La aerolínea caribeña LIAT, que dejó de operar a mitad del año pasado, hoy no encuentra el auxilio financiero que ayude a indemnizar a sus empleados. Tal es así que el administrador de la aerolínea, Cleveland Seaforth, se mostró preocupado por las acciones legales que podrían ejecutar los trabajadores recientemente despedidos y aquellos que aún resta despedir.
El motivo de tal preocupación tiene que ver con que a la fecha, las conversaciones con los gobiernos del caribe no han prosperado en una respuesta tangible respecto de los fondos necesarios para cubrir las indemnizaciones al personal. La situación es alarmante si tenemos en cuenta que los empleados despedidos hasta el momento son más de 600 y existe una inminente posibilidad de añadir a 100 más en el corto plazo.
La necesidad principal detallada por Seaforth en una misiva dirigida a los jefes del CARICOM (Gobierno de la Comunidad del Caribe) es cubrir cuanto antes los 79 millones de dólares que son necesarios para cumplir con las indemnizaciones de los más de 560 empleados que tienen prioridad de pago.
Por otra parte, el administrador a cargo de la liquidación de la aerolínea, detalló que considera ínfima la cantidad de dinero que puede obtenerse con la venta de activos de la aerolínea frente a los compromisos laborales que restan solventar. Esto, sumado a que no todos los gobiernos se han pronunciado con propuestas sólidas para aliviar el pesar de los trabajadores y que los mismos estaban ilusionados por las promesas iniciales de que sus reclamos serian asistidos por los gobiernos locales.
Hasta el momento, la única propuesta seria es la del gobierno de Antigua y Barbuda, que busca hacerse cargo de hasta el 50% del monto indemnizatorio aportando liquidez, tierras o bonos estatales o una oferta mixta de todos estos. Restará ver si el resto de los gobiernos imitan la propuesta o hallan un camino conjunto que permita aunar esfuerzos para aliviar la realidad de los trabajadores cesanteados.