De acuerdo con lo confirmado hoy por John Lamola, presidente y consejero delegado interino de South African Airways, la empresa mantiene actualmente conversaciones con British Airways sobre la posibilidad de hacerse con la franquicia de Comair, aerolínea que operaba vuelos domésticos en Sudáfrica hasta el cese de sus operaciones en mayo pasado.
La línea aérea británica canceló el contrato de franquicia a partir del cual gestionaba a la compañía, luego de que los profesionales en rescate empresarial de Comair presentaran una solicitud judicial para convertir el proceso de salvataje que atravesaba la compañía en un procedimiento de liquidación.
Recientemente, el liquidador provisional aseguró que entendía que British Airways estaba buscando un nuevo socio en el mercado aéreo doméstico. Sin embargo, la aerolínea británica «no hace comentarios sobre acuerdos de franquicia, ya que se trata de información comercialmente sensible», según dijeron representantes de la empresa al periódico sudafricano Fin24.
El camino hacia el cese de las operaciones
En 2020, Comair había cerrado el año con graves problemas financieros. La baja demanda de viajes aéreos, relacionada con la coyuntura de la crisis sanitaria, la forzó a suspender todas sus operaciones durante ocho meses. Luego siguió una compleja reestructuración accionaria que obligó a la compañía a cancelar una orden por ocho Boeing 737 MAX.
En marzo de este año, la situación de la empresa se agravó cuando la Autoridad de Aviación Civil de Sudáfrica (SACAA) decidió suspender su certificado de operador aéreo tras constatar varios problemas de seguridad. La medida afectó también a Kulula, su aerolínea de bajo coste. A esto se sumó el alza del precio de los combustibles experimentado en los últimos meses. Cada uno de estos acontecimientos tuvo un impacto negativo en el negocio.
En su mejor momento, la compañía representaba alrededor del 40% del total del mercado doméstico sudafricano. De acuerdo con la plataforma Cirium, Comair representaba el 22% de la oferta de frecuencias en el mercado sudafricano al momento del cese de operaciones. Su flota estaba compuesta por tres Boeing 737-400 y diecinueve Boeing 737-800. Ofrecía servicios en cinco ciudades del país.
