En su presentación semanal acerca del estado de la industria aerocomercial bajo la pandemia del nuevo Coronavirus, Alexandre de Juniac, Director General y CEO de IATA, brindó este martes números preocupantes acerca de la confianza que tendrá el público en volver a volar una vez que se contenga la enfermedad y cómo impactará en la recuperación del mercado durante el resto de 2020 y aún más allá.
De acuerdo a una encuesta encargada por el organismo en mercados clave, el 28% de los pasajeros esperará al menos seis meses antes de volver a subirse a un avión; el 8% un año o más; y el 4% no viajará en el futuro previsible.
Del otro lado, el 47% de los encuestados afirmaron que esperarían entre uno o dos meses antes de volver a volar, y apenas el 14% no esperará.
Y es que quienes decidan volver a volar deberán enfrentar tres barreras: primero, la de las restricciones gubernamentales al movimiento de personas (que se irán relajando en el mercado doméstico pero se mantendrán en el internacional bien entrado el tercer trimestre); segundo, la de tener confianza en que el transporte aéreo es un medio seguro y no un foco de transmisión del nuevo Coronavirus, o que incluso no quedarán varados lejos de su hogar ante un nuevo brote; y tercero, que su situación económica personal o la del sector económico en que se desempeñan no haya sido tan golpeada por la recesión.
IATA considera que el comportamiento de los mercados domésticos es un «indicador crucial dado que se espera que la recuperación post-pandemia sea liderada por los viajes domésticos, seguidos por los regionales y luego intercontinentales».
Los primeros números provenientes de China y Australia, dos mercados importantes en los que la tasa de infección ha caído a niveles muy bajos demuestran este cauteloso regreso de los pasajeros a los aviones.
En el gigante asiático, que representa el 24% de los pasajeros domésticos a nivel mundial, la demanda empezó a recuperarse hacia finales de febrero pero se estabilizó desde la primera semana de marzo en valores que representan apenas un 40% del nivel precrisis.
Australia por otro lado no posee señales de recuperación en la demanda de viajes.
Y en Estados Unidos, mientras la cantidad de nuevos casos va cayendo, el mercado se estabiliza también ayudado por las medidas de apoyo a las aerolíneas brindadas por el gobierno.
Mientras tanto, la situación en las diferentes regiones se encuentra así, con una caída promedio del 70% a nivel mundial, que encuentra sus valles más profundos en África, Latinoamérica y Medio Oriente, en donde se ha detenido el 90% de la actividad.
«La expansión del COVID-19 se ha desacelerado en algunos mercados al punto de que los gobiernos están planeando levantar la mayoría de las medidas más severas de distanciamiento social. Pero es improbable un rebote inmediato de la catastrófica caída en la demanda de pasajeros», señaló de Juniac.
«Al levantarse las restricciones, será crítico que los gobiernos tomen medidas que refuercen la confianza, reinicien los viajes y estimulen las economías», agregó.
Por el momento, China es la única de las grandes economías en los que ya se está dando un rebote en la confianza, pero aún dentro de los límites de la recesión.
IATA está llevando adelante esta semana diferentes reuniones regionales con los gobiernos e industrias relacionadas al transporte aéreo para empezar a planear la eventual reactivación de los servicios.
«El mercado de pasajeros se detuvo por las medidas unilaterales de los gobiernos para detener el avance del virus. Sin embargo, su reactivación, debe ser realizada con confianza y de manera colaborativa, guiada por la mejor ciencia que tengamos disponible. Lo esencial es el tiempo. Debemos comenzar a construir un marco para un enfoque global que brinde a las personas la confianza que necesitan para volver a viajar. Y, por supuesto, esto deberá ser respaldado por medidas de estímulo económico para combatir el impacto de una recesión», comentó Alexandre de Juniac.
«Esto es una emergencia. Las líneas aéreas en todo el mundo están luchando para sobrevivir. La entrada de Virgin Australia en un proceso voluntario de administración demuestra que el riesgo no es teórico. Los gobiernos necesitarán compañías aéreas financieramente viables para liderar la recuperación económica», prosiguó.
«El número de gobiernos que reconoce que se necesitan medidas de alivio está creciendo, pero la crisis también se profundiza. Agradecemos a quienes se han comprometido en darle un salvavidas a la industria y ansiamos su pronta implementación. Al resto les decimos: cada día importa. Millones de trabajos están en juego», concluyó de Juniac.
IATA había informado la semana pasada que se estima que las aerolíneas perderán ingresos por USD 314 mil millones debido a la pandemia, poniendo en riesgo a 25 millones de empleos.
En nuestra región, en donde las pérdidas superarán los USD 18 mil millones, por el momento sólo se destacan las ayudas establecidas por Colombia y Brasil. En Argentina el gobierno estableció un grupo de seguimiento y evaluación de la crisis que en su primer encuentro, la semana pasada, dejó una sensación de decepción entre las aerolíneas. El segundo encuentro iba a tener lugar este martes pero se postergó por solicitud de unas empresas dado que estaban reuniendo información requerida.