Informes de medios de comunicación de Japón dicen que el avión de transporte Kawasaki C-2 se someterá a pruebas en pistas sin pavimentar para aumentar sus posibilidades de ganar un contrato con los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El transporte C-2 comenzará a principios del mes de Octubre las pruebas de despegue y aterrizaje en diferentes tipos de pistas “no preparadas”. La motivación detrás de esta ronda de testeos es poder salir victorioso en el concurso, frente al competidor Airbus A-400M y obtener así la primer orden exportación del modelo.
Aparentemente los diseñadores japoneses no habían previsto la situación del despegue y aterrizaje de los C-2 desde pistas no pavimentadas, pero los Emiratos Árabes Unidos pidieron confirmar si el C-2 puede operar desde pistas rústicas.
Las pruebas se harán con diferentes configuraciones de carga, y sobre diferentes tipos de pistas. Luego, el gobierno japonés compartirá éstos datos técnicos con los Emiratos Árabes Unidos.
Tanto el C-2 como el A-400M están en el mismo escalón, o sea, por arriba que un Lockheed Martin C-130J/Embraer KC-390 y por debajo de un Boeing C-17. Ambos modelos contendientes, tienen un precio similar y casi la misma capacidad de carga. El avión de Kawasaki aventaja al de Airbus en velocidad crucero. Pero el A-400M ya demostró en varias ocasiones que no necesita un aeropuerto para aterrizar y despegar, tanto en pruebas (en Inglaterra se lo probó sobre una playa de arenas compactas) como en operaciones reales (como lo utiliza Francia en Mali).
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Cuando Japón desarrolló el C-2, el objetivo principal era volar más alto, reducir la resistencia del aire, acortar el tiempo de vuelo y ahorrar costos de combustible. Para controlar los costos de investigación y desarrollo y el precio de los aviones militares, Japón no requirió las funciones de despegue y aterrizaje en pistas no pavimentadas durante la etapa de desarrollo.
El C-2 surgió de la necesidad de reemplazar el viejo carguero biturbina, también nacional, el Kawasaki C-1, pero supera a éste en todos los parámetros. Por ahora, entre pedidos y unidades operativas, la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón operará una veintena de estas aeronaves. A medida que Japón va dejando el aislacionismo y comienza a desplegar poder a nivel regional, es casi seguro que se cursen más pedidos para esta aeronave de carga media. Además del C-2 se desarrolló una interesante variante de inteligencia electrónica (ELINT), que a juzgar por el tamaño de sus antenas, debe ser poderosa.
Si resulta que los C-2 pueden operar sin problemas (o luego de recibir modificaciones sencillas y baratas) en pistas rústicas, típicas de los despliegues en los frentes de batalla, podría convertirse en un contendiente de cuidado para las aspiraciones de exportación del Airbus A-400M.