Bomber Mafia, el nacimiento de la guerra aérea (Capítulo V)

Gastón Dubois

Introducción

Este será el último capítulo de la saga, de una historia que aún no tiene final, pero sí un comienzo en la capacidad visionaria de un general italiano, en 1911, durante la Guerra ítalo/otomana en los desiertos Libios. Eso lo tratamos en el Capítulo I

Las experiencias adquiridas por la aviación durante la Primer Guerra Mundial, llevarían a que otras mentes en Europa y Estados Unidos se unieran a la visión del Gral Douhet, aportando cada uno su pensamiento para ir transformando esa intuición en un corpus teórico completo.

Los adelantos tecnológicos que se fueron gestando durante el período de entreguerras permitieron a estos teóricos, ahora convertidos en apóstoles de las nuevas Fuerzas Aéreas, sentirse confiados para dar el salto de fe y poner a prueba sus teorías. Esto se fue desarrollando en los Capítulo II y Capítulo III.

En la Segunda Guerra Mundial no solo se enfrentaron el Eje vs los Aliados. En lo que respecta al futuro de la aviación militar, estaban en pugna 2 modelos de Fuerza Aérea. De un lado, una aviación táctica que golpeaba rápido y con precisión, actuando orgánicamente junto a unidades terrestres y navales. Todos los elementos confluyendo en el mismo campo de batalla. Del otro lado estaba naciendo una Fuerza Aérea distinta, con el foco puesto en su propia autonomía. La capacidad de decidir sus propios objetivos le otorgaba el derecho a existir como rama independiente de las otras fuerzas armadas. Solo una visión estratégica, con los medios técnicos adecuados, podía permitir esta emancipación. Era el tiempo del gran experimento. Se dio el paso decisivo, de la teoría a la praxis. Hasta aquí llegamos con el Capítulo IV.

 

El Imperio contraataca

La batalla de Inglaterra había terminado con una victoria ajustada para los ingleses. Los alemanes no sabrían hasta muchos años más tarde, gracias a documentales y biografías, lo cerca que estuvieron de quebrar las defensas aéreas de las islas.

Era Junio de 1941 y Hitler daba inicio a la operación Barbarroja, desencadenando todo el fulminante poder de la Blitzkrieg contra la Unión Soviética en el frente Este. La invasión a las islas británicas tendría que esperar.

Pero Churchill no es de los que esperan.

En Febrero de 1942, Churchill asignaría un nuevo jefe al Comando de Bombardeo de la RAF. Sería el Mariscal del Aire Arthur Harris. Considerado el mayor experto en bombardeo del Imperio Británico, Harris traería un nuevo sentido de propósito a la fuerza de bombarderos: la de borrar del mapa los principales centros industriales y ciudades alemanas.

Hasta entonces la aviación había sido decisiva, cada vez que se podía contar con ella, en los teatros del Mediterráneo y del norte de África, para cualquiera de los bandos. Tanto las flotas del eje como las de los aliados (principalmente inglesa) habían sufrido grandes pérdidas cuando eran atacadas desde el aire. Quedaba demostrada la preponderancia de la aviación en la guerra moderna, aunque la mayoría de estas operaciones fueron de carácter táctico. La eficacia de la aviación en su carácter estratégico se estaba midiendo en el teatro europeo central.

Formación de Avro Lancaster, considerado uno de los mejores bombarderos de la guerra.

Pero en Europa continental los bombardeos ingleses tenían poco efecto real. Muchas veces ni podían encontrar el blanco, y si lo hacían, la acción resultaba prohibitiva en costo de vidas y máquinas. Las defensa aéreas alemanas se adaptaron y reforzaron muy rápidamente ante las primeras oleadas de bombarderos ingleses. El Bomber Command aprendería una dura lección: las operaciones diurnas eran demasiado peligrosas.

