Semana de cambios para Icelandair: el regreso de los MAX, nueva apuesta a la carga y absorción de su filial regional

Gastón Sena

Icelandair ha tenido una semana movida adaptándose a la nueva realidad producto de la crisis sanitaria que llevó a la reducción de la demanda de pasajeros.

El pasado 8 de marzo la aerolínea se sumó a las otras catorce compañías que ya han retomado los servicios con el Boeing 737 MAX. El vuelo FI 204 conectó Reykjavik (Keflavik) y Copenhague, con el MAX 8 registrado como TF-ICN, mientras que otra de sus aeronaves voló a París (Charles de Gaulle).

Icelandair buscaba que el MAX reemplace a los Boeing 757, pero los planes se demoraron tras los accidentes del Lion Air y Ethiopian que derivó a la puesta en tierra del modelo.

Este mix provocó que en 2020 Icelandair registre pérdidas por USD 376,2 millones. Entre las medidas de ajuste se recortó a 16 el pedido de 20 MAX 8/9. De los cinco 737 MAX 8 y un MAX 9 que tiene en su flota, solo dos de ellos han vuelto al servicio comercial, mientras que el resto se encuentra almacenado en Islandia y Lleida, España. Entre marzo de 2021 y marzo de 2022 recibirá otras seis aeronaves, tres de las cuales están en las instalaciones de Boeing listas para ser entregadas.

De acuerdo a datos obtenidos por Aviacionline a través de Cirium, la empresa global de inteligencia de aviación, y los sistemas de reserva de la aerolínea, Icelandair proyecta un paulatino aumento de los servicios del Boeing 737 MAX para el próximo mes, conectando Islandia con Londres (Gatwick/Heathrow), Hamburgo, Berlín, Manchester, Glasgow, Estocolmo y Bruselas en Europa; mientras tanto en Norteamérica volará a Minneapolis, Toronto, Newark y Chicago, completando 388 vuelos en abril, cifra que para los próximos meses se duplicaría.

El impulso de la carga

Ante el aumento de la demanda de carga, Icelandair acordó con Titan Aircraft Investments la venta y posterior lease back de dos de los cuatro Boeing 767-300ER que posee la empresa para convertirlos en aeronaves de pasajeros a cargueros. El acuerdo tendrá 10 años de vigencia.

Según el comunicado de la aerolínea, se estima que la conversión comenzará en marzo/abril de 2022 y la aeronave pasará a la flota de Icelandair Cargo en octubre de 2022. Actualmente la empresa dispone de dos Boeing 757-200 cargueros que estiman saldrán de operaciones entre 2023 y 2024.

Por otro lado, al finalizar la semana, Air Iceland Connect, división nacional y regional del grupo, desaparecerá como marca para integrarse a Icelandair, con el objetivo de asegurar la sostenibilidad de la empresa y las operaciones domésticas.

La integración de ambas marcas se concretara el 16 de marzo, buscando simplificar los canales de reserva y las operaciones de ambas compañías.

Bogi Nils Bogason, director de Icelandair Group, apunta a una mejor visibilidad para el turista que quiera viajar al interior del país u otros destinos del occidente nórdico desde Europa o Norteamérica. Ello derivaría en un aumento de las frecuencias domésticas y mejoras en el servicio actual.

Air Iceland Connect fue fundada en 1937, pero no con el nombre actual, sino como Flugfélag Akureyrar. Entre 1940 y 2017 operó bajo la marca Flugfélag Íslands. Desde 1973 forma parte del grupo Icelandair, y en busca de tener mayor presencia internacional y aumentar el turismo modificó el nombre de Flugfélag al de Air Iceland Connect.

Para sus servicios nacionales y regionales cuenta con tres DHC Q-200 y dos DHC Q-400, los cuales conectan a tres destinos nacionales (Akureyri, Egilsstaðir y Ísafjörður) y a Groenlandia (Nuuk y Kulusuk). Además dispone de un acuerdo de código compartido con Norlandair, que no será afectado por la fusión y que amplía aún más los destinos domésticos.

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