Qatar Airways ha abandonado las negociaciones con la aerolínea catalana Spanair. Tras meses de duras reuniones e intercambio de información, la aerolínea qatarí ha desestimado invertir en Spanair, según han manifestado fuentes próximas a Qatar Airways. De esta manera, se esfuma la primera opción que tenía la aerolínea que preside Ferran Soriano para incorporar un socio estratégico que permita su viabilidad y la deja en una situación crítica.
A pesar de que ayer mismo el propio Soriano aseguraba en una entrevista a RAC1 que «hay otras opciones y otras aerolíneas que se han interesado por Spanair», la de Qatar Airways era la opción más avanzada. Una vez descartada esta opción, se podría reactivar la operación con una aerolínea china. Según fuentes próximas a las negociaciones, éstas estaban estancadas en la fase de intercambio de información y había cuestiones que los responsables de la aerolínea qatarí no veían claras. Entre ellas, la principal era el riesgo de sanción por parte de la Comisión Europea por las subvenciones recibidas por parte de las administraciones públicas.
De hecho, el principal interés de Qatar Airways en Spanair era utilizarla como trampolín europeo para dar el salto a Latinoamérica, pero la gran inversión y los riesgos legales ha frenado el interés. Varias aerolíneas europeas han llamado a la puerta de la compañía qatarí para ofrecerse como puente hacia América del Sur.
La negativa de Qatar Airways deja a Spanair en una situación financiera delicada, aunque ahora encara la temporada de verano, en la que las aerolíneas cuentan con mayores ingresos. Aún así, Spanair debe seguir buscando un socio que aporte un mínimo de 150 millones de euros que, según el plan estratégico de la compañía, precisa para empezar a operar vuelos de larga distancia.
El fin de las negociaciones también abre dudas sobre el futuro de Ferran Soriano, que esta misma semana, tras hacerse pública una oferta para dirigir el Manchester City, aseguró que no dejaría la compañía hasta cerrar el acuerdo con Qatar. Un nuevo proceso de negociación pone en duda su continuidad.
La aerolínea ha contado con el apoyo expreso del gobierno de Artur Mas desde su llegada a la Generalitat, en noviembre del 2010. El Govern considera estratégica la compañía para impulsar los vuelos intercontinentales desde El Prat y para garantizar la competitividad empresarial. Y, mientras durante el periodo del tripartito el gobierno era reacio a reconocer la participación pública en la compañía, el actual se presenta como «principal inversor de la aerolínea», ha actuado como líder en las negociaciones para incorporar un socio estratégico y salvar la compañía.
La compañía, que cerró el 2010 con unas pérdidas de 115,72 millones de euros, también perdió dinero en el 2011 (aunque todavía no hay datos cerrados) y, desde su compra por un grupo de empresarios catalanes con financiación del Institut Català de Finances, las instituciones públicas catalanas han aportado más de 100 millones de euros a través de sociedades de participación pública. También avaló un crédito de 50 millones de euros con varias entidades financieras. Las deudas de la compañía con entidades de crédito ascienden a 39,44 millones. La principal deuda que tiene Spanair es un crédito participativo con la escandinava SAS, su antigua propietaria, por valor de 158,8 millones y que vence en febrero del 2014.
Fuente: La Vanguardia