En la noche del miércoles se conoció que los Estados Unidos y el Reino Unido acordaron mantener la política de Cielos Abiertos entre ambos países una vez que este último abandone la Unión Europea el 29 de marzo de 2019.
«Este acuerdo garantizará la continuación de las vitales rutas transatlánticas utilizadas por decenas de millones de pasajeros al año, asegurando a la gente poder viajar fácilmente entre Estados Unidos y el Reino Unido. Además protege nuestros lazos de negocios por £50 mil millones que son apoyados por el transporte aéreo», destacaron desde el Departamento de Transporte británico.
De esta manera, las aeronaves comerciales que partan desde el Reino Unido continuarán teniendo el mismo acceso al mercado estadounidense, asegurando el rol de este país como el principal hub europeo.
«El Reino Unido y los Estados Unidos han tenido una relación especial que ha ayudado a dar forma al mundo moderno, y no hay mejor ejemplo de eso que la aviación. Nuestros vuelos transatlánticos han ayudado a unir a nuestros países, reforzando nuestros lazos y potenciando nuestras economías», dijo Chris Grayling, secretario de Transporte británico. «Este nuevo acuerdo y los que hemos concluido con otros ocho países alrededor del mundo son la prueba de que le Reino Unido mantendrá su posición de actor principal en el mundo aún luego de dejar la Unión Europea».
Londres continúa negociando acuerdos bilaterales con Canadá, otro mercado transatlántico clave, mientras que ya ha los ha cerrado con Albania, Georgia, Islandia, Israel, Kosovo, Montenegro, Marruecos y Suiza. Pero, desde ya, EL gran acuerdo, luego del que se cerró con Estados Unidos, será con la Unión Europea. Si no se llega a un nivel de apertura como el que existe actualmente, el mercado aerocomercial del Viejo Continente podría verse remodelado por completo.
Hasta ahora solo se ha avanzado en una declaración política con el objetivo de mantener la conectividad entre ambos territorios, pero sin ningún resultado concreto.
Desde IATA alertaron hace algunas semanas que se debe evitar el caos en el transporte aéreo en un escenario post Brexit. «La Unión Europea y el Reino Unido tienen una responsabilidad con sus millones de ciudadanos que dependen del transporte aéreo. El objetivo debe ser lograr un acuerdo integral de servicios aéreos que no signifique dar un paso atrás en la conectividad que existe actualmente», había expresado Alexandre de Juniac, director del organismo.