Durante la Guerra de Malvinas, la RAF pretendió dejar fuera del juego al portaaviones argentino ARA Veinticinco de Mayo (V-2), con un osado plan que incluía aviones Buccaneer e información del blanco provista por satélites espía norteamericanos.
Hoy quiero acercarles un excelente artículo titulado “Buccaneers de la alta frontera: Los satélites SIGINT del programa 989, desde la caza del ABM hasta la guerra de las Malvinas y el transbordador espacial”, escrito por Dwayne A. Day (reconocido historiador e investigador de programas espaciales) y publicado por el sitio especializado The Space Review.
En mayo de 1982, la Real Fuerza Aérea desarrolló un audaz plan para atacar y dejar fuera de servicio al principal activo de la Armada Argentina, el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo.
El principal escollo a vencer era la distancia. Dos aviones de ataque Blackburn Buccaneer debían despegar desde la isla de Ascensión, en medio del Océano Atlántico, volar 5.000 kilómetros en la oscuridad, repostando múltiples veces, y luego acercarse a la costa argentina. Lanzarían misiles antibuque contra el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo en aguas territoriales argentinas, hundiéndolo o al menos dañándolo lo suficiente como para sacarlo del esfuerzo bélico argentino que buscaba defender las Islas Malvinas de la Fuerza de Tareas británica.
Los Buccaneer habrían recibido información sobre la ubicación del Veinticinco de Mayo de un avión de patrulla de largo alcance Nimrod de la Royal Air Force. A su vez, la tripulación del Nimrod obtendría un área de búsqueda estimada a partir de «inteligencia colateral».
Según documentos recientemente desclasificados, la fuente de “inteligencia colateral” que habría aportado los datos del área de búsqueda necesarios para que el Nimrod pueda encontrar al portaaviones (y dirigir el ataque de los Buccaneer), habría sido el satélite de inteligencia electrónica estadounidense de alto secreto llamado FARRAH.
FARRAH, del glamour de la “pantalla” a espía espacial
El nombre de FARRAH se debe a la estrella del cine y la televisión Farrah Fawcett. El satélite FARRAH se desarrolló a finales de la década de 1970 como parte del Programa 989, una serie de pequeños satélites de inteligencia de señales (SIGINT) que la Oficina Nacional de Reconocimiento comenzó a lanzar en 1963. Los satélites del Programa 989 tenían diferentes cargas útiles electrónicas centradas en distintos tipos de emisores dentro de la Unión Soviética. Muchos de ellos estaban diseñados para interceptar radares de misiles antibalísticos (ABM).
FARRAH combinaba la capacidad de radiogoniometría del anterior satélite URSULA con la capacidad de inteligencia técnica del satélite RAQUEL, lo que significaba que era capaz de señalar la ubicación del emisor y reunir información detallada sobre las señales que recogía.
FARRAH disponía también de un procesador digital a bordo que le permitía interceptar los radares más sofisticados. Los datos de geoposicionamiento y otra información sobre cada pulso se procesaban en una estación terrestre «para elaborar una descripción completa de las características del radar, así como de su ubicación».
Mejoras en el software de procesamiento implementadas por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana permitieron acortar dramáticamente los tiempos necesarios para analizar los datos obtenidos por los satélites de inteligencia. La información que antes tardaba días en procesarse, ahora tardaba minutos, permitiendo crear una imagen detallada de las fuentes, tipos y características de los radares emisores de la zona de interés, casi en tiempo real. El nuevo software permitió procesar los datos y entregarlos al Centro Nacional de Operaciones SIGINT de la NSA en los tres minutos siguientes a la interceptación.
En respuesta a una solicitud de Revisión de Desclasificación Obligatoria, la NRO publicó más secciones de su historial oficial de satélites de inteligencia de señales. «FARRAH fue el único satélite recolector de SIGINT capaz de recoger datos tanto en el hemisferio norte como en el sur», afirma la historia, aunque según otra fuente con conocimiento directo del programa, aseguró que la mayoría de los satélites tenían alguna capacidad de recoger datos en el hemisferio sur. «Esta capacidad se utilizó de forma muy eficaz para proporcionar el único apoyo satelital SIGINT a los británicos durante la guerra de las Malvinas de abril a junio de 1982».
El plan de ataque al ARA Veinticinco de Mayo
Según el escritor Chris Gibson, que obtuvo documentos desclasificados de la RAF, la misión de los Buccaneer era «degradar la capacidad de combate de los principales buques de la Armada Argentina (ARA) que operan dentro del límite de las 12 millas náuticas». Y sin duda el objetivo de mayor valor de la ARA era el portaaviones Veinticinco de Mayo.
Por las emisiones del radar de vigilancia aérea Hollandse Signaalapparaten LW-01 con el que estaba equipado el buque, interceptadas por el satélite FARRAH, se pudo determinar que se encontraba operando en la zona de Puerto Belgrano.
Con la información de la zona general de operaciones del portaaviones, sería el turno de los Hawker Siddeley Nimrod de acercarse al área (luego de algunos reabastecimientos en vuelo) y encontrar y determinar su ubicación y rumbo precisos, para transmitir esa información al paquete de ataque.
El golpe sería dado por los Blackburn Buccaneer, que habrían estado armados con dos misiles antibuque Martel AJ.168 TV guiados por televisión en los pilones de las alas, como armas principales. También habrían llevado cuatro bombas de 454 kilos en la bahía de armas. Los aviones habrían lanzado un TV-Martel cada uno, guardando el segundo como reserva si tenían que realizar un segundo ataque, y las bombas en reserva si los misiles fallaban.
El éxito de la operación dependía de la sorpresa. Si bien el Veinticinco de Mayo contaba con un armamento defensivo considerado antiguo ya por esos años, seguía estando custodiado por los destructores de defensa aérea ARA Hércules y ARA Santísima Trinidad, los mismos destructores Tipo 42 que brindaban protección aérea de largo alcance a la Task Force británica, con sus misiles Sea Dart (aunque su debilidad en la defensa de corto alcance quedaría manifiesta con el hundimiento del HMS “Sheffield”). Y también había que tener en cuenta la posibilidad de que los A-4Q Skyhawks del portaaviones pudieran ser lanzados a tiempo para interceptar a los Buccaneer. Por eso era necesario que el portaaviones y su escolta tuvieran el menor tiempo posible para reaccionar.
Tras el ataque, los aviones habrían volado hasta Chile, aterrizando sin previo aviso ni permiso, en una nación amiga del Reino Unido, donde habrían esperado hasta el fin de las hostilidades para volver a casa. Pero el daño estaría hecho.
PD: Para quien quiere interiorizarse mas sobre el uso de estos satélites de inteligencia norteamericanos, les dejo el enlace (AQUÍ) al muy recomendable artículo de Dwayne A. Day.
Ni el articulo ni la información de referencia hacen mención a las misiones de aviones espías SR71 Blackbirds estadounidenses que efectivamente dieron participación a Estados Unidos en contra de Argentina
Y después en este país adoran a lo norte americanos . Ingleses , Chilenos y EeUu . Son una basura.
Conclusión: Argentina no combatió contra Gran Bretaña sino contra la OTAN. El armamento de la OTAN, la logística de la OTAN, el apoyo satelital de la OTAN, la inteligencia de la OTAN, etc, etc…
Hoy en día las fuerzas son una sombra del pasado, potenciada por la dirigencia de turno. Para hacerles creer que sirven y lo peor, es que no hay munición, ni para un día de guerras.