generalistas y especializados) la difusión de notas con el objetivo de instalar que el gobierno de Macri quiere abrir los cielos de Argentina en detrimento de Aerolíneas Argentinas.
En su columna de La Nación, que desde ya el tiempo se encargará de probar (y juzgar) si es discurso o un plan de acción certero, Guillermo Dietrich dejó en claro que el cabotaje no se va a abrir por completo a las compañías extranjeras, pero que, tarde o temprano, la competencia llegará y deberá generar mano de obra aeronáutica argentina en todo el país para poder servirse de los pasajeros locales. Así también, que dentro de los acuerdos bilaterales, el interior podrá seguir sumando opciones de conexión directa con el extranjero. Y, lo más importante (para el corazón aeronáutico argentino), Aerolíneas Argentinas seguirá siendo fortalecida.
Que así sea.
Los pasajeros argentinos y los trabajadores aeronáuticos (especialmente los del interior), lo necesitan.
Me produce sensaciones encontradas.
Muy tajante lo de que no habrá cielos abiertos, cuando creo que es lo que se necesita en Argentina, al menos en un punto intermedio.
Que vengan todas las aerolíneas, que se abra la competencia, pero con mano de obra argentina.