Para ese tiempo la guerra aérea entre Inglaterra y Alemania se había convertido en un intercambio de bombardeos de represalia contra pueblos y ciudades menores, atacando a la población civil de forma directa. Pero resultaban acciones de poca importancia estratégica. A medida que los teatros de Rusia y África requerían mayor participación de la Luftwaffe, los cielos ingleses se fueron aclarando y esto permitió a la RAF tomar un necesario respiro y preparar un cambio notable de tácticas. Harris quería demostrarle al mundo que el uso masivo de bombarderos estratégicos era suficiente para ganar las guerras. De modo que diseñó un experimento, y los conejillos de indias serían los trabajadores alemanes y sus familias.

 

El raid “Millenium”

El Bomber Command seleccionó 3 objetivos: Colonia, Bremen y Essen. Sobre éstos la RAF asestaría terribles mazazos, concentrando oleadas de aproximadamente 1000 bombarderos para cada operación. A los modernos Lancaster, Halifax y Stirling que estaban empezando a ser recibidos se les sumaron aviones de todos lados de donde Harris pudo echar el guante. Bimotores Hampden, Blenheim y Wellington, B-17 y B-24 (de las primeras series, producidos en EEUU para la RAF) que operaban en otros teatros u otros servicios, como el Coastal Command (ataque a buques y caza de submarinos). Incluso se reclutaron viejos bimotores Whitley de la escuela de bombarderos. Todo para llegar al mágico número 1000.

Un Millenium Raid, concentrandose para dirigirse al objetivo

Factores climáticos decidieron el objetivo. La noche entre el 30 y 31 de mayo presentaba condiciones ideales en el cielo sobre Colonia. La suerte estaba echada. Desde decenas de bases en Inglaterra decolaron centenares de aparatos de todo tipo para unirse en una flota devastadora sobre Colonia. A la mañana siguiente Colonia era una ruina humeante. 500 muertos, miles de heridos de diferente consideración, y una población de 40.000 personas que ya no tenían un hogar al cual volver. El 61% del núcleo urbano había sido arrasado. El bombardeo duró varias horas, de oleadas sucesivas. Los ingleses perderían 39 aviones.

Colonia intenta defenderse, pero los bombarderos son demasiados

El 2 de Junio llegó el turno de Essen. Participaron 956 bombarderos, de los cuales se perdieron 31. El resultado de Essen fue muy similar al de Colonia, con la mitad de la ciudad arrasada por las llamas.

El tercer raid tuvo lugar sobre Bremen el 26 de Junio, con resultados similares para los alemanes y 44 aviones perdidos para el bando inglés.

La táctica inglesa fue la misma que había resultado exitosa en Guernica, así como sobre Polonia, Rusia y demás lugares, pero llevada a una escala nunca antes vista. Primero caían las bombas de alto explosivo para romper todo, dejando los edificios sin techo, los tendidos eléctricos y las cañerías de agua cortadas, las calles bloqueadas por escombros. Y luego venían las bombas incendiarias para completar la destrucción. Con las calles bloquedas, las unidades de bomberos no pueden llegar a los focos principales y se termina produciendo un fenómeno aterrador y sumamente destructivo: la tormenta de fuego.  El aire y las superficies se ponen tan calientes por los incendios sin control, que todo empieza a arder sin que lo toque la llama. Se crean corrientes de aire calcinante que succionan el oxígeno, moviendo el fuego como si fueran olas de una tempestad que arrasa todo lo que toca. Se hace imposible respirar, el aire quema los pulmones. Nada se puede hacer, más que esperar a que se consuma todo el material combustible.

Los resultados fueron elocuentes. En una noche, los habitantes de una ciudad se convertían en refugiados sin nada más a su nombre que lo que llevaban encima cuando sonaron las alarmas de bombardeo. Los ingleses inventaron un término para esto: lo llamaban “Dehousing”. No tiene traducción directa, pero se entiende como dejarte o quitarte tu casa.

Alemania a la defensiva

En el verano de 1942 entra EEUU en el conflicto europeo, con centenares de bombarderos aterrizando en bases por toda Inglaterra.

