La semana que termina trajo varias novedades en la triste novela del cada vez más posible y cercano fin de Avianca Brasil.
Por un lado, Azul Linhas Aéreas, la primera compañía en haber manifestado a principios de marzo su interés en activos de la aerolínea de Synergy a través de una inversión de USD 105 millones (que abarcaban a su certificado de operador aéreo, 70 pares de slots y unos 30 A320), anunció que se baja de la subasta acusando a LATAM y a Gol, las otras dos participantes, de llevar adelante acciones para evitar que Azul ingrese al lucrativo mercado entre San Pablo/Congonhas y Río de Janeiro/Santos Dumont, una de las rutas aéreas con más tráfico del mundo.
«Es una pena lo que están haciendo nuestros competidores, intentando evitar la competencia en el puente aéreo desde Congonhas, porque quien va a salir perdiendo es el consumidor», dijo John Rodgerson, presidente de Azul ante varios periodistas.
Paralelamente, a partir de este lunes Avianca Brasil empezará a devolver gradualmente 18 aeronaves a sus lessors, lo que la obligó a cancelar más de 1000 vuelos hasta el domingo 28 de abril, debido a que su flota quedaría con menos de una decena de aviones activos.
La próxima fecha clave para la compañía será el 7 de mayo, día en que se realizará la subasta de las siete Unidades Productivas Aisladas(UPI, por su sigla en portugués) en las que fueron divididos sus activos en el marco del proceso de recuperación judicial, cuyo plan fue aprobado por sus acreedores el pasado 5 de abril.
Seis UPI estarán formadas por slots en los aeropuertos de Congonhas, Santos Dumont y Guarulhos, así como los certificados de operador aéreo (son las llamadas “UPI Aéreas”), mientras que una tendrá los activos relacionados al programa de millas “Amigo”.
LATAM y Gol se comprometieron a invertir alrededor de USD 70 millones por las mismas, junto la entrega de adelantos en efectivo para mantener a Avianca Brasil operando durante el proceso.
Pero el grupo que también estaría interesado en la aerolínea de Synergy, de acuerdo a lo revelado hoy por el diario chileno La Tercera, sería Indigo Partners, que ya tiene pie en Sudamérica a través de JetSMART en Chile y Argentina. Información que debe tomarse con pinzas y responde más a especulaciones, dado que el mismo medio indica que Indigo no está «del todo decidida a participar, porque los aviones de Avianca son antiguos y podrían significarle un sobrestock de flota antigua», lo cual podría ser solo el principio de una larga lista de «no no».
Avianca Brasil, al igual que Avianca Argentina, utiliza la marca Avianca como «licenciataria», pero su razón social es Oceanair Linhas Aéreas (así como en Argentina es Avian Líneas Aéreas). Ambas son propiedad de Synergy Group, el cual también es accionista mayoritario de Avianca Holdings, por lo que de allí se desprende el vínculo marcario, pero en la práctica son empresas independientes.
Por pertenecer en su totalidad a Synergy, las filiales brasileñas y argentinas tienen un vínculo más cercano, con mucho del personal operativo y administrativo de Buenos Aires respondiendo directamente a Brasil.
Es por eso que la crisis de Avianca Brasil tuvo un impacto tan fuerte sobre la operación en nuestro país, cuyo futuro es tan incierto como el de aquella.