La Universidad de Oxford desarrolla un sensor a partir de fibra de zafiro que podría facilitar un transporte aéreo más limpio

Agustín Miguens

Investigadores de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, desarrollaron un sensor fabricado a partir de fibra de zafiro con la capacidad de soportar temperaturas extremas. Según informaron, la tecnología tiene el potencial de permitir mejoras significativas en términos de eficiencia operacional y reducción de emisiones. El trabajo se publicó en la revista académica Optics Express.

El sensor funciona gracias a una fibra óptica de zafiro de medio milímetro de grosor que puede tolerar temperaturas de hasta 2.000 °C. Cuando la luz ingresa en uno de sus extremos, parte de ella se refleja en un punto de la fibra que ha sido modificado para ser sensible a la temperatura (la rejilla de Bragg). La longitud de onda de la luz reflejada es una medida de la temperatura en ese punto.

Aunque la fibra puede parecer muy fina, es enorme en comparación con la longitud de onda. De esta forma, la luz puede tomar muchos caminos diferentes a lo largo de la fibra de zafiro, lo que permite que se reflejen muchas longitudes de onda diferentes a la vez.

Los investigadores diseñaron un canal para que la luz quedara contenida en una sección transversal minúscula, de una centésima de milímetro de diámetro. Así, obtuvieron un sensor que refleja predominantemente sólo una longitud de onda de luz.

La demostración inicial se realizó en un tramo de fibra de un centímetro de longitud. Sin embargo, los investigadores prevén que será posible lograr lo mismo en longitudes de hasta varios metros. Con varios sensores separados a lo largo de esa distancia se podría, por ejemplo, medir la temperatura en todo un motor de reacción.

Los datos provistos por los sensores permitirían a los operadores adaptar las condiciones de operación de los motores en vuelo para optimizar su rendimiento general y reducir las emisiones de óxido de nitrógeno. Además, como el zafiro es resistente a la radiación, podría aplicarse en la industria aeroespacial, afirmó la Universidad de Oxford.

«Esta investigación fundamental podría permitir, con el tiempo, una medición de temperatura multipunto más eficaz y precisa en entornos difíciles, mejorando el control, la eficiencia y la seguridad», comentó Mark Jefferies, director de Relaciones con la Investigación Universitaria de Rolls-Royce.

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