ITA -acrónimo de Italia Transporto Aereo-, la compañía estatal italiana que reemplazará a la Societá Aerea Italiana que a su vez reemplazó a Linee Aeree Italiane, se relanzará en Abril de 2021 bajo la marca de siempre: Alitalia. Tiene una nueva vida, pero no será similar a la que tenía. Ni cerca.
Mañana, lunes 21 de Diciembre, el consejo de administración extraordinaria que tomó las riendas de Alitalia tras la salida -rozando el vaciamiento- de Etihad y la nueva crisis financiera de la línea aérea que es un ícono de Italia alrededor del mundo presentará al congreso Italiano el plan bajo el cual seguirá operando la compañía.
De los 104 aviones que la compañía actualmente tiene en flota -más allá de los que tiene en operación efectiva por los efectos de la pandemia-, quedarán apenas 52. De los once mil empleados que tenía al inicio de este 2020, no más de cinco mil mantendrán sus puestos. Las ambiciones internacionales de Alitalia se verán severamente impactadas: de los 26 aviones de doble pasillo, quedarán apenas nueve.
La flota tampoco incorporará nueva tecnología en este reinicio, pero se estima que para 2025 83 de los 110 aviones serán de nueva generación. Habrá que ver si la estrategia de flota sigue siendo no quedar atado a un solo constructor o se buscará homogeneizar para reducir costos de entrenamiento y transición de tripulaciones.
La esperanza es que, en los próximos años y acompañando la recuperación del mercado aerocomercial global, Alitalia vuelva a tener 110 aviones en 2025, y que la participación del mercado de larga distancia crezca del 23% que representaba en 2019 a un 32% para la misma fecha.
Del mismo modo se espera recuperar los niveles de empleo: nuevamente 2025 apunta a ser el año en el que Alitalia tenga 9500 empleados, aunque pocas son las esperanzas de que muchos de los cesanteados en este reinicio vuelvan a incorporarse: el núcleo de los recortes que se harán en la transición de SAI a ITA se hará en puestos administrativos -cuatro de cada cinco- y en menor medida afectará a las áreas operativas.
Para eso, el congreso Italiano deberá sancionar una ley que le permita iniciar la transición de los empleados al tiempo que asegure la provisión de beneficios de retiro y compensación a aquellos que no serán incorporados por la nueva sociedad. El paquete de beneficios depende en gran medida de la última partida de 150 millones de Euros que le otorgó el estado Italiano como alivio financiero por la pandemia, y que Alitalia tiene disponible aún pese a las sospechas de la Unión Europea y su comisión antimonopolio.
Lo que está claro es que Alitalia necesitará de un socio para sobrevivir en los años que vienen, porque fuera de ese aporte extraordinario no hay demasiado respaldo económico para mantenerse a flote. «Alitalia no puede sola» le dijo Fabio Lazzerini, Director General de la administración extraordinaria, al diario Il Sole. «Para la futura alianza estamos hablando con el grupo Delta-Air France-KLM y el grupo Lufthansa. Con ambos partimos de una hoja en blanco. Inicialmente, la asociación será de carácter comercial», agregó.
Ese socio Europeo será clave en la reconstrucción de su red de destinos de media distancia, al mismo tiempo que busca consolidarse nuevamente en el transporte doméstico. Serán pocas las rutas estratégicas que Alitalia mantendrá para sí en estos años que vienen, más allá del esfuerzo logístico en la distribución de la vacuna contra el COVID-19, esfuerzo que será importante tanto para el estado Italiano como para la compañía. Cuando esos vuelos subsidiados se terminen, empezará el desafío para esta nueva vida de la compañía de bandera Italiana. Nuevamente se verá cuál es la fortaleza de la línea aérea que, desde hace décadas, siempre que está al borde del abismo encuentra una piedra donde hacer pie.
Las Aerolíneas bandera no son una buena opción, dan pérdida y el estado roba por esa vía. Mejor ejemplo: Aerolíneas Argentinas.