La FAA será auditada por su rol en los programas del 737 MAX y 787

Ismael Awad-Risk

La oficina del inspector general (OIG), dependiente del Departamento de Transporte de Estados Unidos, controlará el rol que la Administración Federal de Aviación (FAA) está llevando adelante sobre la producción de los Boeing 737 MAX y 787. El organismo revisará los procesos de la FAA encargados de identificar y resolver los problemas de producción.

«La FAA es responsable de supervisar la seguridad de las aeronaves de pasajeros en Estados Unidos. Esto incluye garantizar que los fabricantes cumplan los requisitos al producir y entregar nuevas aeronaves», señala el informe de apertura de la investigación. Luego agrega que «desde 2019, se han planteado una serie de cuestiones en relación con la producción de los 737 MAX y 787. Estos dos productos son los que mayor número de pedidos tienen».

Boeing tiene suspendidas las entregas del Dreamliner desde mayo de 2021, después de que la FAA planteara preocupaciones sobre la inspección final de los equipos. Si bien el fabricante ha anunciado el reinicio de las entregas en varias ocasiones –la última en abril de este año-, los aparatos continúan almacenándose en sus instalaciones. Al día de hoy, no hay indicios concretos de que efectivamente comenzarán a ser puestos a disposición de sus operadores.

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El OIG señaló que «a la luz de estas preocupaciones, los miembros de la Comisión de Transporte solicitaron que evaluáramos el rol de la FAA en la producción de Boeing. El objetivo de nuestra auditoría será evaluar la supervisión que la FAA realiza sobre el fabricante», cierra el informe. Según reporta Reuters, Peter DeFazio y Rick Larsen, miembros de la Comisión de Transporte, señalaron que la auditoría «debe ser exhaustiva. Tiene que ayudar a evitar que se repitan los problemas de seguridad. Así podremos garantizar la producción de aviones seguros».

El pasado febrero, el entonces jefe de la FAA Steve Dickson había indicado que Boeing necesitaba «una corrección sistémica de sus procesos». Luego de esto, el organismo anunció que removía la potestad de Boeing para certificar sus propios Dreamliner hasta que «el control de calidad permitiera producir aeronaves que cumplan con las normas», algo que hasta el día de hoy no ha sucedido.

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