GKN Aerospace asegura que la propulsión hidrógeno-eléctrica podría estar ampliamente disponible antes de lo previsto

Agustín Miguens

La compañía multinacional británica GKN Aerospace, especializada en la provisión de componentes para la industria aeroespacial, informó hoy que su tecnología criogénica superconductora facilitaría la implementación de sistemas de propulsión eléctrica de hidrógeno en aeronaves de gran tamaño.

Según comunicó la compañía, los estudios iniciales se desarrollaron en esquemas de aeronaves con capacidad para 19, 48 y 96 pasajeros. El programa, denominado «H2GEAR», podría ofrecer una demostración hacia finales de 2025. La entrada en servicio del primer avión con esta tecnología podría producirse a partir de 2035.

La iniciativa, que comenzó en 2020, tiene como objetivo lograr la implementación del sistema en una nueva generación de aeronaves. La solución eliminaría las emisiones de dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno. Así, permitiría mitigar las estelas de condensación y disminuir el impacto acústico de las operaciones.

Recientemente, el proceso completó su primera etapa de estudios comerciales. Las investigaciones se centraron en el sistema de propulsión y en la selección de los posibles subsistemas para hipotéticos aviones de tres tamaños diferentes.

Los resultados obtenidos hasta la fecha son alentadores. Los desarrollos de GKN Aerospace en la integración del sistema de pilas de combustible, combinados con la red de potencia hiperconductora y los sistemas de accionamiento del motor, permitirían aumentar la escala de la propulsión eléctrica de hidrógeno más rápidamente que lo previsto inicialmente, según la empresa.

«Nuestra visión inicial era que la introducción de la propulsión eléctrica de hidrógeno en aviones para 19 pasajeros sería más fácil que en aviones grandes», comentó al respecto el vicepresidente de Tecnología de GKN Aerospace, Max Brown. «Sin embargo, el desarrollo de la red hiperconductora y la tecnología de motores criogénicos nos ha abierto los ojos a la posibilidad de escalar eficientemente la tecnología hasta los 96 pasajeros y, potencialmente, más allá».

Funcionamiento

Los sistemas hiperconductores desarrollados por la empresa utilizan el hidrógeno líquido como disipador de calor. El elemento enfría los conductores eléctricos hasta alcanzar temperaturas inferiores a -200 °C (-328 °F). De esta forma, su resistividad eléctrica se reduce drásticamente. Esto facilita la distribución de energía eléctrica a bajo voltaje, a través de los cables conductores de menor masa y hacia los motores eléctricos.

A diferencia de los sistemas superconductores, que presentan una resistencia eléctrica nula, un sistema hiperconductor utilizaría materiales conductores más comunes y estaría disponible en un plazo de tiempo menor. Como consecuencia, el beneficio en términos de reducción de emisiones se obtendría en un futuro más próximo.

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