Norwegian renegocia sus obligaciones y se fortalece

Ayer fue un día clave para Norwegian, ya que los tenedores de bonos de la compañía aceptaron un diferimiento de dos años en la toma de dividendos de obligaciones que la compañía había emitido en 2015 y 2017. Con esta acción, el carrier se evita pagar 380 millones de dólares con vencimiento en el último cuatrimestre del año en curso.

Esto le da a Norwegian Air Shuttle un poco de alivio, mientras los esfuerzos por reducir los costos y devolver a la aerolínea a la senda de la ganancia continúan sin pausa: la empresa considera que el plan para reducir 2.000 millones de Coronas Noruegas (223M USD) va por buen camino. 

Para poder cambiar los términos de pago de los bonos, al menos el 75% de los tenedores tenían que votar afirmativamente. Para el bono NAS 07, que vencía en Diciembre de este año, el 89,8% de los tenedores dio el ok. Para el NAS 08 la aceptación fue todavía mayor, llegando al 99.64%. 

«Estamos encantados con la decisión de los tenedores de bonos, ya que nos da un buen margen financiero en el futuro cercano» dijo el CEO interino Geir Karlsen. Sí, el mismo que cuando era CFO dijo que si Norwegian Argentina no caminaba la levantaban y generó un revuelo tal que tuvo que salir Bjorn Klos, el CEO en ese entonces, a aclarar los tantos. 

Como era de esperarse, los mercados reaccionaron bien al diferimiento y llevaron las acciones de Norwegian un 5,6% arriba de la cotización del viernes, lo que representa otro alivio al aumentar el valor de la compañía. Es cierto que las condiciones para los tenedores mejoraron, ya que los nuevos bonos… eh… reperfilados… están garantizados por uno de los activos más importantes que tiene la compañía: slots de operación en Gatwick, una de las bases del segmento Long Haul Low Cost. 

Norwegian viene arrastrando un panorama complejo, ya que la veloz expansión que impulsó en estos años sufrió unos cuantos impactos no esperados: entre los problemas de motor de los Dreamliner y la puesta en tierra de los MAX, la empresa se vio obligada a buscar formas de mantener un flujo financiero saludable. Hace poco se desprendió de las acciones que tenía en NFH, Norwegian Finans Holding, lo que le dio una buena cantidad de capital inmediato (100M USD limpios), pero la deja afuera del negocio de las tarjetas de crédito que le había dado buenos resultados en el pasado. 

Por otro lado, el programa de venta de aviones que le venía aportando plata fresca se tuvo que frenar tras el grounding de los MAX, ya que la capacidad está demasiado afectada para andar desprendiéndose de asientos en este punto. Se verá cuando finalmente se recertifique el avión y se reasuma el calendario de entregas. 

Por ahora, y pese a los anuncios cataclísmicos de varios, Norwegian sigue operando, y con un poco más de margen. Tal vez podamos parar de vaticinar la quiebra por, al menos, seis meses.