Con el reciente anuncio por parte de la aerolínea de iniciar operaciones en los aeropuertos O’Hare de Chicago (ORD) y Intercontinental de Houston (IAH), Southwest abre el juego por los vuelos de negocios a nivel nacional y continúa con su estrategia agresiva de competir frente a los grandes de la industria.
Se trata de una jugada que imita la estrategia implementada en el aeropuerto de Filadelfia (PHL), donde en 2004 la incursión de la compañía en esa terminal, con un número pequeño de operaciones, implicó un impacto negativo sobre los ingresos de US Airways, siendo que la misma tenía su hub en dicho aeropuerto y sus tarifas eran más bajas que las de Southwest, aun así, debieron reconvertir su negocio y centrarse en otro tipo de viajeros para subsistir, apuntando por ejemplo a las conexiones de larga distancia.
De repetirse estas consecuencias, la más perjudicada aquí sería United, no porque la estrategia de Southwest esté dirigida contra ésta, sino porque el inicio de sus operaciones se dará en dos de los grandes hubs que United posee en el país. Hablamos de dos modelos de negocios distintos, donde un oferente más en el mercado causará una variación de precios alterando el equilibrio reinante en las preferencias de los viajantes de negocios.
Debemos destacar que Southwest se había retirado de IAH dejando solo unos pocos vuelos que mantenían a raya el comportamiento de United para no dejarle libre toda esa porción de mercado mientras crecían en el aeropuerto Hobby de Houston. Pensaron muy bien la estrategia para participar en el segmento de los viajes de negocios, un nicho de mercado que posee bastante competencia y donde los grandes como American Airlines, Delta y United poseen vasta experiencia.
El hecho de hacerse con una parte de este sector de viajeros obedece a anticiparse al regreso de este tipo de vuelos mientras se avanza en más flexibilizaciones frente a la pandemia del Covid. La idea es captar este mercado en base al éxito que ha tenido la compañía con los viajes corporativos de las pequeñas y medianas empresas, lo que representa un riesgo muy grande para los ingresos de United si la jugada resulta favorable para Southwest.