Las famosas fortalezas volantes B-17, foto coloreada para apreciar como se veían realmente

El plan norteamiericano para aniquilar la potencia germana había sido trazado hacía tiempo. Se habían seleccionado 154 objetivos que había que destruir totalmente. De éstos, 50 eran equipos para la producción eléctrica; 47 nudos ferroviarios; camioneros y puertos, 27 representaban el 80% de la producción petrolífera; 18 estaban relacionados a la construcción aeronáutica; 6 representaban el 90% de la producción de aluminio y otros 6 la producción total de magnesio. Era la aplicación científica de las teorías de Mitchell y Weber.

Por el contrario, los objetivos del Bomber Command inglés conducido por Arthur “bomber” Harris estaban en consonancia con los ideales de Douhet y en su propia experiencia como policía colonial del aire. Los bombarderos de la RAF atacarían el potencial humano y a la economía alemanas, bombardearían la moral germana, hasta su ruptura total.

Imagen de propaganda, pero que demuestra como la idea del bombardeo estratégico se había instalado en la mente de todos

Los norteamericanos confiaban en sus bombarderos, pensaban que eran los mejores del mundo. Podían volar más alto, más rápido, y más lejos que cualquier otro avión similar. Los B-17 y B-24 tenían un poderoso armamento defensivo, compuestos de muchas ametralladoras pesadas de 12,7mm. Y sus formaciones cerradas permitían que los aviones se apoyaran mutuamente con fuego defensivo. No por nada al B-17 lo llamaron Fortaleza Volante. La creencia en la superioridad de sus monturas, así como la de su tecnología de bombardero y el entrenamiento de sus tripulaciones, llenaban de confianza a los norteamericanos.

bombardeo estratégico americano sobre la planta de Hispano-Suiza, ocupada por los alemanes, en París

Ellos también tenían la idea de que los bombarderos podían ganar la guerra. Se habían entrenado para bombardear objetivos individuales desde 7600 metros de altura, con gran precisión y devastación durante el día. Los ingleses les advirtieron que eso era una locura, que lo habían intentado pero no funcionaba. Los norteamericanos les contestaron algo como “bueno… es como lo sabemos hacer nosotros”. Y así quedó divida la función de cada comando de bombarderos. Durante el día, los norteamericanos atacarían los puntos nodales de la infraestructura nazi, durante la noche la RAF arrasaría sus ciudades.

Pero pronto descubrirían que las prácticas de bombardeo sobre el desierto no te preparan bien para las difíciles condiciones de visibilidad sobre la húmeda Europa, y mucho menos cuando las defensas anti-aéreas (ahora, reorganizada y ampliada a más de  un millón de individuos, muchos de ellos, niños en edad escolar) y la Luftwaffe te disparan en medio de una defensa cada vez más tenaz y desesperada.

Los bombarderos bimotores medios, como este B-26 Marauder, también participaron activamente en todos los frentes.

Para la primavera del 43, el comando de bombardeo norteamericano se encuentra sufriendo graves pérdidas a manos alemanas. Las baterías Flak (artillería anti-aérea) se cobraban su cuota en sangre de cada formación de bombardeos que pasaban cerca. Y los cazas de escolta, P-38 Lightning primero y P-47 Thunderbolt luego, no tenían el alcance suficiente para cubrir a la fuerza de bombardeos durante todo el trayecto. Los alemanes habían aprendido lo demoledores que podían ser los P-47 cuando picaban sobre ellos desde más altura, así que supieron calcular el momento en el que la fuerza de escolta llegaba al máximo de su alcance y debía regresar a Inglaterra, momento en el que descendían entonces como una mortífera nube de aves rapaces sobre unos bombarderos que quedaban librados a sus propios medios para defenderse. Pierden fortalezas volantes de a decenas. Hay relatos de pilotos de escolta que dando la vuelta para volver a sus bases, veían por sobre sus hombros los primeros aviones alemanes abalanzarse sobre las formaciones de bombarderos. Si algunos se dieron vuelta para pelear, no regresaron.

Posteriormente los P-47 recibieron depósitos de combustible extra bajo las alas, pero esto no alcanzaba para acompañar a las formaciones de bombarderos en los ataques en profundidad sobre Alemania. Se probaron versiones de bombarderos con más ametralladoras, como unidades que debían defender las formaciones, pero resultó un fracaso. Lo mejor que podían hacer era mantener la técnica de vuelo en formación escalonada, que garantizaba  la protección recíproca mediante la concentración del fuego defensivo.

