Por los accidentes del 737 MAX, la FAA está analizando profundos cambios en la formación de pilotos

Ismael Awad-Risk

La Administración Federal de Aviación (FAA) presentó una propuesta para modificar el proceso de formación de pilotos con miras a evitar «una excesiva dependencia en el uso de la automatización». En el documento, que aún no adquiere fuerza de ley, el ente regulador señala que la tripulación de vuelo debería «centrarse en la gestión de la trayectoria de vuelo y el manejo de la energía».

El aviso de la FAA, dirigido a las compañías aéreas y a los centros de formación, describe «las formas aceptables de incorporar los principios de gestión de la trayectoria de vuelo tanto en los sprograma de formación de pilotos como en el manual de procedimientos (Standard Operating Procedures o SOP) de los operadores».

El documento en cuestión es un bosquejo de circular consultiva. Si bien aún no tiene fuerza vinculante, este es el primer paso en una serie de instancias que generalmente culminan con algún tipo de reglamentación. El texto, titulado «AC 120-FPM, Flightpath Management» impone a las tripulaciones el deber de «monitorear constantemente la energía y la trayectoria de vuelo de la aeronave con el fin de intervenir en caso de ser necesario».

El proyecto se lanza casi una década después de que la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) recomendara el entrenamiento de las tripulaciones en la gestión de energía y trayectoria de vuelo. Esta recomendación fue incluída en el informe final de la investigación del accidente del vuelo 214 de Asiana Airlines, ocurrido en julio de 2013.

El accidente, el primero fatal para el 777, ocurrió producto de una serie de errores en el manejo de la energía y en un desconocimiento de la operación de los modos de vuelo de la automatización del avión por parte de la tripulación. Tras el impacto contra un rompeolas ubicado apenas metros antes del umbral de pista 28L del Aeropuerto Internacional de San Francisco, tres personas perdieron la vida.

Como empujón para el proyecto también colaboraron algunos requisitos requeridos por el Congreso después de los accidentes del Boeing 737 MAX. Un informe del cuerpo, publicado en septiembre, señaló que las investigaciones de los accidentes «plantearon dudas sobre el creciente uso de sistemas de control de vuelo automatizados y las interacciones de la tripulación de vuelo con esos sistemas». También se citaron «preocupaciones sobre el rendimiento humano y las asunciones utilizadas durante el proceso de certificación en relación a la reacción de los pilotos a situaciones anormales».

La FAA indicó, según Reuters, que el aviso «ayudará a los pilotos a desarrollar y mantener las habilidades de vuelo manuales y a evitar depender excesivamente de la automatización.»

Puntos centrales

Manejo del plan de vuelo

El flight plan management o FPM consiste en la planificación, ejecución y aseguramiento del guiado y la trayectoria de la aeronave, ya sea en vuelo o en tierra. De acuerdo a la FAA, «garantizar que la aeronave está en la trayectoria de vuelo correcta debe ser la máxima prioridad de la tripulación de vuelo». Para asegurarlo, la tripulación debe tener plena conciencia situacional sobre el estado actual de la aeronave con el fin de compararlo con el estado requerido por la fase de vuelo actual y próxima.

De acuerdo al regulador, la forma de conseguir esto es mediante la uniformidad entre el entrenamiento y los manuales de operaciones de vuelo (en palabras de la FAA: «entrenar como se vuela y volar como se entrena»). Por lo tanto, los SOP de las aerolíneas, en lo que concierne al FPM, deben reflejar claramente lo establecido para el proceso de formación de pilotos, y los procesos de formación deberían alimentarse de los manuales de vuelo de las aerolíneas.

La FAA señala que el entrenamiento y los procedimientos de las aerolíneas deben asentar que el FPM es «responsabilidad de toda la tripulación de vuelo y la más alta prioridad para todos los miembros de esta», y que cada piloto deberá «ser total y absolutamente consciente de la trayectoria de vuelo actual y de su constrastación con la trayectoria deseada, y plenamente capaz de volar manualmente para alcanzarla».

Conocimiento y manejo de las automatizaciones

El uso de los sistemas automatizados en operaciones normales y no normales requiere que el piloto comprenda su funcionamiento, cómo supervisarlos y cómo responder en caso de fallo o comportamiento anormal del sistema.

Para el uso eficaz de los sistemas automatizados los operadores deberán establecer procedimientos estandarizados que brinden orientación sobre el uso y la combinación de sistemas, así como las circunstancias que prohíben su utilización. Por otro lado, las aerolíneas deberán consignar acciones a tomar por la tripulación de vuelo en caso de que un sistema automatizado «no responda o no se comporte de acuerdo al diseño».

El objetivo de esta sección es garantizar que los pilotos «interioricen el funcionamiento de las automatizaciones, su integración con otros sistemas de la aeronave y las posibles ramificaciones en el FPM en caso de falla de los mismos».

Manejo del estado de energía de la aeronave

La gestión de la energía se define como la planificación y el control de factores que influyen en el estado de energía (combinación de energía potencial y cinética de la aeronave, en la que se toman en cuenta velocidad, altitud, empuje y resistencia aerodinámica) para alcanzar los objetivos de velocidad y trayectoria lateral y vertical apropiados para los objetivos operativos.

Los distintos tipos de energía se pueden intercambiar durante el vuelo, siempre a costas de una menor eficiencia y bajo el riesgo de desestabilizar el estado energético actual: por ejemplo, si una aeronave está descendiendo a una velocidad demasiado elevada, el piloto puede nivelar la trayectoria con la finalidad de perder velocidad, pero esto hará que el avión deje de perder altura con el consecuente riesgo de perder la senda de planeo o de exceder restricciones de altura del espacio aéreo por el que circula.

De acuerdo a la FAA, » algunos datos operativos de las compañías aéreas y los fabricantes de aviones indican que los pilotos presentan ciertas vulnerabilidades en el reconocimiento y la gestión del estado energético en múltiples fases de vuelo, lo que es un factor que puede, potencialmente, contribuir a las desviaciones de trayectoria y a graves incidentes y accidentes». Por lo tanto, se torna fundamental que las tripulaciones de vuelo comprendan y dominen la gestión de energía.

Texto completo del documento de la Administración Federal de Aviación

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