Los Lockheed Martin F-16 de la Fuerza Aérea Iraquí volvieron a desarrollar misiones de combate gracias al retorno al país de los contratistas privados que brindan apoyo a las aeronaves.
La Fuerza Aérea Iraquí (IAF o IqAF) posee unos 36 aviones de combate F-16 Fighting Falcon en su inventario, pero se pasaron casi todo el 2020 en tierra porque se retiraron los contratistas norteamericanos que mantienen estos aviones operativos. Se llegó a esta situación debido a los varios encontronazos entre Bagdad y Washington, el fuerte impacto del COVID-19 en la región, así como el pico de tensiones alcanzado tras el ataque de retaliación iraní con misiles a una base de EEUU en Irak.
El sitio Janes.com informa que en el día de ayer, tanto la IqAF como el CENTCOM (Comando Central de los EEUU), develaron que un número de F-16 participaron en el ataque aéreo contra objetivos del Estado Islámico (ISIS) al norte de la ciudad de Bagdad.
“Los aviones de combate iraquíes F-16 llevaron a cabo ataques aéreos contra las casas seguras [del Estado Islámico] en el área de al-Zour, Diyala”, dijo CENTCOM. «La misión refleja las crecientes capacidades de la Fuerza Aérea iraquí en la lucha contra el terrorismo…».
Como se puede ver en este ejemplo, si las condiciones del contrato no prevén el control sobre el producto que se compra, no hace falta un embargo para quedar incapacitado de operar un sistema de armas.
No te sirve un avión así. Si en cuestión de poco tiempo quedaron en tierra 36 aviones, o es muy «tallerista», o te apretaron un botón en EEUU y quedaron como floreros.
Todo es parte de como negocies los contratos. En este caso, no es culpa de los iraquíes. Como país derrotado en la guerra, tuvo que aceptar el trato que le impusieron. Algo así pasa con los F-18 de Malasia, que no los pueden programar para misiones ofensivas ellos mismos, dependen de personal de EEUU. Hoy por hoy los aviones son mas «computadoras» que «aerodinámica», lo cual facilita enormemente su control.