Hay tres cosas que van a sobrevivir al holocausto nuclear: las cucarachas, los Twinkies y Alitalia. Cuando el enésimo proceso de reestructuración de la aerolínea italiana tenía destino de fallo, una solución aparece en el horizonte. Y viene del norte.
Lufthansa expresó formalmente hace unos días que se considera parte interesada. Después de expresar un tibio interés en varias etapas a lo largo de todo el proceso, que ya viene llevando dos años y medio, y después de ser rechazada varias veces por la gran cantidad de despidos que implicaría su plan, Lufthansa ahora vuelve al ruedo.
Cumplido el plazo del 15 de octubre sin que ninguna expresión de interés vinculante conformara a los administradores especiales de Alitalia, el consorcio aeroportuario Atlantia, que planea tomar una propiedad mayoritaria en la nueva compañía de Alitalia junto con el operador ferroviario estatal Ferrovie dello Stato, emitió un comunicado de prensa solicitando más tiempo para presentar un plan viable y expresando su decepción hacia la falta de voluntad del socio industrial Delta Air Lines para comprometer más capital en la operación.
Delta sigue diciendo que está listo para invertir hasta 120 millones de euros en el nuevo consorcio, lo que implica aproximadamente un 12 por ciento de la nueva Alitalia, pero ya avisó que no está dispuesta a aumentar su participación más allá de esos 120 millones.
En consecuencia, las discusiones entre Atlantia, Ferrovie dello Stato y Lufthansa se han intensificado durante la semana pasada a medida que el interés del operador alemán en Alitalia va ganando tracción entre los otros miembros del consorcio. Lufthansa había propuesto inicialmente una asociación comercial sin inversión de capital, pero posteriormente su plan evolucionó hasta convertirse en una inversión de 150 a 200 millones de euros en una fase preliminar, y gradualmente adquiriendo mayor participación en la propiedad de la compañía hasta transformarse en el accionista mayoritario.
Esto se lograría comprando progresivamente la participación de algunos de los inversores iniciales, como el Ministerio de Finanzas italiano, que aceptó transformar en capital los 100 millones de euros de crédito que tiene para Alitalia como resultado del préstamo puente de 900 millones de euros extendido en Mayo de 2017, y Ferrovie dello Stato.
Lufthansa parece ser ahora el socio industrial favorito de Alitalia, pero todavía hay algunos obstáculos que superar. En Colonia, suavizaron su posición con respecto a las reducciones de personal y flota que se impondrán a la nueva Alitalia, pero el plan de Lufthansa aún se basa en que la aerolínea de bandera italiana quede reducida a 75 aviones, transfiriendo la flota Embraer a la subsidiaria italiana Air Dolomiti. De todos modos, la revisión de los planes de despidos siguen implicando la pérdida de aproximadamente 6,000 empleos.
El actual gobierno italiano ha hecho una fuerte campaña en favor de un plan de relanzamiento de «cero despidos» para Alitalia y lo más probable es que tenga que enfrentar una reacción política importante si la reducción de tamaño de la aerolínea fuera tan sustancial.
Atlantia y Ferrovie dello Stato inicialmente solicitaron ocho semanas para redactar una propuesta vinculante para el plan de rescate, pero la administración le dio solo hasta el 21 de noviembre, ya que el flujo de caja de Alitalia empieza a ser escaso. Según algunos analistas, Alitalia tiene solo 310 millones de euros en sus cuentas, y eso incluiría 160 millones de euros de ventas anticipadas para boletos futuros, lo que técnicamente debería considerarse un pasivo.
Alitalia ha estado gastando aproximadamente 900,000 euros por día y al ritmo actual se quedaría sin efectivo para fin de año. Por lo tanto, el Gobierno italiano le otorgó otro préstamo puente de 400 millones de euros para asegurar que la compañía llegue con aire al último plazo de reestructuración: marzo de 2020. Este préstamo será un préstamo oneroso con un 10 por ciento de tasa de interés y es altamente probable que la Comisión Europea de la Competencia investigue este préstamo para confirmar si constituye ayuda estatal. Si lo fuera, las arcas de Alitalia estarán más apretadas y probablemente algunas decisiones se tendrán que tomar con bastante más apuro.