La Administración Federal de Aviación descubrió el pasado verano boreal que Boeing designó ingenieros para los trabajos de certificación de aviones que carecerían de los conocimientos técnicos necesarios y «no estaban a la altura de las labores encomendadas». Esta es la última entrega de la novela entre el fabricante y el ente regulador de la aviación de los Estados Unidos, que ha llegado incluso a atrasar la entrada en servicio de su próximo modelo estrella, el 777X.
En la certificación de las aeronaves intervienen ingenieros del propio plantel de personal de los fabricantes (llamados representantes autorizados), que actúan como veedores en nombre de la FAA. Estos empleados se encargan de asegurarse que las pruebas necesarias son efectivamente realizadas y que los diseños cumplen con los requerimientos. Este proceso ha sido diseñado para hacer frente a ciertas falencias de la agencia gubernamental, principalmente la dificultad de reclutar personal especializado debido a los bajos sueldos ofrecidos en el sector público en comparación al privado.
En una carta, la FAA señaló a Boeing que muchas de las personas designadas por el fabricante para realizar los controles de certificación de los modelos «no estaban a la altura» del trabajo encomendado. De acuerdo a lo reportado por el Seattle Times, la carta de la FAA, fechada 2 de noviembre y dirigida a Tom Galantowicz -vicepresidente de seguridad de productos y servicios de Boeing- enumera una serie de falencias entre los ingenieros que Boeing designó para actuar en nombre de la agencia:
- Algunos carecían de «experiencia directa en el proceso de certificación».
- Otros «no eran conocedores de los requisitos y problemas técnicos relacionados con la homologación de aeronaves civiles».
- Varios de los nominados «no conocían los requisitos técnicos y de procedimiento que conlleva la obtención de dichas aprobaciones».
La FAA también atacó a los propios paneles encargados de designar a estos ingenieros citando que «no han realizado las evaluaciones independientes de experiencia y capacidad técnica de los candidatos». La carta afirma que, en muchos casos, el proceso de nombramiento «pareció ser una mera formalidad en lugar de una validación independiente del candidato con miras a analizar sus aptitudes técnicas». Por último, la agencia señala que Boeing seleccionó asesores internos que, durante las entrevistas, no fueron capaces de explicar los requisitos y responsabilidades de su cargo.
Boeing habría declarado el miércoles su intención de reforzar el proceso de certificación de sus modelos en general, y el de selección de representantes en particular. En un comunicado, el fabricante señaló: «estamos comprometidos a garantizar los más altos niveles de seguridad y calidad en todo lo que hacemos, y eso incluye la labor de los empleados de Boeing designados como representantes autorizados«.
Más allá de los compromisos del fabricante, antes del primero de enero próximo deberán entrar en vigor nuevas normas que exigirán que los candidatos propuestos sean entrevistados y aprobados por la FAA. También se exigirá a la agencia que designe a un asesor propio para cada uno de los representantes autorizados nombrados por Boeing, estableciendo así que cada ingeniero nombrado por el fabricante tenga un homólogo de aquella dependencia del gobierno (hasta hoy, los ingenieros depende de sus directores y a menudo tienen poco o ningún contacto directo con el personal técnico de la FAA).