IATA estima que la recuperación del tráfico de pasajeros llevará hasta cuatro años

A medida que pasan los días y la mayoría de los gobiernos alrededor del mundo mantienen las restricciones al movimiento de personas por vía aérea para intentar controlar la pandemia del nuevo Coronavirus, las compañías aéreas, además de perder millones de dólares por hora, ven cómo se alejan las perspectivas de una pronta recuperación del tráfico y los ingresos perdidos durante este período, cuyo final todavía no se vislumbra.

Las cifras que se presentaban hace 30 o 45 días serían un bálsamo para la industria en comparación con las que se manejan ahora.

Este miércoles IATA presentó a través de una teleconferencia su último informe sobre el estado de situación del transporte aéreo bajo el COVID-19, el cual determina que la industria tendría una recuperación más lenta que el resto de la economía. Y es que, mientras estiman que el PBI global alcanzará las cifras que tenía en 2019 hacia el año 2021, el tráfico de pasajeros (medido en RPK), recién se recuperará a finales de 2022 o inicios de 2023.

Como ya se mencionó hace algunas semanas, el segmento doméstico, menos susceptible a las restricciones de los países, seguiría el camino de la recuperación de una manera más rápida, alcanzando los niveles precrisis hacia mediados de 2021, mientras que el internacional se extiende al menos un año más, incluso hasta 2024.

Eso traerá aparejado una caída del 8,5% en la distancia promedio de los viajes, de 2.050 kilómetros a 1.900 km, en parte porque los pasajeros también tendrán preferencia por destinos dentro de sus propios países, o cerca de sus hogares.

Pero el gran daño a la industria aerocomercial se observa cuando se compara compara la recuperación contra las proyecciones de crecimiento que la industria tenía para los próximos años hasta hace apenas unos meses, en octubre de 2019.

Comparando dos escenarios, uno, que sigue las estimaciones actuales considerando la apertura de los mercados domésticos en el tercer trimestre de 2020 y la flexibilización al movimiento internacional, en 2021 el tráfico de pasajeros estaría 32% por debajo de lo proyectado, y recién después de 2025 podrían obtenerse esos niveles.

El segundo escenario, con un enfoque pesimista en el que los países extienden las cuarentenas por un segundo brote del coronavirus, haría que los niveles de tráfico de 2021 se mantengan un 41% por debajo de lo proyectado.

Y el grave problema de todo esto, como lo señaló Brian Pearce, Chief Economist de IATA durante la conferencia, es que los planes de inversión de gran parte de la industria se delinearon pensando en un potencial crecimiento que se esfumó y no reaparecerá hasta dentro de cinco años, lo cual puede tener ramificaciones impensadas.

Para atenuar este impacto, IATA considera fundamental avanzar hacia medidas de bioseguridad armonizadas globalmente con un enfoque por capas basado en el riesgo, cuestión que va de contramano al establecimiento de períodos de cuarentena obligatoria para los pasajeros que arriben desde destinos internacionales al que han recurrido muchos países, entre ellos recientemente, España y el Reino Unido.

De acuerdo a una encuesta realizada por la organización, el 86% de los pasajeros estaban algo y muy preocupados de tener que realizar una cuarentena al viajar; y el 69% de pasajeros recientes no considerarían realizar un viaje si ésto implicaría realizar un período de cuarentena de 14 días.

«Incluso en las mejores circunstancias, esta crisis costará muchos empleos y privará a la economía de años de crecimiento estimulado por la aviación. Para proteger la capacidad de la aviación de ser un catalizador para la recuperación económica, no debemos empeorar ese pronóstico haciendo que el viaje sea impracticable con medidas de cuarentena. Necesitamos una solución para un viaje seguro que aborde dos desafíos. Debe dar confianza a los pasajeros para viajar de manera segura y sin molestias indebidas. Y debe dar a los gobiernos la confianza de que están protegidos contra la importación del virus. Nuestra propuesta es una aplicación de medidas temporales que no sean de cuarentena hasta que tengamos una vacuna, pasaportes de inmunidad o pruebas COVID-19 casi instantáneas disponibles a escala», expresó Alexandre de Juniac, Director General y CEO de IATA.

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