Formación de B-17 intensa abrirse paso, mientras los cazas alemanes y la escolta norteamericana se enfrentan en frenética pelea de perros

Para entenderlo en su magnitud real, en diferentes acciones del día 17 de agosto de 1943, se habían perdido 600 vidas de tripulantes de aviones derribados (sin contar muertos y heridos de los aviones “tocados” que sí pudieron regresar a base), contra 25 pilotos de la Luftwaffe perdidos en las acciones defensivas.

Bombardeo de área

Los resultados estadounidenses no hacen más que confirmar las ideas del Mariscal del Aire Arthur Harris. Harris diseña una nueva estrategia, atacar la cuenca del Ruhr. Es un área de Alemania donde se concentra la mayor producción de acero y carbón. Y es también la zona más nutridamente defendida de Alemania. Todas las noches hay bombardeos, la tensión en la población es permanente. Pero una “nueva normalidad” (les suena el término?) se va gestando. La vida en los bunkers y túneles se va naturalizando, la pulsión de vida aún es fuerte; la moral alemana no se rompe. La gente se acostaba vestida. A mano siempre tenía un pequeño equipaje con lo mínimo indispensable para sobrevivir. De forma tal que cuando sonaba la sirena de ataque aéreo, estaban instantáneamente listos para ir a los túneles y bunkers a esperar que pase el peligro. El Gobierno Nazi es eficiente en la distribución de víveres y cuidado médico en las ciudades bombardeadas. La disciplina civil se mantiene, la moral sigue alta.

Combinación de bombas de alto explosivo e incendiarias en un Halifax de la RAF, para el bombardeo de área sobre ciudades

La presión por resultados tangibles se intensifica sobre los hombros de Harris, necesita dar un golpe demoledor. El objetivo es Hamburgo, la segunda ciudad más poblada de Alemania. Pero teme a los radares alemanes. Por suerte para él (y por la pericia de las unidades de espionaje e inteligencia), un caza nocturno alemán, equipado con el último modelo de radar, deserta al bando aliando y aterriza en Escocia. Con esto los ingleses pueden averiguar la frecuencia en la que operan los radares alemanes, y diseñar la contra-medida adecuada. Finas tiras de aluminio, generan mil reflejos en los radares alemanes, que no pueden distinguir cuales de los ecos radar mostrados en pantalla son aviones reales y cuales ecos fantasma. Es el “chaff”, técnica que se utiliza aún hoy con efectividad.

La RAF lanza el mayor raid aéreo que el mundo haya visto hasta entonces. Hacia media noche, las sirenas comienzan a aullar en Hamburgo, los Flak y los cazas nocturnos se ponen en alerta, pero los radares no pueden dar indicaciones, sus pantallas se ven llenas de cientos y miles de ecos, sin podes distinguir los aviones reales de las contramedidas. Una sábana de 29 kms ininterrumpida de bombarderos dejan caer su letal carga sobre la indefensa ciudad. El 26 de Julio de 1943, las llamas en Hamburgo dan nacimiento a la mayor tormenta de fuego jamás vista. En las calles, la temperatura se eleva hasta los 1.000 C°. Los vientos ardientes tienen la fuerza de huracanes. Aún desde 6.000 metros de altura, el interior de los bombarderos es iluminado por una ciudad furiosamente en llamas.

Hamburgo fue atacada por 10 días consecutivos por bombarderos británicos por la noche, y estadounidense durante el día. Son más de 40.000 los muertos por los bombardeos, muchos por asfixia, ya que los fuegos consumían el oxígeno a su paso. Pero también muchos quedaron atrapados en los escombros, calcinados, o atrapados en el asfalto, que por el calor se había fundido y transformado en una trampa mortal. Los heridos se contabilizaron en 120.000. 1 millón de refugiados, ya sin hogar, huyen de los restos de la ciudad.

