La pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud debido a la propagación del virus Covid-19, con los devastadores consecuencias que está ocasionando en nuestros países, puso en jaque no solo a los sistemas de salud del primer mundo sino también a la economía mundial, resultando la Aviación uno de los sectores más golpeados.
La aviación general, ejecutiva, los aeroclubes y las escuelas de vuelo no son ajenas a este fenómeno. En casi todos los países la aviación se ha detenido, tanto las líneas aéreas como la aviación general y ejecutiva, provocando serias consecuencias para el material aéreo como para los pilotos y su entrenamiento.
En Argentina la Administración Nacional de Aviación Civil resolvió mediante Resolución 101/2020 prorrogar por 90 días corridos los vencimientos de las licencias del personal aeronáutico Parte 61, las licencias de los miembros de la tripulación, del personal aeronáutico bajo RAAC parte 65, los certificados médicos aeronáuticos, los certificados de los centros de instrucción aeronáuticos (RAAC 141 y 142), las acreditaciones de examinadores (inspectores reconocidos/instructores de vuelo) y los exámenes de capacitación y operativos previstos en la Parte 91.
Ahora bien, nada se ha dicho respecto de la aeronavegabilidad de las aeronaves y sus vencimientos calendarios. Claramente el silencio implicara esperar, una vez finalizado el aislamiento preventivo y obligatorio decretado por el Poder Ejecutivo, una gran cantidad de aeronaves vencidas cuya vuelta al servicio devengara en costos elevados para sus propietarios que, en el caso de nuestro país, muchos resultan ser instituciones sin fines de lucro (Aeroclubes) con serias dificultades económicas y sin apoyo alguno del Estado.
Lo mismo cabe mencionar respecto de las escuelas de vuelo y las empresas de aviación ejecutiva, muchas de ellas pequeñas y medianas empresas cuyas fuentes de trabajo se encuentran seriamente amenazadas. En este tipo de empresas no solo la falta de ingresos penaliza la viabilidad del negocio, sino que además disminuye cada día el valor de su activo, ya que la vuelta al servicio de las mismas no resulta tan sencillo como levantar una perilla, sino que exige la erogación de importantes sumas de dinero y además mayor tiempo del material aéreo en el taller, incrementando de forma exponencial el pasivo de las empresas.
La Aviación General viene sufriendo el olvido del Estado hace muchos años, sin una política aeronáutica de largo plazo, sin el fomento que en su momento permitió la formación de miles de pilotos en todo el país, con un parque aeronáutico notoriamente anticuado y con costos de operación elevados precisamente debido a la antigüedad de sus máquinas y repuestos.
Mientras tanto, vemos que en otros países se están tomando medidas para mitigar las consecuencias de los vencimientos en materia de aeronavegabilidad de las aeronaves, resguardando para ello
En este sentido en España la Agencia Estatal de Seguridad Aerea ha dictado el día 16 de abril de 2020 una guía para facilitar la tramitación de exenciones y de modificaciones de programas de mantenimiento por el Coronavirus, el cual les compartimos aquí.
Uno de los párrafos a destacar
“En estos momentos, las operaciones aéreas se han visto reducidas y muchos operadores están optando por la preservación de un gran número de aeronaves de sus flotas. Las aeronaves que no vayan a volar deben preservarse de acuerdo con las instrucciones publicadas por los fabricantes en los manuales de mantenimiento aplicables (comúnmente, en el capítulo 10 del correspondiente “Aircraft Maintenance Manual”). El objetivo de la preservación es proteger el avión y mantener su valor, evitando cualquier deterioro de la estructura o degradación de la funcionalidad de sus sistemas, y permitiendo una puesta en servicio posterior segura y eficiente”.
Es decir, no solo se toma en cuenta el contexto actual sino también se prioriza la preservación de las flotas aéreas, emitiendo esta guía para operadores y CAMO ( Organización de Gestión del Mantenimiento de la Aeronavegabilidad).
“Ante la situación descrita, cuando la aeronave se encuentre preservada dentro de la modalidad de “lista para el Vuelo” (“Inflight Ready Condition” o similar) y salvo que no haya ninguna indicación de que la aeronave no esté aeronavegable, excepto las tareas de mantenimiento por calendario caducadas con motivo de la preservación y/o el procedimiento de despreservación, la CAMO que gestiona la aeronave (o, en su caso, la organización contratada por dicha CAMO para realizar la revisión de aeronavegabilidad), podrá solicitar las siguientes exenciones:
a) Prórrogas de ARC (certificado de revisión de aeronavegabilidad) con la aeronave en preservación “Lista para el vuelo”.
Extensión del ARC en esas condiciones.
b) Emisión/Recomendación de ARC con la aeronave en preservación “Lista para el vuelo”.
