Escribo estas líneas -que serán publicadas luego- en el medio del Atlántico Norte, mientras completo el segundo tramo que me va a dejar en Londres para cubrir tanto el RIAT como el Farnborough Airshow. Van llegando invitaciones de cosas para hacer y la verdad es que la ansiedad crece exponencialmente, mientras más cerca está el inicio de las actividades.
Una mezcla de eso y mucho de extrañar a cuenta se mezclaba en la madrugada del martes, cuando prácticamente no dormí nada. Cosa que me vino fantástico para dormir como un tronco en el vuelo de Ezeiza a Newark.
Llegamos con mi mujer a Ezeiza a eso de las 17:30, con un margen razonable teniendo en cuenta que el vuelo salía a las 8. El proceso de check-in fue un tanto lento, por la cantidad de gente. De ahí, rápida visita al stand de AFIP para declarar las cosas (admito que me dio fiaca hacer la declaración online), y un veloz beso de hasta dentro de unos días con la patrona. Aprovecho para volver a decir lo que ya es costumbre: el pilar de esta cosa llamada Diazpez es la mujer que me arma la valija porque a mí no me entran dos pares de medias donde ella mete ropa para 15 días, y sobre todo es la mujer que hace un viaje de dos horas para verme hacer dos filas, subir una escalera y desaparecer tras un pasillo, para hacer otras dos horas de vuelta a casa.
Migraciones no fue tan terrible como hubiera pensado, y eso me dio unos 20 minutos de tiempo para conocer el Star Alliance Lounge, por cortesía de la gente de United. Muy agradable, bien provisto y con un personal super amable, tomé una gaseosa y algo salado y encaré para la puerta, donde estaba el avión.
El 767-400ER es uno de mis aviones favoritos por tamaño, prestaciones y confort. Mucho espacio para las piernas, muy bueno el ancho del asiento y una generosa pantalla de IFE, más la posibilidad del wi-fi a bordo. Lo pensé por un momento, pero la verdad es que estaba muy cansado y no iba a sacarle el jugo. Amén que mi compañero de asiento no estaría del todo contento de tener el brillo de la pantalla durante toda la noche.
Un rato después del despegue, se sirvió la cena: las opciones eran carne con verduras o pollo con arroz. Elegí el pollo, realmente estaba muy bien. Desde el despegue hasta que terminó la cena con un postre -una mousse de chocolate que no estoy en condiciones de determinar si era rica o no porque no me gusta el chocolate-, vi una película en el IFE (12 Strong, bien filmada y entretenida), procedí a dormirme un rato largo. Creo que me desperté un par de veces, pero la última ya fue con las luces prendidas para servir el desayuno. Empezaba a aparecer el sol y pude tomar un par de fotos.
La casa de United en New Jersey es impresionante: Newark es un monstruo de ciento y pico de puertas, un Air Link, y casi todo lo que vi es de UA. Se me escapó por un instante un MD-11F de FedEx despegando, y creo haber visto un AA por ahí.
Pasados los controles de migraciones, hubo que retirar el equipaje de las cintas y volver a chequearlo para la conexión. Nuevos controles para acceder a las puertas y una vez pasado ese tramo, ya un área muy cómoda donde había varios negocios de los típicos de aeropuerto, excepto dos que me llamaron la atención: uno que se llama simplemente America! Donde hay cantidades inmensas de souvenires y porquerías varias de lo que llaman Americana, esa cultura popular sobre sí mismos que es -debo confesarlo- un placer culposo. Ahí vi muchas cosas de los distintos presidentes. Y por supuesto, de Donald:
El otro negocio, tenía un valor un poco más sentimental, aún cuando la franquicia intervenga: un local del CBGB, un pub mítico de NY en el que empezó a tocar Living Colour, una de mis bandas favoritas, y donde cuenta la leyenda que ahí los escuchó un tal Mick Jagger y los llevó de gira en el Steel Wheels tour.
Embarcamos en el segundo vuelo, otro 767-400ER, de igual configuración: Polaris adelante, y 2-3-2 en la zona de Economy. Al momento de saludar, el capitán no pudo evitar mencionar que va a ir dando updates regulares del marcador de la semifinal entre Inglaterra y Croacia.
El vuelo fue muy tranquilo. Aproveché para ver otra peli (Molly’s Game, muy buena) y esta vez sirvieron un típico desayuno inglés (omelette y salchicha), aunque estaba la opción Norteamericana de los pancakes. Fui por el omelette, así que dejaré los pancakes para otra vuelta.
Ya cerca del final del vuelo, se ve que a la tripulación le pasaron el gol de Inglaterra por ACARS, y comentó que iban uno a cero. Para cuando nos bajamos y llegamos a la fila de migraciones, el sueño de los Three Lions se había derrumbado. Una pena. Not. Mientras caminaba hacia migraciones, Singapore Airlines y el sol me regalaron una bonita imagen.
Y Boeing me recordó a qué vine. Y ni ahí que subió la ansiedad, eh. Ni un poquito.
Se hizo larga la salida, ya que se juntaron varios vuelos. Elegí quedarme una noche cerca de Heathrow y encarar para el alojamiento en el que me voy a quedar todo el resto del viaje mañana a la mañana. Me sorprendió para bien el estilo del Moxy Hotel Heathrow. Ya haré una reseña del mismo.
Buenas, soy lector del blog desde hace poco, pero me enganche.
Otro muy buen post detallado, ahora pregunto, el haber usado ese vuelo en lugar de los directos BAW o Norwegian fue por algo en particular?
Por otro lado comparto el mismo favoritismo por Living Colour, cada vez que visitaron el pais los fui a ver y nunca me fui decepcionado, por dios, animales en escena!!!
Buen viaje, disfrute los eventos!!!
Gracias por engancharte! Mirá, cuando finalmente me decidí a venir, las opciones directas no me cerraban. Vi United y vi los aviones (sí, elijo viajes por el avión) y así me vine.
Con respecto a Living Colour, fanático mal. Hasta fui a ver a Vernon Reid cuando vino solista a La Trastienda. Es más, conocía a alguien que estaba en la producción de Tribulaciones y pude hablar con él un rato.
Mi banda favorita de toda la vida. Esa y Extreme, que hicieron tantas cosas más que «More Than Words»… escuchaste cosas de ellos?
Saludos!