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Un exultante Harris escribe a Churchill en Noviembre, que con la ayuda de EEUU pueden reventar Berlín de punta a punta. El precio a pagar para los aliados, sería de entre 400 a 500 aeronaves, el precio para los alemanes sería la guerra.

 

Berlín

Arthur “Butcher” Harris (el carnicero, como lo llamaban sus pilotos y oficiales del Bomber Command) comienza su campaña aérea para devastar Berlín. Desde principios del 44 hasta el final de la guerra, más de 300 salidas nocturnas machacarán la capital germana. Sin embargo, el colapso de la moral de los alemanes no llega. El dolor, el miedo y la desesperación unen a la gente en una causa común. La batalla aérea sobre Berlín es la más grande de la historia. El Comando de Bombardeo pierde más de 800 aviones y 3.000 tripulantes.

Tripulación de Avro Lancaster regresa agotada, luego de un raíd nocturno.

Los americanos se mantienen alejados de las operaciones sobre Berlín que llevan a cabo los ingleses. Siguen abocados a sus operaciones diurnas de precisión sobre objetivos industriales y logísticos. Y con la entrada en servicio de los cazas P-51 Mustang y sus depósitos de combustible externo, tienen la escolta que estaban necesitando, capaces de acompañarlos todo el trayecto, ida y vuelta, de sus objetivos en Alemania.

Día D

En el frente occidental, la superioridad aérea es absoluta. Dan comienzo las operaciones de bombardeo para ablandar las defensas territoriales alemanas. Los bombarderos atacan las factorías de aviones de caza alemanes. Generando un fuerte estrés en las líneas de producción de Messerschmitt. Pero el Me-109 ya no es el principal caza alemán: éste fue superado por el Focke-Wulf 190. Y parte de la genialidad de su diseñador, Kurt Tank, fue la de organizar y simplificar la producción de tal manera que las partes del avión pudieran ser producidas en una gran variedad de talleres por toda Alemania, para luego ensamblar los aparatos donde hiciera falta. De modo tal que los bombardeos, aunque devastadores, no tuvieron gran efecto sobre el principal avión de caza alemán de este período. El otro gran objetivo de los bombarderos aliados, fueron las refinerías de petróleo nazis en Rumania. Si bien los objetivos son alcanzados con fuerza, en semanas los daños son reparados y la producción de combustible se reanuda.

El norte de Francia conoció la devastación de los bombardeos masivos, como antesala al día D

Para preparar el terreno para las masivas operaciones anfibias, los bombarderos estratégicos se transforman en aviones de apoyo táctico, barriendo el terreno en bombardeos de alfombra, dejando a su pazo un paisaje lunar, lleno de cráteres.

La ruina de Dresde

Para Febrero de 1945, la guerra para los alemanes estaba perdida. Con los aliados entrando en suelo alemán por los frentes Este y Oeste, ya solo era una cuestión de tiempo y de ver quien llegaba a Berlín primero.

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Y esto hace que la destrucción de la ciudad de Dresde sea una de las operaciones más cuestionables conducidas por Butcher Harris al frente del Bomber Command de la RAF.

800 bombarderos ingleses participaron del raid. Según algunas fuentes, el ataque había sido solicitado por Stalin, ya que el avance ruso estaba siendo ralentizado por una resistencia alemana fanática.

La ciudad cuenta pocos bunkers y pocas defensas, no era un objetivo militar prioritario ni relevante. Dresde había recibido un gran influjo de refugiados, huyendo del avance soviético. A las 10 de la noche de un 13 febrero de carnaval, empezaron a sonar las sirenas.

Como en Hamburgo, otra vez la brutal tormenta de fuego, cuyos vientos ardientes arrancaban a la gente del suelo para tragarlos en las llamas. Aún desde 100 millas de distancia, las tripulaciones de los bombarderos ingleses que se dirigían de vuelta a sus bases, podían ver las luces de las llamas que arreciaban el centro de Dresde. Al día siguiente llegaron los bombarderos norteamericanos para dar el remate. El conteo de muertos sería de alrededor de 35.000. Otras tantas decenas de miles “dehoused”… en un momento en el que el resultado de la guerra ya no podía ser cuestionado.

