¿Nace un Joint Venture? Antonov se acerca a Boeing para expandir la cooperación

No es noticia que Boeing y Antonov tienen una relación cordial desde hace un buen tiempo. Sin embargo, cuando la estadounidense compró la empresa de logística Aviall en 2006 no sabía que sería tan importante para el constructor ucraniano algunos años más tarde.  

Las crecientes tensiones entre la Federación Rusa y Ucrania pusieron en serios aprietos a Antonov y a su ecosistema de proveedores: En 2017 Rusia anunció que abandonaba el proyecto conjunto del An-148, lo que virtualmente cancelaba la producción del avión por falta de partes críticas. No para la construcción en sí, sino para una necesidad fundamental y un punto flojo conocido de la industria aeronáutica del ex-bloque soviético: el soporte post-venta. 

No hay que ir demasiado lejos para encontrar ejemplos: la aerolínea Interjet todavía está lidiando con las consecuencias de su flota de Sukhoi SuperJet 100.

En Julio de 2018 Boeing anunció que había llegado a un acuerdo por el cual Aviall incorporaba el catálogo de partes de los aviones Antonov y firmó un convenio por el cual iba a proporcionar asistencia post venta del 148 a sus clientes, lo que le daba un nuevo empujón al modelo después de unos meses difíciles tras el accidente del vuelo 6W703 de Saratov Airlines, ocurrido en febrero de ese año.  

Con esta cooperación como antecedente, el embajador de Ucrania en Estados Unidos, Volodymyr Yelchenko, confirmó que hay una serie de conversaciones en marcha sobre proyectos presentados por Antonov a Boeing. Yelchenko afirmó que Boeing mostró interés en la producción general o parcial de los programas de Antonov. 

«Creo que el futuro de Antonov y de toda la industria de la aviación ucraniana depende en gran medida de la cooperación con Boeing, con el consentimiento y el respaldo político de Washington», le dijo Yelchenko a Riafan.ru.

Tal vez lo más significativo que dijo el embajador Yelchenko es que Boeing también está considerando producir grandes cargueros en cooperación con Antonov, ya que hay una creciente demanda de aviones de carga capaces de transportar artículos de gran tamaño o muy pesados ​​a larga distancia. «Antonov, por supuesto, tiene mucho que ofrecer. Espero llegar a acuerdos específicos, que podrían incluir la creación de una empresa conjunta entre Antonov y Boeing. Me gustaría mucho que se implementaran estos planes»

La pregunta que queda flotando es básicamente una sola: más allá de la repentina demanda de aviones cargueros, es un momento para embarcarse en un joint venture? No pasó un mes del último acuerdo del que Boeing salió corriendo, que le ofrecía un montón de ventajas en mano de obra, instalaciones y know-how barato que en este punto no necesita, además de una línea de aviones regionales soberbia y con un potencial de crecimiento enorme. No sé si la ucraniana está en condiciones hoy de ofrecer lo mismo. 

Es una movida inteligente de Antonov la de buscar expandir la cooperación en el servicio post venta, que en condiciones normales representa la diferencia entre el éxito y el fracaso de un modelo. Entre un acuerdo de logística  y un joint venture hay un par de estaciones de distancia. Aunque en este momento extraño de la industria, nada debería sorprendernos. 

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