Emisión o recomendación del ARC en esas condiciones”.
Similar criterio se utiliza para la calibración del instrumental, disponiendo: “Exención. La posible exención que puede ser solicitada con respecto de las herramientas y útiles es la siguiente: Extender en un 50% adicional el intervalo de calibración de las herramientas y útiles que, debido a la situación de alarma decretada por el Gobierno, no puedan llevarse a un centro acreditado”
Otro ejemplo nos trae Australia, mas precisamente su autoridad aeronáutica (Civil Aviation Safety Authority).
CASA se ha destacado siempre por tener una visión desde el operador y además global, al igual que la Federal Aviation Administración (FAA), incluyendo expresamente la Aviación GENERAL, aviación aerodeportiva, el trabajo aéreo y las líneas aéreas.
En este sentido CASA menciona:
“Hemos publicado una exención (CASA EX65 / 20). Le permite extender la fecha de vencimiento de la próxima revisión de aeronavegabilidad de una aeronave, a través de una tercera extensión del certificado de revisión de aeronavegabilidad (ARC) si ha manejado la aeronavegabilidad de la aeronave desde su última revisión. También relaja los requisitos de extensión ARC para aeronaves en circunstancias específicas. La exención entró en vigencia el 9 de abril de 2020 y permanecerá en vigencia hasta el 31 de marzo de 2023, lo que le permite realizar la tercera extensión a medida que se venza la próxima revisión de aeronavegabilidad en cada avión”.
Claramente su visión integral luce palmaria ni bien uno toma contacto con su página web en la sección relacionada al Covi-19 y las exenciones en las que se encuentran trabajando para toda la aviación.
Les compartimos el link para mayor precisión: https://www.casa.gov.au/about-us/covid-19-advice-industry/exemptions-covid-19
Entendemos que en Argentina, podríamos claramente y sin esfuerzo tomar medidas similares a los fines de preservar los equipos, aeronaves, instrumental y herramental de los talleres y de esa manera evitar mayores costos para la vuelta al servicio que en muchos casos será difícil de lograr, tomando todas las medidas y/o protocolos sanitarios posibles para cuidar la salud de todos.
La aviación es un sistema, y como tal requiere de una visión integral a los fines de evitar la ruptura del mismo, sobre todo en tiempos como el que vivimos, sin transporte aéreo la economía se reciente seriamente, y sin aviación general, ejecutiva, aeroclubes y escuelas de vuelo no hay pilotos para proveer a las líneas aéreas.
El titular de la Dirección de Seguridad Operacional de CASA exclamó: “ CASA continúa siendo lo más flexible posible en estos tiempos difíciles para ayudar a la industria a mantener sus operaciones y buscar nuevas oportunidades de negocio» (https://www.australianflying.com.au/latest/casa-extends-exemptions-to-mros).
Interesante reflexión al menos para analizar y pensar.
Buenos Vuelos.
Autores
Dr. Horacio Martin Pratto Chiarella (@pratto_martin)
CEO de Jetlex Aviation Intelligence
Cmdte. Gustavo Alfredo De Ibarra
Jefe de Operaciones Aéreas de Jetlex Aviation Intelligence
Creo que un punto interesante a analizar son las prioridades de un estado quebrado por el desmanejo de la economía a favor de lo privado y en desmedro de lo público en los últimos 4 años a lo que hay que agregar la deuda externa irresponsablemente contraída con acreedores externos privados y el FMI. Y desgraciadamente, mal que nos pese, socorrer a las instituciones privadas de la aviación civil no es prioritario en estos momentos donde lo sanitario es prioridad absoluta a lo que se suma hambre e indigencia más el agregado de pérdida de empleo, suspensiones, recortes salariales e imposibilidad de ingresos para monotributistas, comercios y quienes viven de las changas. El gobierno ya ha invertido 900.000 millones de pesos (equivalente a 13.500 millones de dólares) para mitigar estos sufrimientos. Eso es casi el 3% del PBI. Los empresarios de emprendimientos privados y propietarios de aeronaves, dolorosamente, creo que tendrán que esperar. Los primeros porque quien es emprendor conoce los riesgos de su inversión y el propietario de aeronaves no suele ser un ciudadano afectado por carencias económicas. No se pueden pasar la vida exigiendo que el Estado no se entrometa en sus negocios y clamando por los favores de ese mismo Estado cuando las papas queman. Yo soy jubilado y también el gobierno me ajustó en mis ingresos. No me gustó pero se comprender que hay otros que están peor que yo.
Si estás jubilado, bien por vos. Ya viviste. Pero la actividad privada le da trabajo a la mayoría de los que no estamos jubilados y no vivimos de la teta del estado. Tenemos vida y familias por delante, así que no estoy de acuerdo. Saludos y no salgas