Bombardeo estratégico en formación cerrada de unos B-17

La destrucción de Dresde termina revirtiendo la opinión pública contra las tácticas de bombardeo de terror. Churchill decide alejarse de Arthur Harris, le suelta la mano, y es el fin para él.

Los demás frentes de la guerra en Europa

Bombardero medio soviético tipo Pe-2

Si bien tanto alemanes como soviéticos poseían bombarderos pesados estratégicos, nunca sus fuerzas aéreas los emplearon en suficiente número como para evidenciar una utilización estratégica. Las fuerzas aéreas alemanas y soviéticas habían sido diseñadas para su utilización táctica (empleo en el cual nadie puede negar que fueron enormemente efectivas), en conjunción con las unidades terrestres. Lo mismo podría decirse de la más atrasada aeronáutica italiana.

Bombardeo estratégico aliado sobre nudo ferroviario en Italia

Sí hubo acciones importantes de bombardeos estratégicos aliados sobre objetivos en el teatro del mediterráneo, en especial sobre Sicilia e Italia, pero no son acciones tan ejemplares para el tema de esta nota como las acciones de bombardeo estratégico llevadas a cabo por EEUU e Inglaterra contra Alemania.

Frente del Pacífico

Los japoneses tenían al principio del conflicto tal vez la armada más poderosa del océano Pacífico, con una fuerza aeronaval soberbia. Tal vez por eso y por el tipo de escenarios en los que los japoneses se desenvolvieron (realmente no había en la región grandes ciudades industriales como en Europa continental), hicieron que dejaran de lado el desarrollo de bombarderos pesados de largo alcance. Y eso puede que les haya terminado jugando en contra, a medida que se encontraron incapaces de devolver el golpe en la retaguardia de la avanzada norteamericana. Unas campañas de bombardeo pesado sobre Hawái o Wake hubieran al menos, conseguido algo de tiempo valioso para que Tokio pudiera reponer algunos de los portaviones perdidos, y sobre todo, nuevos pilotos.

Bombardeo estratégico estadounidense sobre el puerto japonés de Kobe, el 5 de junio de 1945, 473 bombarderos estadounidenses destruyeron por completo 11 kilómetros cuadrados de infraestructura urbana.

En cambio, EEUU sí que supo hacer un buen uso de nuevo y más letal bombardero estratégico de toda la Segunda Guerra Mundial, la Superfortaleza B-29. Volando a una altura tal que los cazas japoneses no podían alcanzar, bombardearon los blancos nipones a gusto y placer.

Las superfortalezas volantes B-29 casi no encontraron resistencia sobre los cielos japoneses

Y fue en el Pacífico donde los norteamericanos se convirtieron en grandes alumnos del general italiano Giulio Dohet, bombardeando con incendiarias las ciudades japonesas para arrasarlas. En el bombardeo a Tokio, hasta 200.000 personas perdieron la vida. E insistieron con esta empresa, hasta que luego de 2 bombas atómicas, los japoneses finalmente fueron bombardeados hasta la sumisión.

 

Reflexiones finales

Con el fin de la SGM tanto en el teatro europeo como asiático, el gran experimento terminaba con resultados diversos.

En su empleo táctico, la aviación fue un gran éxito. Lograr la superioridad aérea sobre el terreno implicaba que el enemigo sufría permanente hostigamiento y ataques de ablandamiento, además de tener pocas chances de sorprender a las fuerzas amigas. No podría haber existido la Blitzkrieg sin la poderosa Luftwaffe. Los soviéticos no podrían haber lanzado sus exitosos ataques en profundidad sin el respaldo de su fuerte y moderna Fuerza Aérea Soviética.

En los teatros operacionales de África y Medio Oriente, la aviación tuvo siempre un rol de gran importancia para dar apoyo a los avances de las fuerzas terrestres, ablandar defensas o cubrir retiradas.

