Desde el mediodía – zona horaria de Roma – del último sábado (18) la marca Alitalia ha quedado oficialmente abierta a ofertas, bajo la administración extraordinaria de la compañía. El precio base de los derechos de uso del clásico nombre se ha fijado en 290 millones de euros, «más IVA e impuestos».
La fecha límite para las ofertas en esta primera fase de la carrera por el nombre de Alitalia es el 4 de octubre a las 14h00 hora de Roma, tras lo cual, si no se establecen ofertas, habrá una segunda fase en la que los participantes podrán proponer ofertas por debajo del valor mínimo.
En este escenario, los competidores dispondrán de tres días después de recibir el aviso para presentar sus propuestas.
El ganador recibirá los derechos de la marca antes del 31 de diciembre.
Sin embargo, es poco probable que nadie lance una oferta. El primer interesado, naturalmente, es ITA – Italia Trasporto Aereo; la nueva empresa del Estado italiano, creada porque el país no podía, por normativa de la Unión Europea, poner más dinero en Alitalia, se espera que despegue el 15 de octubre utilizando los aviones de Alitalia.
Por el momento, la compañía no puede utilizar la marca Alitalia, lo que puede causar estragos si no gana la carrera. Mientras ITA vende billetes, utiliza una marca provisional, que incluye algunos detalles y fuentes muy familiares en su sitio web «provisional».
Dicho esto, ITA no puede darlo todo por una nueva marca. Su capital inicial es de 700 millones de euros, informa el Corriere della Sera, con un límite máximo de 1.350 millones de euros de ayuda estatal hasta el 2023; así, gastar 290 millones se comería una parte enorme del presupuesto de la aerolínea, aunque ésta necesita efectivamente la marca para empezar a operar a tiempo utilizando los aviones de Alitalia, señala el periódico.
Sin embargo, no todo el mundo podrá poner una oferta por el nombre de Alitalia. La convocatoria de ofertas señala que sólo «podrán presentarse empresas individuales o sociedades […] con un patrimonio neto […] no inferior a 200 millones de euros y que sean titulares de licencias de explotación de transporte aéreo o de certificaciones de operador aéreo […]».
Esto puso todos los focos en otros posibles licitadores que podrían estropear los planes de ITA. El candidato obvio es Ryanair, el mayor operador de Italia; sin embargo, el CEO del grupo, Michael O’Leary, dio un «no» rotundo y claro al Corriere della Sera en una entrevista en Milán hace dos semanas.
Reconoció que la idea pasó por su mente, «pero sólo como una acción perturbadora, para intentar que ITA pague más por quedarse con la marca». El ejecutivo dijo que «somos grandes y famosos en Italia, no necesitamos ese nombre. Cierto, Alitalia es una de las marcas más famosas de Italia, pero siempre fue una empresa de mierda. Pero ahora no podemos esperar a que el paso de Alitalia a ITA sea lo más rápido posible».
En un tono menos pesimista, a la versión italiana del Huffington Post, el experto en marcas italianas Antonio Romano recordó que «ITA es una startup, con una serie de limitaciones estructurales que ya la convierten en un debut difícil. Contar con una marca cuya notoriedad es global puede darle un impulso importante».
En efecto, desde finales de los años 60, cuando se lanzó, la «A» estilizada es un símbolo de Italia en todo el mundo, y no en vano ITA ha piensado en quemar el 40% de su capital inicial en adquirirla.
El nombre Alitalia debería desaparecer, quien en su sano juicio va a comprar un nombre que está asociado a la decadencia, la pésima administración, quien lo compre solo estará comprando problemas.