A falta de armonización entre las normativas y procedimientos sanitarios entre los diferentes países de la región, los gobiernos han delegado en las compañías aéreas el control del cumplimiento de los requisitos exigidos en destino, teniendo éstas que afrontar multas de diferente tenor ante una falla.
Es así que se conoció que el jueves pasado arribó al Aeropuerto Internacional de El Salvador una pasajera que portaba un certificado de test para COVID-19 con resultado positivo, a pesar del cual puedo embarcar en el aeropuerto de Houston en un vuelo de Spirit Airlines.
Por ello, el gobierno salvadoreño decidió aplicar una multa de USD 6.000 a la aerolínea estadounidense.
«La aerolínea no solo puso en riesgo a los pasajeros, puso en riesgo a su propia tripulación que tuvieron cerca (al pasajero). No es broma, el virus no es broma», expresó el director general de Migración y Extranjería, Ricardo Cucalón, durante una entrevista en un programa de radio 102 Nueve de El Salvador.
“El día de ayer se notificó a la aerolínea la multa correspondiente, que es la mayor sanción”, agregó el funcionario, detallando que ya se localizaron a los 58 pasajeros que compartieron el vuelo con la paciente positivo y se entregó esa información al Ministerio de Salud para que haga el seguimiento correspondiente a cada uno de ellos.
En declaraciones a la agencia Reuters, desde Spirit Airlines manifestaron que se encontraban investigando cómo la pasajera pudo abordar el vuelo a pesar de los procesos de revisión y que tomarían las medidas correspondientes.