Un día como hoy, hace 85 años, el Spitfire levantaba vuelo por primera vez

Gastón Dubois

El 5 de marzo de 1936 el avión con matrícula K 5054 efectuó su primer vuelo desde el aeródromo Eastleigh (ahora aeropuerto de Southampton), pilotado por el capitán J. Summers, jefe de los pilotos de prueba del grupo Vickers. Se trataba del prototipo del Supermarine 300, el cual luego se convertiría en el legendario Supermarine Spitfire. Hagamos un brevísimo repaso de su desarrollo e historia.

Diseñado originalmente por un equipo de ingenieros liderados por el gran proyectista Reginald J. Mitchell (y continuado tras su muerte en 1937 por Joseph Smith), el Supermarine 300 fue desarrollado en base a la experiencia adquirida en materia de vuelo a alta velocidad, derivada de la participación de éste en el Trofeo Schneider, una competición de hidroaviones de carrera.

Reginald Joseph Mitchell, el padre del Spitfire

El primer pedido de 310 ejemplares, pronto aumentado a 510, llegó rápidamente el 3 de junio de 1936. Estos Spitfire I sustituyeron el motor Merlin C de 912 caballos del prototipo por el Merlin F de 1059, y luego el Merlin II de 1044 caballos de fuerza. Otros cambios incluyeron la adición del armamento (8 ametralladoras Browning de 7,7 mm y 350 disparos por arma), equipo de radio y se sustituyó el patín de cola por una rueda.

El Spitfire fue el primer monoplano monoplaza monomotor de caza de la RAF, con estructura semimonocasco en aleación liviana. El caza tecnológicamente anterior al Spitfire, el Hawker Hurricane (primer caza monoplano de la RAF) poseía estructura de madera.

La producción en serie comenzó en marzo de 1937, alcanzando pronto buen ritmo. Para comienzo de las hostilidades (3 de septiembre de 1939) la RAF ya contaba con 9 escuadrones del nuevo caza, y 2 más en transición.

Pese a poseer unas características de vuelo destacables, las primeras versiones del Spitfire eran sensiblemente inferiores a las de su más famoso enemigo, el Messerschmitt BF-109, en cuanto a características de construcción. La estructura del nuevo caza británico era resistente, pero compleja y costosa de reparar. El Spitfire de la primera serie requería alrededor de trescientas mil horas de trabajo cada uno. En cambio, cada BF-109 (que llevaba más tiempo en producción)  pudo llegar a producirse con aproximadamente tres mil horas de trabajo por ejemplar. Lógicamente, a medida que con el tiempo y la experiencia se afinaba el sistema productivo, las sucesivas variantes del Spitfire demandarían menos esfuerzos para su fabricación.

La experiencia operativa también introdujo varias mejoras, como techos transparentes combados, blindaje dorsal, parabrisas de blindo vidrio, depósitos autosellantes, nuevo sistema hidráulico de retracción del tren de aterrizaje y a partir del ejemplar n° 78, una nueva hélice tripala metálica De Havilland con dos pasos, en lugar de la bipala de madera de paso fijo anterior.

Apresurado despegue para interceptar un nuevo raid alemán.

El Spitfire demostró ser la obra maestra de Mitchell, ya que gracias a su fenomenal potencial de desarrollo, el caza siempre pudo adaptarse y crecer para hacer frente a los desafíos cambiantes. De hecho, es el único avión aliado que permaneció ininterrumpidamente en producción desde antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial y continúo hasta después del fin de la misma.

En su empleo, los primeros años del “Spit” fueron de carácter estrictamente defensivo. Su teatro de operaciones fue el área metropolitana, incluso durante la fase de hostilidades en Francia.

Dejaron su marca indeleble en la historia durante la “Batalla de Inglaterra”, durante la cual se mostraron superiores a sus adversarios alemanes y junto a su socio, el Hurricane, lograron defender la isla de los incesantes ataques aéreos alemanes.

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Su primera operación fuera de las islas británicas sería a partir del 20 de diciembre de 1940 durante la operación “Rhubarb”, que consistió en atacar los campos de aviación alemanes del otro lado del Canal de la Mancha.

Los primeros que combatieron en otro teatro operativo fueron los 15 Spitfire Mk. VB llevados para la defensa de la estratégica isla de Malta en 1942, donde sustituyeron a los desgastados Hurricane, cuyos pilotos (y personal técnico) habían logrado defender sus cielos de manera heroica. Desde entonces, los Spit formaron la punta de lanza de caza en todos los teatros operacionales del mundo, donde la RAF se implicara.

Supermarine Spitfire Mk XVI, con 2 cañones Hispano de 20mm y 60 proyectiles por arma.

Fue exportado a países socios y aliados y combatió en todos los frentes europeos y norafricanos.

En su tierra natal, los Spitfire continuaron teniendo eminentemente roles defensivos y sus últimas versiones debieron hacer frente a los ataques de las bombas volantes V-1 lanzadas por el régimen nazi contra Londres.

En el continente, un Spit XIV del 401 Escuadrón se convirtió en el primer avión aliado en derribar a un formidable avión a reacción Me.262.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, cazas Spitfire y Messerschmitt BF-109 volvieron a enfrentarse en duelo sobre los cielos del Levante, durante la guerra de independencia de Israel en 1948.

Museo de la Fuerza Aérea Israelí.

Tal vez la última acción bélica de esta longeva estirpe sucediera en 1953, cuando aviones Supermarine Seafire de la Aéronavale francesa y Mk47 de la RAF efectuaron 360 misiones de combate durante la Guerra de Corea.

Gracias a las excelentes cualidades básicas del proyecto, el caza puntero de la RAF del primer período bélico resultó siempre un arma muy eficiente a lo largo de todo el conflicto. Se desarrolló en más de 40 versiones y se fabricaron 20.334 ejemplares. Su producción cesó en octubre de 1947, pero se siguieron utilizando por todo el mundo durante muchos años pese a que su tiempo había pasado, gracias al advenimiento de los cazas de nueva generación, los jets.

Spitfire de foto-reconocimiento.

Gracias a su actuación durante la Batalla de Inglaterra, la excelencia de su diseño y su adaptabilidad al cambio, el “Escupefuego” es justamente reconocido por todos como uno de los más grandes cazas de la historia, aún 85 años después de su primer vuelo.

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