El estado Francés continúa distribuyendo asistencias a sectores económicos impactados por la pandemia de COVID-19. Tras implementar un plan de 18.000 millones de euros para salvar la industria del turismo, y otros 8 mil millones de euros para la industria automotriz, le llegó el turno a la aviación. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, anunció esta mañana un plan de apoyo masivo para la industria aeronáutica por más de 15 mil millones de euros.
La industria aeronáutica francesa, entre empleos directos e indirectos, conforma un ecosistema de cerca de 300.000 empleos y genera una facturación anual de 58 mil millones de euros. «Este plan nos ayudará mucho», suspira con alivio un representante del sector. Como prueba, alcanza con ver la caída de la actividad de los dos buques insignia de la aeronáutica francesa: Airbus, que emplea a 47.000 empleados en Francia, y el fabricante de motores Safran, con 95.000 empleados en todo el mundo de los cuales 45.000 trabajan en el país galo.
El primer objetivo de este plan de soporte es «responder a la emergencia apoyando a las empresas en dificultades y proteger a sus empleados», dice Le Maire. En particular, en «proteger mano de obra altamente calificada» en un sector que emplea a más de 35.000 ingenieros. Según el Ministerio de Economía y Finanzas, «100.000 empleos se verán amenazados en los próximos meses» si no se hace nada. El gobierno decidió «activar las garantías de exportación (…) para evitar cancelaciones y diferimientos de pedidos de aviones», dijo el Ministro de Economía.
Las autoridades le otorgaron a las aerolíneas «una moratoria de doce meses para pagar sus préstamos», dijo Bercy. Además, el estado quiere proponer a la Comisión Europea extender el período de gracia que se concede habitualmente para las compras de aviones. La idea es llevarlo de los actuales seis meses a un año y medio.
Además del empleo, el gobierno también quiere aprovechar la crisis para mejorar toda la industria de la aeronáutica pequeña y mediana. «Invertiremos junto a los grandes fabricantes para fortalecer a las pymes, para hacerlas crecer, modernizar las cadenas de producción y hacerlas más competitivas», explica Le Maire. Esta vez, el gobierno no será el único en meter la mano en el bolsillo. Se activarán dos dispositivos. El primero estará dotado con al menos 500 millones de euros. El Estado pagará 200 millones de euros, mientras que los cuatro grandes de la industria local (Airbus, Safran, Thales y Dassault) inyectarán 200 millones de euros y un fondo de inversión agregará al menos otros 100 millones de euros.
El objetivo es que para fines de 2020, este fondo cuente con alrededor de 1.000 millones de euros para «apoyar a las pequeñas y medianas empresas estratégicas». En particular, aquellas que antes de la crisis, habían invertido masivamente para no perder el ritmo de las tasas de producción dictadas por contratistas como Airbus y Safran.
Con este paquete, el gobierno también quiere «proteger a estas compañías de los depredadores extranjeros». El Estado también aportará 300 millones de euros durante tres años «para apoyar a los proveedores y subcontratistas del sector en sus transformaciones y la reingeniería de procesos», dijo el Ministro de Economía y Finanzas. Hablamos de la protección contra el interés chino en las empresas francesas en esta nota:
La amenaza China: Francia prepara un paquete de fortalecimiento de la industria aeronáutica
Pero el Estado exige compromisos de las compañías a cambio de su apoyo financiero. Cerca de 1.500 millones de euros serán destinados a apoyar la investigación y el desarrollo a través del Consejo de Investigación Aeronáutica Civil. Originalmente dotado con 135 millones de euros, este fondo verá aumentar su capacidad de inversión a 300 millones de euros para fines de 2020, luego a 600 millones de euros en 2021 y 2022. «La industria aeronáutica francesa y europea tiene un papel central en la descarbonización. del tráfico aéreo mundial», dijo Le Maire, que busca mantener el compromiso de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 50% para 2050.
El objetivo es «lograr un avión neutral en carbono en 2035 en lugar de 2050, en particular gracias al motor con una tasa de dilución muy alta y al uso de hidrógeno». Además de Airbus (y cualquier otro proveedor que busque sumarse), que tendrá que diseñar, desarrollar y producir este avión, Air France también tendrá que comprometerse «a la transición ecológica». El estado requiere que la aerolínea renueve su flota comprando nuevos aviones a Airbus.
Del mismo modo, «para preservar los empleos en Francia tanto como sea posible», los principales fabricantes han acordado una carta que define «buenas prácticas y relaciones comerciales» con sus proveedores.
Finalmente, el plan de soporte incluye un componente de defensa, que trataremos aparte. El estado adelantará compras de equipamiento militar por 600 millones de euros, mayormente helicópteros Airbus.
Por lo visto en Frncia gobierna el terrible, espantoso y corrupto populismo.