El CEO de una compañía aérea especializada en perros decidió, en un audaz movimiento de marketing, experimentar las mismas condiciones adversas que a menudo enfrentan las mascotas.
Matt Meeker, fundador y director ejecutivo de Bark Air, una empresa innovadora que ofrece vuelos chárter de lujo para perros, decidió vivir en carne propia lo desagradable que puede ser viajar en una caja de transporte en el compartimento de carga de un avión.
Para comprender mejor lo que sufren las mascotas, Meeker se acomodó en un compartimento para perros y fue cargado en un avión de pequeño porte mediante una cinta transportadora, volando desde el sur de Florida hasta la ciudad de Nueva York. Tras un vuelo de 3 horas y 27 minutos, el CEO expresó: “No entiendo por qué alguien haría esto con su perro”.
Con esta experiencia, Meeker buscaba comparar y destacar las diferencias entre las condiciones que enfrentan las mascotas en este tipo de transporte y lo que Bark Air ofrece. Cabe destacar que su empresa propone brindar vuelos de primera clase para perros, un servicio aún limitado a ciertas rutas y con un costo considerable.
La iniciativa de Meeker, además de provocar reflexión sobre las condiciones de viaje de las mascotas en vuelos comerciales, también sirve para reforzar el valor diferencial que su empresa aporta al mercado. Bark Air se posiciona como una alternativa de lujo frente a los transportes tradicionales para animales, prometiendo una experiencia confortable y segura para los perros.
Con este emprendimiento, el CEO de Bark Air confronta la incómoda y desafiante realidad a la que están sujetas nuestras mascotas y plantea preguntas importantes sobre el trato que reciben durante el transporte aéreo. Su iniciativa seguramente destacará la necesidad de alternativas más humanas y seguras para el transporte de nuestros fieles compañeros de cuatro patas.