Con sólo mencionar a Avianca Argentina entre algunos allegados empiezo a recibir opiniones de todo tipo: desde voces de preocupación por parte de trabajadores de Aerolíneas Argentinas que la ven como la nueva gran amenaza a su futuro hasta voces de esperanza por parte de profesionales aeronáuticos desocupados o subocupados de diferentes ramas que quieren una nueva posibilidad de desarrollarse en lo que tanto aman, pasando por aquellos que son tan ignorantes como para llamarla «low cost», los que la utilizan políticamente para salpicar a Macri y los que tan sólo quieren tener otra opción más para moverse por vía aérea a través del país, y de preferencia, con tarifas más baratas.
La realidad (o al menos la que yo veo, y acepto que puedo estar completamente equivocado) es que Avianca Argentina no es nada de eso, o bien, quizás un poco de cada cosa. Sí, que uno de los grupos aéreos más grandes de Latinoamérica haga pie en Argentina debe inquietar a Aerolíneas Argentinas, pero así también a LATAM y a Andes; y que muten hacia ese estado no es malo, porque de la inquietud nace la innovación, y la innovación desarrolla mercados. Y POR DIOS que Argentina necesita desarrollar mucho más su mercado aéreo (sin desmerecer las muchas cosas buenas que se han hecho durante los últimos cuatro o cinco años).
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Por el momento, y recalco «por el momento» todo parece indicar que el vuelo inaugural de Avianca Argentina será el próximo 11 de julio en la ruta entre el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires y Reconquista, Santa Fe. Pedazo de honor le ha cabido a esa pequeña aeroestación (que ya cuenta con mucha mística por formar parte de la III Brigada de la Fuerza Aérea Argentina y ser hogar de los IA-58 Pucará): formar parte del primer vuelo regular en Argentina operado bajo una de las marcas de aerolíneas más antiguas del mundo.
¿Por qué sería Reconquista y no alguna otra ruta ya otorgada mucho más importante como Rosario, Montevideo o Mar del Plata? Porque es un símbolo de aquello en lo que, al menos por el momento, Avianca Argentina quiere enfocarse: establecer servicios en localidades que no reciben vuelos regulares de otras compañías y así despejar los temores de que vienen a llevarse puesta a Aerolíneas Argentinas (lo cual se alinea con su proyecto de instalación de un hun en Tucumán).
En ese contexto, durante los últimos meses (y especialmente en las últimas semanas), representantes de Avianca Argentina han mantenido reuniones con autoridades de ciudades como General Pico y Santa Rosa (La Pampa), Roque Sáenz Peña (Chaco), Concordia (Entre Ríos), Olavarría, Necochea, Tandil, Villa Gesell y Tres Arroyos (todas en la provincia de Buenos Aires, las cuales además fueron visitadas por los Jetstream 32 de la empresa) y hasta San Julián (Santa Cruz). En los casos de las ciudades bonaerenses y pampeanas parecen haber surgido propuestas más concretas por cuanto los medios locales difundieron detalles como horarios y precios, planteando iniciar los vuelos con los Jetstream que tienen capacidad para 19 pasajeros, y luego, si la demanda responde, pasar a los ATR 72-600 con capacidad para 70 pasajeros.
Ahora, ¿estos vuelos recibirán algún tipo de subsidio local para sostenerse? Fuentes cercanas a la empresa no terminaron de confirmarme o negarme esta cuestión, aunque sí comentaron que los municipios deberán encargarse de realizar mejoras y adecuaciones en sus aeropuertos para que puedan operar (personalmente siempre consideré correcto que una localidad se «banque» sus vuelos si los consideran importantes y el mercado no responde).
Creo que algunos casos también podrían tratarse de intendentes que necesitan demostrar gestión y entonces aprovechan un viaje a Buenos Aires para golpear la puerta del hangar de Avianca Argentina y sacarse una foto al lado del avión.
Después de todo, la aviación comercial todavía se siente muy lejana para la mayoría de los argentinos (proporción acentuada en el interior), y para muchas ciudades intermedias que tienen aeropuertos dormidos es un aspiracional gigante que le puede sumar unos cuantos votos al mandatario de turno en el caso de concretarse algún proyecto.
En fin, bajo esta nueva etapa de liberalización del transporte aéreo en Argentina (porque no es la primera vez que ocurre), guardo la esperanza de que, quizás por tener el know-how y la espalda financiera de un grupo como Synergy, Avianca Argentina, al margen de las operaciones troncales que después desarrollará, pueda convertirse en una herramienta que sirva para consolidar con los años una operación regional confiable y segura, evitando repetir los errores que tantos «aventureros» cometieron en el pasado.
Reconquista es la III Brigada Aérea. La II Brigada Aérea es Paraná. Solamente es una corrección.
Gracias Rodrigo! Corregido!