El segundo día de la Asamblea General Anual de IATA arrancó con una conferencia de prensa llevada adelante por Conrad Clifford, vicepresidente Senior y director General Adjunto de IATA, quien detalló las tres lecciones dejadas por la pandemia que se deben tener en cuenta para no repetir los mismos errores que condujeron al que denominaron «desmantelamiento de la conectividad global» y sus consecuencias sobre millones de empleos.
«Nunca más debemos encontrarnos en una situación en la que se cierren las fronteras», dijo Clifford sobre la primera de las lecciones, agregando que «las evidencias muestran que el cierre de fronteras no son una estrategia global efectiva», visión compartida por la misma Organización Mundial de la Salud.
Citando un estudio de OXERA/Edge Health, desde IATA manifestaron que, si surgiera una nueva variante de COVID y se volvieran a imponer restricciones, el pico de contagios apenas se retrasaría por cuatro días.
La segunda lección explicada por Clifford se trata de que los gobiernos deben balancear las medidas sanitarias con los impactos sociales y económicos, aduciendo que, así como no hay evidencias probadas a favor de las restricciones, sí son claros los resultados negativos de suspender la conectividad aérea.
En ese sentido, datos de IATA muestran que en 2019 la aviación apoyaba la generación de alrededor de 87,7 millones de empleos alrededor del mundo mientras aportaba USD 3,5 billones al PBI global. Esas cifras cayeron a 43,8 millones y USD 1,8 billones a finales de 2021.
Por último, indican que restaurar la confianza de los pasajeros requiere de reglas lógicas y una comunicación clara, algo contrario a las más de 100.000 medidas diferentes sobre los viajes internacionales que estaban vigentes a principios de 2022, generando confusión e incertidumbre sobre el público.
Según una investigación realizada por IATA a nivel global durante junio de este año, el 59% de los encuestados manifestaron estar de acuerdo en que entender las reglas que abarcaban a sus respectivos viajes eran un verdadero desafío, mismo adjetivo utilizado por el 57% para definir al papeleo asociado al COVID-19. Esto desemboca en que el 56% respondió que la experiencia de viaje era mucho menos conveniente.
Por otra parte, el 51% está de acuerdo en que ya no se debe requerir más el uso de mascarillas a bordo, y el 71% quiere volver a viajar como lo hacía antes de la pandemia.
Para mitigar esto, desde IATA proponen a los gobiernos establecer lineamientos de cómo se eliminarán las medidas sanitarias, y simplificar y digitalizar la burocracia, así como avanzar en la armonización de reglas y reconocimiento mutuo de credenciales sanitarias.
«Mientras el regreso a la normalidad se acelera, estaremos de nuevo en un mundo en el que nuestra mayor preocupación estará en el crecimiento sostenible de la aviación», dijo Clifford.
«Pero eso no significa que los gobiernos y la industria deban olvidar las lecciones aprendidas durante la pandemia. Habrá más amenazas sanitarias globales. Aplicar estas lecciones en futuras crisis sanitarias es la mejor manera de garantizar que los sacrificios hechos por millones de personas no hayan sido en vano», concluyó.