Japón selecciona a Lockheed Martin para que la asista con el proyecto F-X

Gastón Dubois

El F-X es el proyecto japonés para desarrollar un caza furtivo de próxima generación nacional, que reemplace a su caza-bombardero Mitsubishi F-2. El costo del programa se estima en 40.000 millones de dólares y es liderado, como informamos en su momento, por Mitsubishi Heavy Industries (MHI).

La compañía desarrolló el demostrador llamado X-2, con el que pudo avanzar en el desenvolvimiento de varias tecnologías avanzadas que se aplicarán al programa F-X. Sin embargo, como el desarrollo en solitario del programa resultaría demasiado largo y caro, la  Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística del país (ATLA) viene desde hace tiempo manteniendo charlas y consultas con diferentes empresas extranjeras para conseguir las transferencias de tecnologías necesarias.

La lista de socios potenciales se encuentra reducida a 3 empresas, Lockheed Martin y Boeing de EEUU, y BAE Systems de UK. Y como informa el conocido periódico Nikkei, Tokio seleccionó al contratista de defensa estadounidense Lockheed Martin (LM) para proporcionar apoyo tecnológico al programa.

Foto: Reuters y el Min. de Defensa de Japón

La noticia difícilmente resulta una sorpresa para nadie. Lockheed Martin desarrolló los aviones de combate de 5ta generación líderes en el mundo, el F-22 y el F-35, y tiene una sólida reputación en tecnología furtiva. El soporte técnico que proporcionará a Mitsubishi Heavy Industries será principalmente en el diseño de la estructura del avión y la integración de sistemas.

Además, las Fuerzas de Autodefensa de Japón se transformarán en los segundos mayores operados del F-35 Lighting II en el mundo, al poseer una flota de 105 F-35A y 42 F-35B (éstos últimos embarcados). Así que las relaciones entre Tokio y Lockheed Martin, están muy bien aceitadas.

F-35A con el emblemático Monte Fuji de fondo. Foto: JASDF

El plan para el avión de combate autóctono (a llamar F-3), que será operado conjuntamente por las Fuerzas de Autodefensa de Japón y las  fuerzas estadounidenses, será anunciado por el Ministerio de Defensa de manera inminente. Esta medida se produce, cuando Japón espera fortalecer su alianza con Estados Unidos ante el aumento de la actividad militar china en la región asiática.

Tokio enfatiza la interoperabilidad del avión de Japón con los de EE. UU. En preparación para una emergencia, podrá compartir datos con los F-22 y F-35 de las fuerzas estadounidenses, lo que facilitará el desarrollo conjunto de operaciones.

Por los lineamientos hasta ahora conocidos, se sabe que Japón planea producir 90 cazas de próxima generación, para reemplazar al envejecido Mitsubishi F-2, con un despliegue programado inicial en el 2035. Pero seguramente luego se realicen más pedidos, posiblemente para reemplazar a los F-15J, que pronto serán modernizados.

El gobierno japonés visualiza al nuevo avión como un caza polivalente, capaz de atacar objetivos terrestres y marítimos, además de participar en combates aéreos. Tendrá sigilo además de funciones de red para continuar las operaciones incluso si es perturbado por ondas electromagnéticas.

Con estos aviones de combate de vanguardia, Tokio busca crear un baluarte contra la creciente influencia regional de China y Rusia.

Según el Ministerio de Defensa, China tiene más de 1.000 cazas de «cuarta generación». El número de estos jets se ha triplicado en los últimos 10 años. Beijing también está desplegando su punta de lanza de «quinta generación» sigilosa, el J-20. Y Rusia ya comenzó la fabricación en serie del Su-57 Felon, su apuesta de 5ta gen.

el J-20 es una de las principales amenazas a las que tendrá que hacer frente el F3.

Otro punto que fue considerado en la elección por LM, fue que ésta trabaja estrechamente con el contratista de defensa estadounidense Northrop Grumman en el desarrollo de varios programas militares. Northrop es fuerte en sensores, así como en tecnología de data link, por lo que trabajar con  Lockheed Martin, facilitará que MHI reciba asistencia técnica de Northrop.

En cuanto a componentes individuales, Tokio también busca la cooperación con empresas británicas que están estableciendo asociaciones con Japón en el desarrollo de tecnología de defensa. BAE tiene gran reputación de tecnologías de guerra electrónica, como por ejemplo el AN/ASQ-239, el sistema de autodefensa electrónica que equipa a los F-35.

Aproximadamente 1.000 empresas japonesas están involucradas en el programa F-X. El plan es que mientras se recibe asistencia técnica de empresas extranjeras para el F-X, esta transferencia de know-how fomente la innovación entre las empresas nacionales y cree nuevas industrias para Japón.

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