Tras el accidente del avión Antonov An-26 en Utrenny, Rosaviatsia, el gobierno ruso pidió una mayor atención a los pilotos en la toma de decisiones durante aproximaciones no precisas, incluida la conciencia de los criterios de aproximación estable y la preparación para ejecutar una maniobra de ida y vuelta.
Según las autoridades rusas, la tripulación del An-26 intentaba abortar el aterrizaje cuando el avión se estrelló cerca de la pista del aeropuerto de Utrenny. El accidente se produjo el 14 de junio en un vuelo chárter operado por Utair desde Sabetta y que transportaba a 36 pasajeros y cinco tripulantes.
De acuerdo a lo que publica nuestro medio asociado Aeroin, el regulador federal del transporte aéreo de Rusia, Rosaviatsia estableció que, el capitán fue el piloto al mando durante el descenso para aterrizar en la pista 19. Según su relato, durante la aproximación al aterrizaje decidió abortar por falta de contacto visual con la pista, dice Rosaviatsia.
Sin embargo, durante la maniobra para abortar el aterrizaje, la velocidad de la aeronave disminuyó a aproximadamente 86 nudos y descendió chocando con un terreno cubierto de nieve a aproximadamente 900 metros del inicio de la pista.
Aunque no hubo muertos, Rosaviatsia informa que varios pasajeros y tripulantes sufrieron heridas de “distinta gravedad”. La aeronave (matrícula RA-26662) sufrió daños sustanciales.
Rosaviatsia señala en un boletín preliminar que la base de las nubes estaba a 70 metros, mientras que la altura mínima de decisión para la aproximación VOR-DME a la pista 19 es de 100 metros. La visibilidad era de 1.800 metros, por encima del mínimo de 1.500 metros.
La autoridad aérea destacó los resultados de una investigación anterior, el accidente del 17 de agosto de 2022 que dañó un An-24 durante el aterrizaje en el aeropuerto de Ust-Kut. En este caso, la tripulación también realizó una aproximación en condiciones submínimas y decidió aterrizar a pesar de las condiciones meteorológicas adversas.