En el marco de una operación especial para transportar perecibles hacia el continente asiático y retornar a Sudamérica con productos electrónicos, el 30 de noviembre aterrizó por primera vez en Doha un vuelo de LATAM Airlines, realizado en esta ocasión por la filial brasileña.
El segundo vuelo partió hacia Qatar el 7 de diciembre llevando más de 95 toneladas. En Doha, la carga fue transferida a su partner interlineal, Qatar Airways, para seguir hasta Shanghai. En el vuelo de retorno se trajeron más de 60 toneladas de productos electrónicos hacia Brasil y Chile, de cara a la temporada de compras navideñas.
“Aterrizar por primera vez en Qatar es el reflejo más concreto del compromiso que tenemos con satisfacer las necesidades de nuestros clientes de carga. De manera exitosa, y con el apoyo de nuestras filiales, coordinamos e implementamos una ruta que nos permitió reducir los tiempos de transporte hacia sus mercados relevantes y apoyar los mercados de exportación e importación de Sudamérica”, expresó Kamal Hadad, VP de Alianzas y Network de LATAM Cargo.
Desde la compañía destacaron que más de 50 personas de diferentes áreas integraron el equipo responsable de la operación, la cual abarcó 18 horas de vuelo desde que el Boeing 777-300 despegó desde San Pablo/Guarulhos hasta que llegó a Doha (previas escalas en Santiago y Recife).
“Si bien esta ruta es temporal y funcional a la temporada alta de fruta en Chile, así como a la mayor demanda de electrónicos que genera Navidad, seguiremos adaptando nuestra operación para satisfacer las necesidades de nuestros clientes y conectar los productos de Sudamérica con el mundo”, agregó Hadad.
LATAM Cargo tuvo que readaptar su oferta luego de que la pandemia provocara la interrupción de miles de vuelos de pasajeros en los cuales disponía de espacio de carga en bodega.
Es así que junto al holding utilizaron aeronaves de pasajeros para realizar vuelos de carga exclusivos, en algunos casos incorporando el uso de seat containers para optimizar la capacidad de transporte.
Por otro lado incrementaron el número de vuelos en rutas clave, como Santiago de Chile -Miami (de 6 a 31 por semana), y Bogotá-Miami (de 14 a 18 por semana). También se incrementó la conectividad desde Europa hacia Sudamérica y se sumaron rutas exclusivas de carga como Los Ángeles y México.