Boeing alcanzó hoy un nuevo hito en el desarrollo del programa 777X al unir las diferentes partes del fuselaje de la primera aeronave para pruebas en vuelo.
Esto se llevó adelante en la planta de Everett, al noroeste de los Estados Unidos.
Con 77 metros desde la nariz hasta la cola, el 777X se ha convertido en la aeronave más larga producida en la historia de Boeing.
«El 777X es tanto un nuevo avión como un nuevo sistema de producción», dijo Josh Binder, vicepresidente y responsable del programa. «Con el 777X, el sistema de producción fue integrado al desarrollo del programa en etapas más tempranas que con otras aeronaves, y el equipo está realizando una gran tarea en el cumplimiento de los hitos dentro de los tiempos previstos», agregó.
La primera variante en ser introducida será el 777-9 (derivada del 777-300ER), que tendrá una capacidad de entre 400 y 425 pasajeros en configuración estándar, con un alcance de 14.075 kilómetros. La cabina de pasajeros incorpora características de los actuales 777, pero con mejoras de diseños que provienen del 787, como ventanas más grandes y a una mayor altura, mejor iluminación y arquitectura.
Uno de los aspectos más destacados de la aeronave son sus winglets rebatibles, los cuales permiten que la aeronave pueda mantener la compatibilidad aeroportuaria con los actuales 777, pero sumando eficiencia aerodinámica a las alas al tener mayor envergadura. Esto, junto a sus motores GE9X, nuevo diseño de alas de materiales compuestos y otras tecnologías le permiten reducir hasta un 10% los costos operativos en comparación con aeronaves de la competencia.
Boeing tiene programado el primer vuelo del 777X para el año 2019 (serán tres las aeronaves de prueba), mientras que la primera entrega está prevista para el año 2020.
El programa también está compuesto por la variante 777-8, sucesora del 777-200LR. Al momento el 777X acumula 340 pedidos por parte de All Nippon Airways, Cathay Pacific, Emirates, Etihad Airways, Qatar Airways, Lufthansa y Singapore Airlines.