Éric Trappier, presidente y director general de Dassault Aviation, presentó los resultados financieros anuales del 2022, que superaron las ganancias esperadas, en buena parte gracias a la gran demanda de cazas Rafale.
La compañía francesa, durante el 2022, registró un récord anual de pedidos de aeronaves y superó sus propias previsiones de ganancias. Los pedidos de exportación de cazas Rafale fueron la principal fuerza tractora de estos buenos resultados.
2022, el año del Rafale
En números
El 2022 fue un año de superar records y establecer nuevas marcas históricas para Dassault. La cifra de exportaciones de productos de Defensa de la compañía fue de 15.657 millones de euros en 2022, frente a los 6.173 millones de euros de 2021. Esta cantidad histórica se debe a los 92 Rafale encargados en 2022: 80 Rafale para Emiratos Árabes Unidos, 6 para Grecia y 6 para Indonesia.
Durante el 2021, Dassault registró pedidos de Egipto por 30 cazas Rafale – seguidos de un pedido de un avión adicional para completar el pedido original de 2015, de Grecia por 6 Rafale nuevos y 12 de segunda mano (provenientes de las existencias de la Fuerza Aérea y del Espacio francesa, y recomprados por Dassault), y un contrato de apoyo para Croacia tras su adquisición de 12 Rafale, también de segunda mano, directamente al Gobierno francés.
Entregas
Aquí los números no son tan halagüeños. La cuota de las exportaciones de productos de Defensa fue de 3.616 millones de euros, frente a los 4.549 millones de euros del 2021. Este descenso se debe en gran medida a la entrega de solo 13 Rafale de exportación (para India, Catar y Grecia), mientras que en 2021 se entregaron 25 Rafale a clientes extranjeros.
Dentro del ejercicio 2022 se incluyó la entrega de un Rafale la Direction Générale de l’Armement (agencia francesa de compras de defensa) tras un hiato de cuatro años, a petición del Estado francés por razones presupuestarias.
Cartera de pedidos
Impulsada por el mega-contrato con los Emiratos Árabes Unidos, la cartera de pedidos del Rafale se disparó en el 2022, lo que permite a Dassault hablar de su avión de combate en términos de un “éxito comercial”.
Además de los 80 aviones para los EAU, y los 6 cazas adicionales para Grecia, la firma de contratos por 42 Rafale (6+36) para Indonesia también es importante. Dassault ya recibió el primer anticipo para los seis primeros aviones (incluidos en los pedidos de 2022), aunque aún falta concretar la entrada en vigor del contrato de los 36 cazas restantes.
Como resultado, la cartera de pedidos total de Rafale, al 31 de diciembre de 2022 asciende a 164 unidades, de los que 125 son para la exportación y 39 para las Fuerzas Armadas Francesas.
Expectativas de futuras exportaciones
Colombia
Actualmente el Rafale de Dassautl Aviation compite para sustituir los IAI Kfir de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), por un eventual contrato de 16 unidades, con un valor potencial de USD 3.150 millones.
India
También se enfrenta al Boeing F/A-18E/F Super Hornet -esta vez con la versión naval Rafale M- para equipar a la Armada de la India, que quiere adquirir 26 cazas polivalentes embarcados bajo el programa MRCBF (Multi-Role Carrier-Borne Fighters) para conformar el ala de combate embarcada del nuevo portaaviones INS Vikrant, diseñado y construido localmente. Según la última información publicada por los medios indios, la Armada habría dicho que ambos modelos satisfacen sus necesidades, dejando la selección de alguno de los dos concursantes en manos del Gobierno.
Serbia
A mediados de febrero, el presidente Aleksandar Vučić viajó a Abu Dabi para visitar la Exposición y Conferencia Internacional de Defensa (IDEX 2023), en donde declaró ante la prensa que está negociando con Dassault Aviation la adquisición de 12 cazas Rafale nuevos, por 3.000 millones de euros.
Estándar F4 y el futuro Tranche 5
A principios de marzo del 2023, la Fuerza Aérea y del Espacio Francesa recibió su primer avión de combate Rafale estándar F4.1. Se trata de un biplaza estándar F3R que fue enviado al Centro de Pruebas de Vuelo de la Dirección General de Armamento (DGA), en Istres, para su transformación de software.
El Rafale F4.1 recibe varias mejoras de software para adquirir nuevas capacidades, nuevo armamento, y en particular, mejora sustancialmente su capacidad de “combate colaborativo”. La Fuerza Aérea y del Espacio francesa recibirá algunos F4 nuevos de fábrica, en reemplazo de las aeronaves vendidas a Grecia, y modernizará parte de su actual flota a este nuevo estándar. Los 80 Rafale de los EAU serán de esta versión avanzada.
El desarrollo del Rafale continuará en el futuro tranche 5 (o F5), lo que representará una “segunda generación de conectividad”, respecto del estándar F4, y la antesala a lo que se verá implementado en el sistema de combate aéreo de sexta generación FCAS/SCAF, que Francia está desarrollando con Alemania y España. La compañía espera recibir un pedido de 42 Rafale F5 (30 previstos inicialmente, más 12 para sustituir a los aviones vendidos por Francia a Croacia), previsto para finales de 2023.
Como resultado de las lecciones aprendidas de la guerra en Ucrania, la Fuerza Aérea y del Espacio Francesa entendió que necesita una versión del Rafale dedicada de ataque electrónico y supresión/destrucción de defensas aéreas enemigas (SEAD/DEAD). Esta nueva variante del avión, siguiendo los pasos del Eurofighter ECR, sería desarrollada para la década del 2030.
Hay Rafale para largo
Con los pedidos ya confirmados, las expectativas de nuevas compras y con la futura variante F5 que comienza su desarrollo para ser introducido al servicio en el periodo 2035-2038 (incluso con la versión SEAD/DEAD), está claro que el caza francés tiene un largo y fructífero porvenir.
Tal vez uno de los aspectos que sirvan para explicar el notable repunte de interés de los clientes extranjeros por el caza francés (además de una agresiva y efectiva política comercial por parte del Estado francés y de Dassault) sea que, con las capacidades que se están desarrollando para este avión de combate -se habla incluso de un eventual estándar F6-, el Rafale podría funcionar satisfactoriamente como puente entre los aviones de 4.5 generación y los de 6ta generación en desarrollo, para todas aquellas naciones que por cuestiones económicas o políticas, no pueden acceder a los aviones de quinta generación ofrecidos actualmente en el mercado.