Y en el mar la cosa fue aún más clara. Las flotas más poderosas del mundo sucumbían ante las bombas y torpedos arrojados por la aviación táctica. Esto fue una realidad tanto el Mediterráneo como en el Pacífico, aunque más espectacular en este último teatro. Los buques más grandes y poderosos que la historia había conocido, con sus enormes cañones, miles de toneladas de acero y un millar de marineros para operarlos, hundidos por pequeños, ligeros y baratos aviones. El acorazado dejó de ser el amo del mar: fue desplazado por el portaaviones.

Ingleses y norteamericanos encarnaron mejor que ninguno la visión estratégica de la aviación. Las campañas de bombardeo masivo demostraron ser demoledoras, aplastantes. Pero finalmente ni Harris pudo demostrar que una población puede ser bombardeada hasta la sumisión y subordinación; ni la Bomber Mafia americana pudo demostrar que se puede reventar totalmente la capacidad de un país de hacer la guerra exclusivamente a bombazos.

Los bombarderos no bastaban solos para ganar una guerra.

Paréntesis. Aun es discutible si los B-29 si lograron bombardear a los japoneses hasta quebrar su espíritu de lucha, particularmente con las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Los planificadores militares de EEUU sabían que la guerra seguiría mientras la isla principal de Japón no fuera invadida. Y que esa invasión tendría que enfrentar una defensa fanática, que impondría un precio altísimo en vidas de soldados propios. No hay duda que la campaña de bombardeo estratégico contra Japón tenía como finalidad forzar la rendición. Japón ya estaba, de facto, acabado en todos los teatros de operaciones más allá de sus fronteras originales. Pero en el interior del Gobierno los generales, en su orgullo querían seguir peleando hasta el último hombre, mujer y niño. La rendición era conceptualmente incomprensible para los japoneses. Ninguna invasión de Japón había triunfado jamás. Se podía decir que no había perdido una guerra externa en tanto tiempo que ya no se recordaba.

Los líderes japoneses querían una salida negociada de la guerra para salvar la ropa. Los EEUU no aceptaban otra cosa que la rendición incondicional. Si EEUU no le hubiera garantizado al emperador Hirohito la continuidad de su estatus, tal vez la orden de rendición no hubiera llegado. Todo queda abierto a la especulación.

Lo que si quedó claro para todos, es que las Fuerzas Aéreas habían ganado su independencia. Ya no se podía cuestionar la importancia de su utilización y el peso de la devastación que desataron los bombarderos sobre sus blancos. De hecho, estudios climatológicos hechos muchos años después del fin de las hostilidades demostraron que el impacto del bombardeo masivo de la SGM fue tan grande en el medio ambiente, que los efectos de las ondas expansivas se notaron a una altura de hasta 1.000 km. La ionosfera fe debilitada y elevada varios kilómetros por la fuerza de las bombas.

Sin embargo, el advenimiento de las armas atómicas y la guerra fría darían a la visión de Giulio Douhet una nueva vida, una cierta continuidad encarnada ahora en el concepto MAD (por Mutual Assured Destruction o Destrucción Mutua Asegurada). La capacidad de EEUU y la URSS de anular la posibilidad de victoria del adversario por el precio estrafalario de la aniquilación total que debería pagar cualquiera que iniciara un ataque a gran escala, sin duda fue el elemento más significativo a la hora de evitar una Tercer Guerra Mundial. El precio de la guerra, como lo predijo Douhet, sería tan terrible que ninguno de los bandos terminó por animarse a soltar el primer ataque… aunque estuvimos cerca de ese momento más de una vez.

Gracias por haberme acompañado y haber llegado hasta aquí. Y gracias por la paciencia. Se hizo larga la entrega.

 

Fuentes:

Air Force Magazine, Volumen 86,Números 2-12.

Masters of the Air: America’s Bomber Boys Who Fought the Air War Against Nazi Germany.

The Bombing War WWII Documentary en Youtube.

Historia de la aviación, editorial Viscontea.

https://www.vozpopuli.com/altavoz/next/bombardeos-II-Guerra-Mundial-desplazaron_0_1175883144.html

http://www.ww2enimagenes.com/2015/08/bombardeos-estrategicos-tacticos.html?m=0

Fotos/imágenes: crédito a quien corresponda

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