Aerolíneas y aeropuertos de Latinoamérica y el Caribe reclaman contra el resurgimiento de restricciones fronterizas

El brote de una nueva cepa de COVID-19 y la amenaza de la segunda ola de contagios reflejada desde el otro lado del Atlántico provocó que muchos gobiernos latinoamericanos retrocedieran durante las últimas semanas en las medidas de flexibilización al movimiento internacional de personas que habían tomado luego de meses con las fronteras cerradas.

Entre los países que dieron marcha atrás se encuentran Perú y Bolivia, que suspendieron sus vuelos desde Europa; Argentina, que volvió a bloquear el ingreso de extranjeros no residentes; Chile, que sumó un requisito extra de cuarentena y Uruguay, que volvió a sellar sus fronteras. Incluso Brasil, uno de los pocos países que mantuvo libre los ingresos por vía aérea durante el año sumó el requisito de la presentación de un test PCR negativo para COVID-19.

Todo esto ensombreció aún más el panorama de las compañías aéreas que operan en la región, las cuales a duras penas lograron sobrevivir durante 2020 refugiándose en sus mercados domésticos, también afectados por múltiples restricciones internas aunque sin un bloqueo total, al menos durante gran parte del año salvo en países puntuales.

Es por eso que desde las asociaciones que agrupan a las aerolíneas, aeropuertos y proveedores emitieron este lunes un comunicado conjunto para reclamar contra esta «nueva ola» de restricciones, las cuales consideran que «atenta contra la recuperación económica» del sector.

«Observamos la reimposición de medidas que habían sido suspendidas, como por ejemplo cuarentenas encima de la exigencia de pruebas y tests, así como también nuevas prohibiciones de vuelos hacia ciertos destinos. Todo esto supone un retroceso en los esfuerzos por recuperar numerosos sectores económicos, como lo son viajes y el turismo, entre otros» señalaron desde el Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI‐LAC), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Organización de Proveedores de Navegación Aérea (CANSO) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

Las asociaciones se mostraron preocupadas ante lo que consideran como «intempestivas medidas y restricciones que afectan los viajes aéreos en Latinoamérica y el Caribe», y volvieron a reiterar un llamado que han hecho desde el día uno: que los gobiernos trabajen de manera articulada para tomar medidas que sean equilibradas y estandarizadas «basadas en la evaluación de riesgos y costos de oportunidad para la población, que se ve directamente vulnerada por las restricciones que afectan millones de empleos en nuestros países».

«Los aeropuertos de la región han constatado una recuperación sostenida -aún muy paulatina- desde junio pasado, alcanzando en noviembre de 2020 el 45% del total de pasajeros de noviembre de 2019», señaló Rafael Echevarne, Director General de ACI-LAC. El directivo enfatizó el esfuerzo conjunto que ha sido recuperar la confianza de los pasajeros y brindar una experiencia de viaje segura, y cómo la industria avanzó en la implementación de estrictos protocolos sanitarios.

«Con la llegada de los meses de verano en el Cono Sur de la región esperábamos una recuperación más acelerada; sin embargo, la imposición de nuevas medidas y restricciones restará incentivos para viajar», concluyó Echevarne.

«No podemos volver a los cierres de fronteras ni reimponer obstáculos a los pasajeros», exclamó por su parte José Ricardo Botelho, Director Ejecutivo & CEO de ALTA. «Entre enero y noviembre de 2020 las aerolíneas  que operan en la región transportaron cerca de un 40% del total de pasajeros transportados en ese período de 2019», detalló el directivo. «Esto demuestra que existe interés y necesidad de viajar», agregó.

Desde IATA, Peter Cerdá, Vicepresidente Regional para las Américas, manifestó que «no podemos volver a actuar como al principio de la pandemia, cerrando fronteras o aplicando cuarentenas cuando hasta la propia Organización Mundial de la Salud ha señalado que el virus no se controla de esta manera. Es imposible reducir la exposición a cero, pero hay estrategias inmediatas de gestión de riego».

El directivo también hizo hincapié en la aplicación de protocolos que garantizan la seguridad en los viajes y en cómo se debe gestionar vivir con el virus «sin poner en riesgo millones de puestos de trabajo, sin paralizar las economías de dependen de la aviación».

Y se refirió a un tema clave: los países necesitarán más que nunca de la aviación comercial y sus opciones de conectividad rápida y segura para garantizar la logística de las vacunas en todos los rincones de la región.

Simon Hocquard, Director General de CANSO, señaló que el Caribe registró el crecimiento más significativo, en donde se incorporaron 900 vuelos diarios adicionales a finales de octubre y noviembre de 2020. «Las organizaciones de toda la industria se enfrentan a un desafío financiero sin precedentes y aunque entiendo las importantes medidas que se están implementando para proteger al público y, a medida que avanzamos hacia la nueva normalidad, hacemos un llamado a los gobiernos para que coordinen y apoyen al sector de la aviación mientras dure esta crisis», concluyó.

Otro aspecto importante que señalaron desde las asociaciones es la necesidad de previsibilidad regulatoria, tanto para poder cumplirlas como para brindar confianza a los pasajeros, un punto débil que han demostrado los gobiernos en sus idas y vueltas durante la pandemia, provocando que los viajeros terminen teniendo más miedo a no cumplir con los requisitos del país de destino que a contagiarse de COVID-19.